«¡No
pongas mala cara a la gente, ni pises la tierra con insolencia! Dios no
ama a nadie que sea presumido, jactancioso» (Corán 31:18)
«¡Dios es quien secunda con su gracia los dichos y los hechos!»
1Ibn al-Ḫaṭīb, Nufāḍa, p. 68.
El estudio de la transición hacia la modernidad de la región en torno al estrecho de Gibraltar tiene el gran interés de arrojar luz sobre las dinámicas de negociación intercultural en tiempos de crisis sociopolítica. En el Occidente islámico premoderno y en los reinos cristianos ibéricos, esta transición se estudia en atención al grado de presencia de características reconocidas posteriormente como definitorias de la modernidad europea, principalmente, el peso que comienza a cobrar el individuo respecto a la comunidad y a la voluntad divina, que va pareja a una mayor apuesta por el conocimiento de base lógico experiencial como contraposición al mundo sobrenatural2Para ampliar sobre este punto, véanse los siguientes estudios: Znībar, “Ibn al-Ḫaṭīb wa-l-taǧdīd fī l-minhāǧ al-tārīḫī”; Dols, The Black Death in the Middle East, pp. 92-94; Hoenerbach, “El historiador Ibn al-Jaṭīb”, p. 61; Shatzmiller, L’historiographie Mérinide, pp. 88-89; Viguera (ed.), Ibn Jaldún, pp. 50-55; Goody, Renaissances, pp. 6-7; Fromherz, Ibn Khaldun, Life and Times, pp. 4-6; Aurell, Authoring the Past, pp. 91-108; Ibn Luyūn, Ibn Luyūn; Reddy “The Eurasian origins of empty time and space”, p. 356; Jreis, “Inhabiting the Strait”; y Jreis, Entre dos orillas, pp. 177-187..
Dada la naturaleza de nuestro legado cultural y la necesidad de establecer un método replicable para el análisis del fenómeno, se hace ineludible buscar las claves de este individualismo en el lenguaje3Sobre la importancia del análisis lingüístico en el campo de los estudios culturales, véase: Spiegel, The past as text; Rosenwein, Emotional Communities; y Jreis, “Ibn Khaldūn in his subjective lexicon” ., en los fenómenos lingüísticos a través de los cuales se desarrolla la subjetividad, esclareciendo de qué distintos grados y modos se produce la autoexpresión en los textos conservados. La definición analítica de la expresión subjetiva en semejante contexto supone un acercamiento a la forma en la que se percibió esta transición en el plano cognitivo, lo cual contribuye a la comprensión de los procesos mentales que se desencadenan en la adaptación a las crisis sistémicas.
La idea fundamental para avanzar por dicha senda se basa en que el lenguaje es en sí una forma de conocimiento, por lo que se debe priorizar su aspecto semántico. El significado es una manera de modelar el mundo e implica una perspectiva sobre este, por lo que una misma situación objetiva puede ser abordada desde múltiples perspectivas. El significado es flexible, cambia con el mundo cambiante, y es experiencial, depende de la naturaleza de nuestra interacción con el mundo como seres orgánicos así como de la cultura y de la historia del grupo al que pertenecemos4Geeraerts (ed.), Cognitive Linguistics, pp. 1-28..
El presente trabajo aborda el estudio del uso de lenguaje subjetivo en un texto literario e histórico árabe del Occidente islámico premoderno titulado Nufāḍat al-ǧirāb fī ʿulālat al-iġtirāb (La sacudida de alforjas para entretener el exilio)5Ibn al-Ḫaṭīb, Nufāḍa. En lo sucesivo, se empleará la abreviatura Nufāḍa para hacer referencia a la segunda parte de esta obra, editada por al-ʿAbbādī., del intelectual andalusí Lisān al-Dīn Ibn al-Ḫaṭīb (m. 1374/5). Perspectiva, flexibilidad y experiencia es lo que da sentido a esta labor porque refleja un modelo de mundo que, aparentemente, dista del nuestro y, sin embargo, se superpone toda vez que hacemos una llamada cultural e ideológica al pasado. El estudio se divide en tres partes: en la primera, se hace una introducción al autor y la obra, en la segunda, se expone la metodología de trabajo, en la tercera, se analizan los datos extraídos y, finalmente, se presentan unas conclusiones generales.
1. Introducción
⌅Abū ʿAbd Allāh Muḥammad b. ʿAbd Allāh Ibn al-Ḫaṭīb al-Salmānī al-Lawšī (Loja, 1313 - Fez, 1374/5) es un intelectual andalusí de origen árabe yemení, cuya fama e intrincada vida le mereció varios sobrenombres: «Lisān al-Dīn» (‘lengua de la religión’), «Ḏū l-Wizāratayn» (‘el de los dos visiratos’), «Ḏū l-ʿUmrayn» (‘el de las dos vidas’) y «Ḏū l-Qabrayn» (‘el de las dos tumbas’)6Para una aproximación general a este personaje, véanse los siguientes estudios: al-Tiṭwānī, Ibn al-Ḫaṭīb; ʿInān, Lisān al-Dīn Ibn al-Ḫaṭīb; Bosch, Ben al-Jaṭīb; García Gómez, Foco de antigua luz sobre la Alhambra; Ḍayf, Min al-Mašriq wa-l-Maġrib, pp. 231-251; Molina, Ibn al-Jatib; y Lirola et al., “Ibn al-Jaṭīb al-Salmānī”.. La mayor parte de sus datos biográficos los transmitió él mismo en su propia biografía al final de la Iḥāṭa 7Ibn al-Ḫaṭīb, Iḥāṭa, vol. 4, pp. 438-634 . Véase un análisis de los escritos autoexpresivos de Ibn al-Ḫaṭīb -incluida esta biografía- en Jreis, “Contextos de autoexpresión”; y Jreis, Entre dos orillas, pp. 95-129. La biografía cuenta con una reciente traducción al español en Velázquez, “La autobiografía de Ibn al-Jaṭīb”. y a lo largo de su producción8En este sentido, las obras más destacadas de Ibn al-Ḫaṭīb son las siguientes: Aʿmāl al-aʿlām (Tārīḫ Isbāniyā al-islāmiyya y Tārīḫ al-Maġrib al-ʿarabī); Rawḍat al-taʿrīf; Rayḥānat al-kuttāb; y Kitāb al-Wuṣūl li-ḥifẓ al-ṣiḥḥa., completados por sus distintos biógrafos9La obra más amplia y completa sobre su persona fue escrita por al-Maqqarī (m. 1632), titulada Nafḥ al-ṭīb.. Ibn al-Ḫaṭīb desarrolló su carrera en la corte nazarí de Granada, durante los reinados de Yūsuf I (1333-1354) y Muḥammad V (1354-1359 y 1362-1391), y fue un hombre polémico en su tiempo. Sus extensos conocimientos en prácticamente todos los campos del saber y sus grandes dotes de expresión en lengua árabe le permitieron rivalizar con las más altas dignidades del Occidente islámico, destacando como ninguno en la compleja vida política de mediados del siglo XIV.
Cuando Muḥammad V fue destronado por su hermanastro Ismāʿīl II, Ibn al-Ḫaṭīb vivió su primer exilio al Magreb meriní, que tuvo lugar entre 1359 y 1362 y cuya experiencia vertió en las páginas de la Nufāḍa. Las circunstancias le obligan a volver a Granada cuando su monarca retoma el trono con ayuda del reino de Castilla, teniendo que hacerse cargo de las responsabilidades del gobierno, a pesar de que su ánimo se inclinaba al retiro espiritual y a la evasión de sus enemigos en la capital andalusí. El servicio que prestó a la dinastía nazarí le hizo gozar de los favores de esta hasta su huida final al norte de África, su encarcelamiento y asesinato por orden del monarca granadino10Sobre su segundo exilio y su trágico final, véase: Calero, “El proceso de Ibn al-Jaṭīb”; y Damaj, “El último viaje de Ibn al-Jaṭīb”.. Como visir andalusí, fue partidario de renunciar a las alianzas con los reinos cristianos, al contrario que Muḥammad V, porque soñaba con restaurar el poder de los califas cordobeses11Ibn al-Ḫaṭīb, Iḥāṭa, vol. 4, p. 444; Bencheneb, “Mémoires, Tableau historiques et Portraits”, p. 63; y Hoenerbach, “El historiador Ibn al-Jaṭīb”, p. 50.. La brecha política que se abrió entre las dos orillas del Occidente islámico tras la muerte del sultán meriní Abū l-Ḥasan (m. 1351) y el debilitamiento de la fuerza tribal magrebí por disputas internas, junto con la falta de liderazgo en Granada y su vasallaje a Castilla, hicieron que Ibn al-Ḫaṭīb se sintiese atrapado en una realidad de la que se lamenta a lo largo de su producción. Esta incapacidad de cambiar la realidad le lleva a desarrollar un espíritu satírico, una llamativa mezcla de tristeza y humor característica de sus escritos12Se han realizado algunos trabajos centrados en estas facetas, especialmente, en su producción poética. Sobre la nostalgia que transmite en su poesía, véase Ṭaḥṭaḥ, Al-Ġurba wa-l-ḥanīn, pp. 317-342. El contraste de la tristeza y el humor está presente en dos trabajos de al-Zahrani: “La queja y la elegía” y “Lo cómico y lo burlesco”. Para un acercamiento al espíritu burlesco en su prosa, véase Kannūn, “Lisān al-Dīn Ibn al-Ḫaṭīb”..
La Nufāḍa es una obra miscelánea en la que se entremezclan diversos géneros, el más importante es el relato del viaje (riḥla)13El mismo Ibn al-Ḫaṭīb se refiere a esta como kitāb al-riḥla (el libro del viaje) (Iḥāṭa, vol. 4, p. 217). que realiza Ibn al-Ḫaṭīb entre Marrakech y Salé, pasando por la costa atlántica, cuando entra en contacto con la realidad socio-política del Magreb meriní, pero también incluye narración histórica (tāriḫ) sobre los acontecimientos sucedidos en ambas orillas del Estrecho durante su exilio, correspondencia oficial y personal, poesía, epístola literaria (risāla), entre otros. La figura 1 muestra la distribución de estos géneros a lo largo de la segunda parte conservada de la Nufāḍa14Hay discusión sobre la cantidad de partes de las que constaba originalmente la obra pero se puede asegurar que al menos tenía tres: la primera está perdida, la segunda será estudiada en este trabajo por razones que se explicarán en la siguiente sección y la tercera fue editada por Fāghiya con el título Nufāḍat al-ǧirāb fī ʿulālat al-iġtirāb (al-ǧuzʾ al-ṯāliṯ). Véase un listado detallado del contenido de las dos partes conservadas en Jreis, Entre dos orillas, pp. 255-267.. Este estudio se centra en el análisis de la prosa narrativa, principalmente, el relato de viaje y la narración histórica, haciendo referencia a los demás géneros, correspondencia y epístola literaria, cuando sea relevante y excluyendo la poesía. Esto se hace así porque interesa identificar el lenguaje subjetivo del autor en su apelación directa a los lectores15Lejeune, Le Pacte, p. 44., descartando géneros dirigidos a una minoría de estos donde, por tradición, prima la forma sobre la expresión directa. El mismo Ibn al-Ḫaṭīb afirma que, por experiencia, los poemas y las composiciones rimadas no sirven para lograr ningún objetivo, sino para confortar a aquellos que aprecian su belleza formal16Ibn al-Ḫaṭīb, Nufāḍa, p. 287. Esto que dice Ibn al-Ḫaṭīb recuerda a aquello que decía Ibn Ḫafāǧa sobre que «la mentira le estaba permitida al poeta pero no al prosista» (Dīwān, pp. 10-11)., y que prefiere el empleo de la prosa libre para dirigirse al público general17Ibn al-Ḫaṭīb, Nufāḍa, p. 314. Ibn Ḫaldūn coincide con Ibn al-Ḫaṭīb en este mismo punto (Riḥla, p. 75)..
La Nufāḍa es una obra excepcional de auto-expresión, que destaca del resto de la producción árabe del Occidente islámico del momento y que solo es comparable -en cuanto a obras conservadas18Probablemente, se podría incluir en este grupo la obra perdida de Abū Ḥayyān al-Garnāṭī (m. 1344) titulada al-Nuḍār fī-l-maslāt ʿan Nuḍār, véase al-Suyūṭī, Buġya, vol. 1, p. 281; y Reynolds (ed.), Interpreting the Self, p. 78.- al Taʿrīf de Ibn Ḫaldūn19Ambas obras son consideradas como riḥla-s por sus propios autores (Ibn Ḫaldūn, Riḥla, p. 27). Existen otras obras que comparten ciertas semejanzas con la Nufāḍa sin alcanzar el carácter personal que la distingue de estas; este es el caso de Milʾ al-ʿayba de Ibn Rušayd o de la Riḥla de al-Tiǧānī (Jreis, Entre dos orillas, pp. 96-101).. De ahí la importancia de identificar esas trazas de expresión individual cuasi-moderna, presentes en la prosa libre, que se salen de la convención20Para un análisis de un corpus de textos autoexpresivos andalusíes en conexión con la idiosincrasia de su contexto sociopolítico de producción, véase Jreis, “Contextos de autoexpresión”. y que caracterizan la expresión subjetiva propia de Ibn al-Jaṭīb, reflejando, como veremos, una importante dimensión del espacio cognitivo de la transición euro-africana.
2. Metodología
⌅La extracción de la información sobre géneros que se muestra en la figura 1 y de los patrones lingüísticos que se analizarán en la sección siguiente ha sido facilitada por la posibilidad de acceso a una versión digitalizada y normalizada21Habash, Introduction to Arabic Natural Language Processing, pp. 21-23. del texto de la Nufāḍa. Existe una versión electrónica del texto en al-Maktaba al-Shamila22<https://shamela.ws/index.php/book/477>. que corresponde a la edición de al-ʿAbbādī de la segunda parte de la obra. Partiendo de la labor de digitalización de al-Shamila, el proyecto OpenITI (Open Islamicate Texts Initiative)23Sobre este proyecto, véase Belinkov et al., “Shamela: A Large-Scale Historical Arabic Corpus”; y Romanov, “Algorithmic Analysis of Medieval Arabic Biographical Collections”. ha creado una nueva versión con anotación estructural simplificada24<https://github.com/OpenITI/0800AH/tree/master/data/0776LisanDinIbnKhatib>., que incluye la paginación de la edición y que resulta más manejable para la anotación manual y para el procesamiento computacional25En este caso, hubo que volver a paginar el texto digitalizado en la versión anotada porque presentaba errores. .
Para poder anotar el texto manualmente, se utilizó un paquete de herramientas de Procesamiento del Lenguaje Natural específico de la lengua árabe, conocido como CAMeL Tools26Obeid et al., “CAMeL Tools” (<https://github.com/CAMeL-Lab/camel_tools>).. Una de las tareas más simples que habilita CAMeL Tools es la tokenización del texto, su división automática en unidades lingüísticas independientes, que en el caso de la versión utilizada ascienden a unas 62.400 unidades27Conviene señalar que la versión digital de la segunda parte de la Nufāḍa llega hasta la página 342 de la edición de al-ʿAbbādī, es decir, excluye la última recopilación de la producción de Ibn al-Ḫaṭīb que figura también al principio del manuscrito editado de la tercera parte. A título comparativo se indica que la tokenización del Taʿrīf de Ibn Ḫaldūn alcanza un total de 66.900 unidades.. Esta división ha posibilitado la posterior asignación de una etiqueta predefinida a cada unidad según un esquema previo. En el caso de los géneros, la visualización ha sido posible tras asignar a cada unidad del texto la etiqueta de género correspondiente entre las cinco definidas previamente: «Riḥla», «Tārīḫ», «Carta», «Poema», «Risāla» y «Otros». La etiqueta «Otros» incluye todo aquello que no se podía categorizar unívocamente dentro de los cuatro géneros determinados en la obra; por ejemplo, bajo esta etiqueta, se han anotado las menciones que hace Ibn al-Ḫaṭīb de las obras que escribió durante su exilio y de la muerte de su esposa28Ibn al-Ḫaṭīb, Nufāḍa, pp. 121-122, 187-189 y 205..
En cuanto a la anotación del léxico subjetivo en la obra, se ha seguido, con alguna modificación, un esquema desarrollado en un trabajo previo, en el cual se ha analizado el lenguaje del Taʿrīf de Ibn Ḫaldūn en términos semejantes29Jreis, “Ibn Khaldūn in his subjective lexicon”. Se ha optado por el Taʿrīf como punto de partida porque posee un estilo sencillo y accesible a los lectores modernos, por lo que los patrones lingüísticos donde la subjetividad estaba codificada fueron más fácilmente identificables., y que ha permitido establecer una comparativa entre las dos obras a cierto nivel y desentrañar el patrón lingüístico más característico de la subjetividad en la Nufāḍa. El esquema de anotación ha contemplado las siguientes categorías:
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Pronombres independientes de primera persona: del singular, anā, y del plural, naḥnū
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Sustantivos con sufijos pronominales de primera persona y referencia al sujeto30En todo caso, el sujeto aquí se refiere al sujeto autor.:
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de referencia directa al sujeto, ej. nafsī / ‘yo mismo’
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de estrecha relación con el sujeto, ej. ḥāǧatī / ‘mi asunto’
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Verbos de primera persona:
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Primera persona del singular (1ªPS), ej. hamamtu / ‘me propuse’
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Primera persona del plural (1ªPP), ej. tawaǧǧahnā / ‘nos dirigimos [a]’
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Mayestático: cuando es una acción del sujeto refiriéndose a sí mismo en plural
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Colectivo: cuando es una acción del sujeto dentro de un grupo
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Maṣdar31Ditters, “Maṣdar”. que implica una acción del sujeto:
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con el sujeto en genitivo, ej. wuṣūlī / ‘mi llegada’
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con el sujeto implícito en genitivo, ej. kāna l-inṣirāf / ‘la partida tuvo lugar’ = kāna inṣirāfī / ‘mi partida tuvo lugar’
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Palabras y frases utilizadas por el sujeto para expresar emoción o evaluación, especificando la valencia positiva, negativa o neutra según el contexto:
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Verbos en primera persona que expresan emoción, ej. iġtabaṭtu / ‘me alegré’
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Sustantivos que refieren a las emociones del autor, ej. rawʿ / ‘miedo’
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Verbos evaluativos:
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Verbos de primera persona, ej. abḫasu / ‘menosprecio’
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Verbos descriptivos, ej. qabuḥat / ‘se hizo horrenda’
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Sustantivos que describen un valor, ej. infisāḥ / ‘ensanchamiento’
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Adjetivos evaluativos, ej. ṯamīn / ‘valioso’
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Modismo y expresiones que implican una emoción o evaluación, ej. uʿǧūbat al-dahr / ‘prodigio del tiempo’
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La anotación del lenguaje subjetivo en el texto digitalizado de la Nufāḍa en comparación con el análisis previo permitió, como veremos en el siguiente análisis, observar la dimensión literaria que caracteriza la subjetividad expresada en esta obra y que implica tres aspectos: abundancia de adjetivos, alegoría y estrategias discursivas; de estas tres, solo la primera es replicable mientras que las demás implican un alto grado de subjetividad por parte de la investigadora, que tratamos de obviar en este estudio porque impide la estandarización y la posibilidad de consenso que esta habilita32Sobre este tema, véase el siguiente estudio: Fuoli y Hommerberg, “Optimising transparency”.. Así pues, se aplicará en este estudio una metodología analítica híbrida, cuantitativo-cualitativa33Algunos estudios en este sentido son: Hunston, “Using a corpus to investigate stance”; Partington, Duguid y Taylor, Patterns and Meanings in Discourse; Ibrahim y Hardie, “Accessible Corpus Annotation for Arabic”; y Eekhof, Krieken y Sanders, “VPIP: A Lexical Identification Procedure”., que permite observar el texto con cierta distancia para, por ejemplo, reconocer que el pequeño fragmento de narración en el cual Ibn al-Ḫaṭīb relata la muerte de su esposa34Ibn al-Ḫaṭīb, Nufāḍa, pp. 205-206. es, efectivamente, el más subjetivo de toda la Nufāḍa al contener la mayor concentración de etiquetas del esquema anterior; en el fragmento encontramos verbos de primera persona del singular, sustantivos de emoción negativa acompañados de verbos de evaluación de su intensidad y adjetivos evaluativos positivos de ella.
3. Análisis
⌅3.1. La Primera Persona en acción
⌅La forma más directa de auto-referencia es el empleo de los pronombres independientes de primera persona. El pronombre anā es utilizado un total de 22 veces a lo largo de toda la obra: 15 en la correspondencia, 4 en la epístola literaria, 2 en la narración histórica y 1 en «Otros». En cambio, el pronombre naḥnu está ausente. El grado de uso de estos pronombres en la Nufāḍa contrasta con el del Taʿrīf, donde el pronombre en primera persona del singular figura en 53 ocasiones, 41 de estas en la narración, y el del plural en 4. A la luz de estos números y combinando una lectura de lejos y de cerca del corpus de ambas obras misceláneas, se hace patente que la presencia de estos pronombres tiene mayor relevancia en relación al género en el que aparecen y a su contexto inmediato de uso. Los pronombres independientes de 1ªPS son escasos en la Nufāḍa y figuran principalmente en las cartas35La expresión subjetiva en la correspondencia de Ibn al-Ḫaṭīb, dentro y fuera de la Nufāḍa, merece un extenso estudio aparte y desborda el propósito que nos ocupa. No obstante, conviene señalar que el primer pronombre de 1ªPS figura en una carta incluida en la riḥla (Nufāḍa, p. 70) y que el segundo está en una carta que le escribe a Ibn Ḫaldūn (Nufāḍa, pp. 131-136; Taʿrīf, pp. 174-179) para felicitarle por el nacimiento de un hijo. En este segundo caso, el pronombre aparece justo cuando pasa del tono formal al personal para comunicar un reproche (yuʿātib). En esta carta, también viene la primera expresión directa e íntima de una emoción (anā wāǧid / ‘estoy triste’). Asimismo, hay varias instancias del pronombre en una carta que le escribe a un jeque de los Banū Raḥḥū con quien mantenía amistad (Nufāḍa, pp. 148-150), tras venir este desde al-Andalus a causa de su lealtad, donde Ibn al-Ḫaṭīb le propone y aconseja salir juntos en peregrinación o quedarse en el Magreb manteniendo un perfil bajo. Esto demuestra la importancia del uso del esquema de análisis propuesto para la identificación de textos subjetivos. a personalidades, no en la narración dirigida al público general36Es curioso, asimismo, encontrarse con pronombres de segunda persona del singular o del plural, que figuran de forma excepcional en la correspondencia donde el autor elogia a sus destinatarios, como ocurre en la carta que dirige al jeque de los beréberes Hintāta, señores del sur magrebí (Nufāḍa, p. 208).. Sería precipitado deducir de esto que la subjetividad de Ibn Ḫaldūn busca comunicarse a un nivel más íntimo con el lector común y que esto puede considerarse un paso hacia la escritura moderna y un síntoma de transición, por lo que conviene seguir analizando el resto de fenómenos lingüísticos37Las partículas anna y inna seguidas de afijo pronominal en 1ªPS podrían considerarse como equivalentes al uso de los pronombres independientes, ej.: wa-l-taʿlamū wa-tataḥaqqaqū annī / ‘que sepáis y os convenzáis de que yo’..
Existe también un alto grado de subjetividad en los sustantivos con sufijo pronominal de 1ªP que, por su significado, dan acceso directo al sujeto o están estrechamente relacionados con este. En el primer grupo, tenemos sustantivos como miṯlī / ‘alguien como yo’ o nafsī / ‘yo mismo’, que -a diferencia de Ibn Ḫaldūn38En este grupo, Ibn Ḫaldūn emplea un sustantivo tan íntimo como ḍamīrī / ‘mi corazón o mente’, entre otros.- Ibn al-Ḫaṭīb también emplea en su correspondencia39Merece la pena mencionar el excepcional caso de uso del sustantivo insānī / ‘mi persona’ -aunque no refiera al sujeto autor- en la epístola literaria titulada Qaṭʿ al-falāt bi-aḫbār al-wulāt (Atravesar el desierto con noticias de los gobernadores), que incluye Ibn al-Ḫaṭīb en la Nufāḍa (pp. 151-162) y que, según indica en su presentación, está basada en un testimonio oral real sobre las cualidades de los gobernadores meriníes en tiempos del sultán Abū Sālim. En Qaṭʿ al-falāt, el autor expone esta información dentro de un marco ficticio donde él adopta la voz en primera persona de un narrador viajero que mantiene un diálogo-interrogatorio con un informante anónimo donde ambos personajes recorren la lista de estos gobernadores, muchos de cuyos nombres se encuentran en blanco en el manuscrito.. El segundo grupo es más abundante y tiene presencia en la narración. Los más frecuentes suelen ser šaʾnī / ‘mi asunto’, y ḥāǧatī / ‘mi necesidad’ o ġaraḍī / ‘mi propósito’, pero también se encuentran otros como ibnī / ‘mi hijo’, ʿayšī / ‘mi vida’, ʿahdī [bih] / ‘mi conocimiento [de él] ’ o makānī / ‘mi lugar’, además de los que se refieren al campo de las emociones que se tratará más adelante, como ḥasratī / ‘mi pesar’, ǧazaʿī / ‘mi angustia’ o ḥuznī / ‘mi tristeza’; véanse algunas instancias en sus co-textos40El término «co-texto» pertenece al ámbito de la lingüística y hace referencia a las unidades léxicas inmediatas a una palabra; se distingue del término «contexto» en que este último posee un sentido discursivo o extra-lingüístico más amplio (Brown y Yule, Discourse Analysis, pp. 46-50).:
ṣadarat al-muḫāṭaba fī šaʾnī
se emitió el comunicado sobre mi asunto
ṭaraqanī mā kaddara šurbī wa-naġġaṣa ʿayšī
me sobrevino lo que enturbió mi bebida y turbó mi vida
El siguiente fenómeno lingüístico que podría considerarse fundamental en el análisis del lenguaje subjetivo de un texto son los verbos en 1ªP, especialmente del singular41Conviene señalar aquí que existen casos excepcionales de segunda persona que hacen referencia a una 1ªP implícita, ej.: taḫāluhu manḥūt-an min al-alwa / ‘te crees que está tallado en una madera olorosa’ (Ibn al-Ḫaṭīb, Nufāḍa, p. 71).. Sin embargo, resulta realmente llamativa la escasez de estos en la Nufāḍa en comparación con el Taʿrīf, donde son tan abundantes y diversos que marcan una auténtica hoja de ruta del sujeto a cuyas acciones refieren. ¿Significa esto que el texto del Taʿrīf es más subjetivo que el de la Nufāḍa?, lo veremos al final del estudio; por ahora, lo consideraremos una diferencia remarcable. Los verbos etiquetados como 1ªPS en toda la Nufāḍa ascienden a 179 instancias, muchos de estos están repetidos numerosas veces, como ḫāṭabtu / ‘escribí a’, qultu / ‘dije’ o anšadtu / ‘recité’ -sin tener mayor trascendencia que la esperada- y la mayoría están en tiempo pasado.
De las 179 instancias mencionadas, 27 se encuentran en la riḥla, la mayoría de las cuales son verbos de movimiento, de relaciones sociales o para introducir algún material complementario a la propia narración del periplo. Sin embargo, destacan algunos que tienen gran relevancia, tales como raʾaytu / ‘percibí/pensé’, hamamtu / ‘me propuse’, taṣaddaqtu / ‘di de limosna [algo]’, ḥarramtu / ‘declaré ilícito [algo]’, saʿʿaṭtu / ‘hice aspirar [por la nariz]’. Si esta hubiese sido una extracción automática de instancias de un corpus mucho más grande y menos controlado, su elevado grado de subjetividad nos habría obligado a ir a sus contextos a indagar sobre su uso:
raʾaytu ḏakāʾah mutawāriy-an
contemplé su inteligencia oculta
saʿʿaṭtuhu bi-ḫardal al-ʿatb
le hice aspirar [por la nariz] la mostaza del reproche
El resto de verbos en 1ªPS en la narración de la Nufāḍa abarcan acciones de cognición (taʿarraftu / ‘me informé’), de propósito (ʿazimtu / ‘me decidí [a]’), y de interacción (ištaraytu / ‘compré’; amartu / ‘ordené [a alguien]’; talaṭṭaftu, ‘actué con cortesía’; dafantu / ‘enterré’; waqqaftu / ‘dispuse [a alguien]’), entre otros. Además de disponer las instancias en agrupaciones semánticas, conviene prestar atención a los patrones42Partington, Duguid y Taylor, Patterns and Meanings in Discourse, p. 8.. Si, en comparación con el Taʿrīf, se aprecia una escasez de verbos en 1ªPS en la narración histórica, cuando estos aparecen concentrados en un pasaje, constituye un hecho excepcional que debe ser analizado de cerca; al hacerlo, nos damos cuenta de que esta concentración se puede deber a dos razones: que el historiador está transcribiendo testimonios orales o que el sujeto está interviniendo en la historia. El primer caso lo veremos en la siguiente sección. El segundo es un caso único en esta parte de la Nufāḍa; se asemeja al estilo de Ibn Ḫaldūn que caracteriza su Taʿrīf e incluye un grupo excepcional de verbos (āṯartu / ‘preferí’, aqnaʿtu / ‘convencí’, rasamtu / ‘tracé’). El contexto hace referencia al momento en el cual el sultán nazarí Muḥammad V vuelve a al-Andalus de su exilio magrebí para recuperar su trono con apoyo castellano y solicita la presencia de Ibn al-Ḫaṭīb, quien se sincera con sus lectores sobre su negativa a comparecer:
āṯartu mā anā bi-sabīlih min al-rāḥa
preferí el sosiego al cual me encamino
aqnaʿtuhu bi-l-waʿd
le convencí con la promesa
Estas concentraciones también se dan en otros géneros, como las cartas o la risāla y merecen interpretaciones que se salen del propósito de este estudio. Por ejemplo, en una carta que Ibn al-Ḫaṭīb dirige a Ibn Baṭṭūṭa para informarle de la compra de un terreno en el Magreb cerca de las propiedades del viajero tangerino, se encuentra el siguiente grupo de verbos que podrían vincularse al complejo marco semántico de la transacción: iltazamtu / ‘me hice responsable’, irtabaṭtu / ‘me comprometí’, iḫtartu / ‘elegí’, iġtabaṭtu / ‘me regocijé’, waǧǧahtu [ṯiqatī] / ‘dirigí [mi confianza]’. Otro ejemplo se da al contemplar que prácticamente todos los verbos en 1ªPS en tiempo presente se concentran en Qaṭʿ al-falāt43Sobre esta epístola literaria, véase una nota previa de esta sección. , que podría interpretarse como un rasgo lingüístico del registro narrativo de la risāla con respecto a los del resto de materiales de esta obra miscelánea.
En cuanto a los verbos en 1ªPP, es de esperar que la mayoría de los que refieren una acción colectiva se encuentren en la riḥla; y así sucede igualmente en el Taʿrīf aunque, por la idiosincrasia propia de esta última, estos verbos la salpican de principio a fin. En la Nufāḍa, los verbos en 1ªP del plural colectivo son, principalmente, de movimiento (tawaǧǧahnā / ‘nos dirigimos’, ʿabarnā / ‘cruzamos’, tasannamnā ‘ascendimos’, ashalnā / ‘caminamos por el llano’) pero también de percepción (nušāhid / ‘vemos’, nanšaq / ‘olemos’, ḥadasnā / ‘intuimos’), de sensación (kābadnā / ‘sufrimos’, ʿaǧibnā / ‘nos asombramos’, araḥnā / ‘descansamos’), y de ritual (qaraʾnā / ‘recitamos’, daʿawnā / ‘invocamos’, ṣallaynā / ‘rezamos’).
Los verbos de 1ªP del plural mayestático son escasos en la narración, pues suelen ser más propios del registro epistolar, aunque lo cierto es que depende de la interpretación. Los plurales mayestáticos iḫtaṣarnā / ‘abreviamos’ y nuṯbitu / ‘registramos’, que hacen referencia a acciones que ejerce el autor en la redacción de su obra, dependen de que, efectivamente, consideremos que el sujeto autor de una obra premoderna es un único individuo. Asimismo, el plural colectivo de los verbos de percepción señalados previamente podría interpretarse como mayestático. De este modo, se puede apreciar que esta categoría de verbos que se sitúa en la frontera entre el individuo y el grupo abre líneas de indagación que, al menos, dependen del género y/o del contexto y en la que se podría valorar la inclusión de aquellas acciones que el sujeto considera que otros ejercen sobre él44Es interesante señalar aquí que, en un sondeo rápido del Tibyān del rey granadino Ibn Buluqqīn (m. finales del s. XI) -obra histórica que es considerada como sus «memorias»-, el uso de verbos en primera persona del plural es llamativamente abundante y estos son marcadamente más frecuentes que los de primera persona del singular. Esto viene en refuerzo de la validez del esquema propuesto como marco comparativo para el análisis de textos autoexpresivos y de la evolución diacrónica de la expresión subjetiva en el Occidente islámico. Sobre el género de esta obra, véase: Lévi-Provençal y García Gómez, El siglo XI en 1ª persona; y Jreis, “Contextos de autoexpresión”..
Sin embargo, las acciones del sujeto no solo se hallan en la categoría gramatical de los verbos y, por ello, son más intrincadas de identificar, sin dejar de tener una presencia explícita en el lenguaje. Se trata de aquellos usos del maṣdar -considerado el origen del verbo en la gramática árabe- que implican una acción del sujeto, donde este último puede estar explicitado a través de un afijo pronominal en genitivo o estar oculto requiriendo, en este último caso, una estructura sintáctica concreta con un verbo auxiliar:
min sāʿat ilmāminā inzawà ʿannā
desde el momento de nuestra llegada, se retiró de nuestra presencia
en cuanto llegamos, se retiró de nuestra presencia
ṣurifa ilà Šalūbāniya bi-išāratī
fue enviado a Salobreña por recomendación mía
recomendé que lo enviasen a Salobreña
īṯārī li-hāḏih al-ṭarīqa
mi preferencia por este modo
el hecho de que prefiero este modo
min al-ġad kān al-tawaǧǧuh ilà ḏālik al-makān al-mubārak
al día siguiente, «fue la dirección» hacia aquel bendito lugar
al día siguiente, nos dirigimos hacia aquel bendito lugar
3.2. La falsa Primera Persona
⌅Al buscar la presencia de la primera persona de la forma señalada en el apartado anterior, se dan casos donde, gramaticalmente, tiene lugar esta persona, y un buen analizador morfológico extraería estas instancias como tales, pero si no se presta buena atención al contexto de uso se puede llegar a resultados imprecisos donde la primera persona no refiere al autor. En la Nufāḍa, esta situación se da en tres ocasiones: cuando se transcriben testimonios orales, cuando se crean diálogos ficticios y cuando se incluyen cartas ajenas.
Dos de los testimonios orales que inserta Ibn al-Ḫaṭīb en su narración histórica, guardan relación con dos de sus valoraciones negativas. La primera, al referirse a la mala calaña de Muḥammad VI El Bermejo, usurpador del trono de Granada y su consumo de hachís45Ibn al-Ḫaṭīb, Nufāḍa, p. 183.. La segunda guarda relación con el asesinato de los niños y jóvenes meriníes ordenado por el sultán Abū Sālim -sus hermanos y sobrinos- al acceder al trono46Ibn al-Ḫaṭīb, Nufāḍa, pp. 267-268. Conviene señalar que esta práctica condenada por Ibn al-Ḫaṭīb fue habitual en el imperio otomano hasta bien entrada la edad moderna.. En ambos casos, los testimonios vienen introducidos con el verbo ḥaddaṯa / ‘relató’47Ha de señalarse que el verbo ḥaddaṯanī / ‘me relató’ equivaldría al verbo en 1ªPS samiʿtu / ‘escuché [el relato]’ y que tiene un peso cognitivo en la faceta de historiador del autor que, en el caso de Ibn al-Ḫaṭīb es considerada una marca de modernidad en sus escritos (Znībar, “Ibn al-Ḫaṭīb wa-l-taǧdīd fī l-minhāǧ al-tārīḫī”). Otra marca identificativa de estos testimonios en la Nufāḍa es qāl al-muḫbir / ‘el informante dijo’., que podría considerarse una marca identificativa de estos:
ḥaddaṯa ṣāḥib šurṭatih
su prefecto de la policía relató
ḥaddaṯanī mutawallī hāḏā l-makrūh bi-him bi-hawl maṣraʿihim
el encargado de esta repugnante acción me relató su espantosa muerte
El historiador granadino transcribe de forma literal las palabras de sus testigos, quienes emplean verbos en 1ªPS como raʾaytu / ‘vi’, ʿaṯartu / ‘hallé’, y aḫṭaʾtu / ‘erré’, entre otros, que no hacen referencia al sujeto autor.
Otra de las ocasiones en las que se da la falsa primera persona es en la ficción o recreación y hay dos ejemplos claros de esto en el texto. Uno se produce en la primera carta que dirige Ibn al-Ḫaṭīb a Abū Sālim al término de su riḥla48Ibn al-Ḫaṭīb, Nufāḍa, pp. 81-86. , donde le pide ayuda al sultán meriní para la restitución de sus propiedades andalusíes y transcribe una conversación imaginaria que mantiene con el difunto sultán Abū l-Ḥasan -padre de Abū Sālim- ante la tumba de este en Chella. El otro ejemplo se encuentra en la epístola literaria Qaṭʿ al-falāt, cuando se rompe el pacto narrativo entre el autor y el lector, relegando la adscripción de subjetividad en el relato ficticio al ámbito de la exégesis, por lo que se imposibilita la replicabilidad propia del método científico49Sobre este tema, véase: De Looze, Pseudo-autobiography in the Fourteenth Century; y Jreis, “Contextos de autoexpresión”, p. 137.. En esta risāla, los verbos en 1ªP se dividen entre el narrador -que podríamos conjeturar que se tratar de Ibn al-Ḫaṭīb- y un personaje a quien este interroga; el diálogo contiene instancias tan interesantes como el verbo de cognición adrī / ‘sé’ en negativo y los verbos yarūquka / ‘te agrada’ y yuʿǧibuka / ‘te gusta’, que, aunque están en segunda persona, implican la primera.
3.3. Las emociones
⌅Las emociones expresadas por Ibn al-Ḫaṭīb en la Nufāḍa hacen referencia tanto a sus estados emocionales propios como a los de otras personas con las que comparte momentos de intimidad, sean estos individuos con los que se encuentra o grupos de los que forma parte. La adscripción de una valencia negativa o positiva a estas emociones depende, hasta cierto grado, tanto del contexto discursivo como del contexto cultural. Un sentimiento50En historia de las emociones, no se distingue entre emoción, afecto y sentimiento (Rosenwein, Generations of feeling, pp. 7-8). como la vergüenza (ḫaǧla), que consideraríamos negativo, tiene una valencia positiva en la Nufāḍa cuando se describen las virtudes de un personaje bien valorado:
En el análisis del léxico emocional se han tenido en cuenta tanto sustantivos como verbos, adjetivos y expresiones, aunque la mayoría de las instancias extraídas han sido sustantivos con una considerable variedad léxica y un complejo abanico de emociones. Por ejemplo, en la riḥla, el autor adscribe a otros emociones tales como la fatiga (rizḥ), la preocupación (hamm) y la aversión (ḥazāza); y experimenta en grupo perplejidad (baht) y gratitud (šukr), por un lado y, por otro, aflicción (ḥasra), pesimismo (taṭayyur), espanto (rawʿ) y tristeza, esta última transmitida en metáfora ante el recuerdo del difunto sultán meriní Abū l-Ḥasan, «el último rey justo»51Esta emoción se da durante la visita al lugar de refugio y fallecimiento del sultán meriní destronado Abū l-Ḥasan, derrotado en la batalla del Salado (1340), a quien el visir granadino consideraba «el último rey justo» (Viguera, “Ibn al-Jaṭīb visita el monte de los Hintāta”, p. 655).:
lā tatamālak al-ʿayn an tantaṯir sulūk dumūʿihā
los ojos no alcanzan a dispersar el curso de sus lágrimas
En el resto de la narración, la presencia de emociones es escasa si la comparamos con la variedad léxica que se presenta en el Taʿrīf52Las emociones están también presentes en la correspondencia y en la poesía pero, como se ha mencionado al principio, su uso no corresponde a una posición subjetiva explicita de la voz autoral ante el lector común, como cuando Ibn al-Ḫaṭīb le dice a Ibn Ḫaldūn en una carta: anā ʿātib wa-wāǧid / ‘estoy molesto contigo y triste’; o cuando le dice al jefe del Estado en otra: anā l-yawm lā amal lī illā liqāʾuk / ‘hoy no tengo otro anhelo que el de encontrarme contigo’.. Esta presencia se da en la narración de acontecimientos históricos y en aquellos fragmentos, etiquetados como «Otros», en los que Ibn al-Ḫaṭīb adopta un registro autobiográfico y que sitúa en los márgenes de los materiales que conforman el grueso de la obra.
Las emociones que se describen en las partes etiquetadas como «Tārīḫ» en la Nufāḍa tienen que ver, principalmente, con estados emocionales colectivos que guardan relación con el ascenso de candidatos políticos y con su caída en desgracia, por lo que se puede identificar la evolución de estos en torno a los acontecimientos históricos narrados. Al mismo tiempo, el propio Ibn al-Ḫaṭīb expresa su estado individual y se incluye en los colectivos, ya sea como parte del grupo o como observador de este.
Al etiquetar los fenómenos lingüísticos empleados, se observan dos picos emocionales en la narración histórica: el primero se da con el derrocamiento de Ismāʿīl II por El Bermejo -auténtico artífice del derrocamiento de Muḥammad V-, cuyas noticias llegaban al autor en su exilio desde Granada53Ibn al-Ḫaṭīb, Nufāḍa, pp. 103-119.; y el segundo, mucho más vívido, con la fitna magrebí posterior54Ibn al-Ḫaṭīb, Nufāḍa, pp. 215-342..
Se empieza describiendo la ausencia de miedo (ḫašya) de El Bermejo, el dolor del derrocado (muʾlim) y el sentimiento colectivo elevado con el ascenso ilegítimo al poder:
aṭalla ṣāḥib al-amr ʿalà l-nās [...] ġābiṭan iyyāhum bi-nafsih
apareció el soberano ante la gente [...] suscitando su sana envidia
Posteriormente, un testigo oral le narra a Ibn al-Ḫaṭīb con detalles escabrosos la caída en desgracia del visir de El Bermejo, Ibn Abī l-Fatḥ, que produce indiferencia a los asistentes y tranquilidad (mustarīḥ) de resarcimiento al autor55El autor continúa la expresión de su estado de forma implícita con un verso y una serie de dichos. Este recurso es muy propio de sus escritos y hace considerar la relevancia de los versos sueltos en el texto, a diferencia de los poemas largos, que suelen tener entidad propia. Además, esta parte de la narración está citada en el Nafḥ (vol. 5, pp. 138-142) de al-Maqqarī como ejemplo de la calumnia (qadḥ) en la que, según el tremecení, tenía Ibn al-Ḫaṭīb especial habilidad.:
lā yuṯīrūna damʿan wa-lā yastanzilūna raḥmatan
no provocan lágrimas ni atraen compasión
wa-fī ḏālik aqūlu mustarīḥan
y sobre eso digo aliviado
En torno al maǧlis de El Bermejo gira una léxico muy particular que transmite miedo (ḫawf), repulsión (tawaḥḥuš), indolencia (ḫumūl) y confusión emocional, entre la cólera (ġaḍab) y la satisfacción (riḍā); mientras tanto, Pedro I de Castilla se siente gozoso (muġtabiṭ), según Ibn al-Ḫaṭīb, de dar refugio a militares huidos de Granada que refuerzan sus defensas frente a Aragón56Sobre este enfrentamiento, véase Kagay y Villalon, Conflict in Fourteenth-Century Iberia..
La situación de Granada en tiempos de El Bermejo57Ibn al-Ḫaṭīb, Nufāḍa, pp. 183-185. y el empeoramiento de las relaciones con el Magreb meriní le causa al visir exiliado una gran irritación (imtiʿāḍ):
Una parte importante de la narración histórica en la Nufāḍa se ocupa de la investidura del sultán meriní Abū Sālim y su final, del cruce de Muḥammad V a la Península para recuperar su trono, y de la lucha dinástica en Fez protagonizada por el visir al-Yābānī hasta la llegada del nuevo sultán meriní Abū Zayyān a Fez. En esta parte, se encuentra una concentración importante de vocabulario referente a estados emocionales propios y ajenos, que corresponde al segundo pico mencionado, haciendo que esta narración histórica tenga un alto grado subjetivo, comparable al de la riḥla. Una explicación posible de este patrón observado puede deberse al hecho de que, a diferencia de la historia previa que narra Ibn al-Ḫaṭīb en la obra, esta forma parte de su contexto personal inmediato en el Magreb.
Un ejemplo se encuentra en el trágico final del visir magrebí al-Fūdūdī58Este visir se había hecho con el poder en Fez entronizando a un joven hijo del difunto sultán Abū ʿInān pero las pretensiones de Abū Sālim en el trono y los apoyos que se granjeó para lograrlo le obligaron a entregarle el poder, cayendo posteriormente en desgracia, con un final que se asemeja bastante al que encontrará el mismo Ibn al-Ḫaṭīb al final de su vida. Véase un resumen de los acontecimientos históricos narrados por Ibn al-Ḫaṭīb en la Nufāḍa en Jreis, Entre dos orillas, pp. 50-59. a manos del recientemente entronizado sultán Abū Sālim y en presencia de los exiliados, Muḥammad V e Ibn al-Ḫaṭīb, quienes acababan de llegar a Fez tras el destronamiento del nazarí. Ibn al-Ḫaṭīb describe al detalle su final, sin pronunciarse explícitamente en primera persona, relegando a una jaculatoria que hace de colofón la expresión del miedo que le produjo verse en la piel del ajusticiado:
Ibn al-Ḫaṭīb también utiliza expresiones para describir la desilusión que sintieron los partidarios de Abū Sālim tras su ascenso y la tristeza que sintió este al ver los estragos del consecuente golpe de Estado en su contra, que ‘amargó el goce’ (naġġaṣa al-masarra) de todos59El derrocamiento de Abū Sālim supone el primer golpe decisivo contra las estructuras del sistema político meriní llevado a cabo por visires y fue presenciado por los grandes intelectuales e historiadores del momento: Ibn Marzūq, Ibn Ḫaldūn, Ibn al-Aḥmar, al-Ǧaznāʾī y el mismo Ibn al-Ḫaṭīb (Shatzmiller, L’historiographie Mérinide, p. 79). Ibn al-Ḫaṭīb compara al visir al-Yābānī, artífice del golpe, con Almanzor (Nufāḍa, p. 276).:
ḫābat fīhi āmāl al-āmilīn
se frustraron las ilusiones de los esperanzados
raʾà suḫnat ʿaynih wa-šaǧā ṣadrih wa-maṯār ḥasratih [...] iḫtabala ǧazaʿan
lo que vio le hizo llorar y le causó pena y lamento [...] estaba trastornado de la angustia
La fitna se prolonga, con la intervención de Castilla y Granada, y la ciudad de Salé, donde Ibn al-Ḫaṭīb se encontraba exiliado, es sitiada. La detallada narración de los acontecimientos carece de cualquier expresión en 1ªP; en su lugar, se expresa alegóricamente la inquietud colectiva ajena del primer día del sitio y el alivio ante la llegada en su ayuda de los árabes de Tāmasnā60Ibn al-Ḫaṭīb, Nufāḍa, pp. 324-328.:
bāta l-nās min amrihim ʿalà miṯl al-raḍf
por su situación, la gente pasó la noche como [si estuviesen] sobre ascuas
našaqa l-nās rīḥ al-intiyāš [...] wa-anisū bi-ǧanāb al-umna
la gente respiró el aliento de la embriaguez [...] aliviados por la vecindad del guardián
La suerte de los habitantes de Mequinez fue peor y los rebeldes consiguen hacerse con la ciudad, quedando estos sumidos en la desesperanza (yaʾs):
aḍḥat al-ḥaḍra bayna laḥyay asad al-ḍīq wa-l-yaʾs
la urbe quedó entre las mandíbulas del león del aprieto y de la desesperación61Este tipo de expresiones retóricas son comunes en el lenguaje alegórico de Ibn al-Ḫaṭīb y buscan enfatizar la comparación, haciendo explícito el objeto de la comparación para darle más fuerza a la imagen. En este caso, aunque «el aprieto» y «la desesperación» vuelven al «león», se busca la comparación con sus mandíbulas.
Cuando la entronización de Abū Zayyān pone fin a la discordia, este manda un comunicado a los habitantes de Salé, incluido en la Nufāḍa, al término del cual Ibn al-Ḫaṭīb se suma al júbilo (surūr kaṯīr) colectivo, duplicado por la natividad del Profeta:
ġašiyanā bi-l-balad surūr-un kaṯīr-un taʾayyada bi-surūr al-mawsim al-maḫṣūṣ bi-l-iḥtifāl
en la ciudad, nos cubrió mucha alegría reafirmada con la temporada dedicada a la celebración
En las partes de la Nufāḍa etiquetadas como «Otros», figuran momentos autoexpresivos propios de una autobiografía moderna. Tras la partida de su hijo ʿAbd Allāh, quien volvía a sus labores en la corte de Fez después de hacerle una visita a su padre en su retiro en Salé, Ibn al-Ḫaṭīb expresa su tristeza con un verbo en forma IV donde la 1ªPS es el objeto directo de la acción ajena:
ašǧānī inṣirāfuh li-wuqūʿ qarḥa ʿalà qarḥ
me entristeció su partida porque hirió donde ya había herida
Cuando fallece su esposa, expresa su agitación y tristeza:
ṭaraqanī mā kaddara šurbī wa-naġġaṣa ʿayšī
fui golpeado por un acontecimiento que enturbió mi bebida y amargó mi vida
ǧallat ʿalayhā ḥasratī wa-ištadda ǧazaʿī, wa-ašfaytu li-ʿuẓm ḥuznī
mi aflicción por ella fue inmensa y mi angustia intensa, y llegué al límite a causa de mi enorme tristeza
En contraste, al hacer una recopilación de su poesía y prosa, dice que siente tranquilidad (sukūn al-nafs / ‘reposo del ánimo’) al evitar todo aquello que le produce dolor (yaftaḥ al-qarīḥa / ‘abre la herida’) e inquietud (yašḥaḏ al-fikra / ‘estimula el pensamiento’); y afirma a través de una 1ªP implícita en la 3ª que sus proezas merecen autoelogio (aṯnà ʿalà nafsih).
En estos márgenes también nos encontramos con la intensa tristeza (ištadda waǧduh) que Ibn al-Ḫaṭīb adscribe a Muḥammad V al recordar este último la sede de su reino perdido en Granada.
Todas estas emociones añaden la dimensión subjetiva al estado de discordia y desarraigo del cual la Nufāḍa es un reflejo textual. Se podría decir que el Taʿrīf tiene una mayor carga de léxico emocional positivo que la Nufāḍa, por la mayor presencia de este en el texto62A pesar de que la presencia de léxico en torno a emociones positivas en el Taʿrīf es considerable, el peso de las negativas en este es mayor (Jreis, “Ibn Khaldūn in his subjective lexicon”)., sin embargo, la comparativa aquí no procede porque es de esperar que la narración de una vida presente mayor equilibrio que aquella circunscrita a una breve, aunque intensa, experiencia de exilio.
3.4. Los adjetivos evaluativos
⌅La evaluación en la Nufāḍa se produce, principalmente, a través del uso de adjetivos evaluativos, cuya abundancia suple, en términos de expresión subjetiva, la escasez de verbos en 1ªPS referida con anterioridad. Estos adjetivos evaluativos hacen referencia a lugares, personas o cosas y, normalmente, son adjetivos en iḍāfa (estado constructo)63 Abu-Chakra, Arabic, pp. 84-85. con otro sustantivo que constituye una propiedad de lo evaluado: raǧul baʿīd al-madà, ‘un hombre de largo alcance’; al-waṭan al-mutakāṯif al-ʿimāra, ‘el país de densa construcción’64Este uso en torno a las propiedades (ḫawāṣ) viene señalado por Ibn ʿAṣfūr en Bāb al-naʿt (Muqarrib, p. 219). .
Los adjetivos pueden ser clasificados siguiendo distintas categorías planteadas según criterios semántico, tales como la escala65Athanasiadou, “Adjectives and subjectivity”.. Dependiendo de los adjetivos y de su uso, estos puedes ser de grado y expresar una escala de valores. Esta escala puede implicar distintos grados y estar indefinida (unbounded), como en el caso de ṭawīl ‘largo’, ḥasan ‘bueno’ y ḫabīṯ ‘desagradable’; o tratarse de una escala extrema (bounded), como en el caso de ʿaẓīm ‘magno’, badīʿ ‘portentoso’ y sāfil ‘abyecto’. Los adjetivos de grado que expresan una escala son los que más se pueden relacionar con la subjetividad porque se conciben ocupando un rango en una escala mental de valoración y son los más adecuados para expresar una propiedad evaluativa y atributiva, como la longitud (ṭūl), la bondad (ḥusn) o la abyección (safāla), por lo que remiten al juicio del hablante y están fuertemente ligados al sustantivo con el que están combinados66Paradis, “Adjectives and Boundedness”. Existen otros fenómenos lingüísticos que se consideran marcas de expresión subjetiva, como los deícticos (Spearing, Textual subjectivity) o los hapax legomena (Wiebe et al., “Learning subjective language”); estos últimos se emplean en los estudios sobre autoría (Shakir, “Authorship Verification in Arabic Using Function Words”)..
Teniendo esta consideración cognitiva de los adjetivos, la alta frecuencia de uso de aquellos que implican una escala evaluativa en la Nufāḍa, en comparación con el Taʿrīf, indica una expresión subjetiva clara por parte de Ibn al-Ḫaṭīb equiparable a la explícita que Ibn Ḫaldūn expresa con verbos en 1ªPS. Para comprender la magnitud de este fenómeno en el texto analizado, la figura 2 muestra la distribución a lo largo de este de la amplia muestra extraída de adjetivos evaluativos anotados con valencia positiva y/o negativa:67Las divisiones «Riḥla», «Recop.» -recopilación de materiales- y «Tārīḫ» en la figura 2 hacen referencia a la estructura general de la obra según sigue con la paginación de la edición: «Riḥla» (pp. 43-81), «Recop-1» (pp. 81-101), «Tārīḫ-1» (pp. 103-119), «Recop-2» (pp. 121-177), «Tārīḫ-2» (pp. 179-185), «Recop-3» (pp. 187-213) y «Tārīḫ-3» (pp. 215-342); véase: Jreis, Entre dos orillas, pp. 255-259
La tabla 1 recoge una selección no exhaustiva pero sí representativa de instancias relevantes de estos adjetivos en la «Riḥla» y el «Tārīḫ», señalando su valencia, sea esta positiva, negativa o ambivalente según su uso en el texto.
La tabla 2 muestra el uso en la Nufāḍa de parte de los adjetivos presentados en la tabla 1, donde se especifican los sustantivos a los cuales se adscriben o, en su defecto, un co-texto aclarativo, con el fin de precisar el sentido semántico de su uso junto con ciertas características morfológicas y sintácticas.
فسيح | أقوار فسيحة | الذرع الفسيج | فسيحة الخطة | البلد الفسيح |
حَسَن | حسن الوجه | أحسنهم صورة | حسن العشرة | الخلق الحسن |
بديع | بديع النقش | المسجد البديع | ||
كثير | كثير الصدقة | عدد كثير | كثير العمران | كثير من الناشبة |
بعيد | بعيد المدى | بعيد عن السآمة | بعيد المهوى | المثل البعيد |
خالص | أخلص مقاصد الرحلة | خالص الحلية | ||
عظيم | العظيمة التيار | القصور العظيمة | الحجة العظمى | خطر عظيم |
شديد | البرد الشديد | شديد الخفة | شديد الميل | جزع شديد |
جمّ | رجل جم | الجم الماشية | أسباب جمة | |
خطير | خطير حليته | خطير ذخيرته | الذخيرة خطيرة | |
خبيث | الأرومة الخبيثة | ذيالك الخبيث | أخابث الشهوات | الآراء الخبيثة |
حائن | لجأ الحائن | الوثوب بالحائن | كاتب الحائن | السلطان الحائن |
وغد | الأوغاد من أهل سلا | ملعب الأوغاد | الساسة والأوغاد | |
سخيف | آمالهم السخيفة | التأنق السخيف | ||
منحل | الشيخ المنحل العصب والعقيدة | |||
غريب | الغريب الاسم | معنى غريب | التراتيب الغريبة | غريب شكله |
وقح | قوم من الأوقاح | الوقاح منهم | ||
قليل | أعطى قليلاً | قليل ما هم | ||
مشنوء | النبأ المشنوء | مشنوء جميع الخلال | ||
غفل | بين غفل ومثلوم وطفل ومختبل | |||
مهذب | الدول غير المهذبة بالحكمة | |||
خِبّ | الخب ذو الوجهين |
El análisis muestra que la mayoría de los adjetivos evaluativos utilizados por Ibn al-Ḫaṭīb en la Nufāḍa tienen tres ámbitos de referencia: el primero, las dimensiones, cantidades y propiedades de cosas (dinero, comida, etc.) y de espacios físicos; el segundo, el aspecto y la posición de otras personas, donde la escala de valor se relaciona con su conocimiento, poder y virtud; y el tercero, los eventos. El uso de este léxico desvela, por lo tanto, su posición individual respecto a un estándar cultural y colectivo implícito.
Dentro del contexto histórico de la obra y personal del autor, conviene señalar que hay una abundancia de adjetivos en la descripción del sultán meriní Abū Sālim y la narración de su caída68A modo de muestra, véase Ibn al-Ḫaṭīb, Nufāḍa, p. 215. Otro ejemplo interesante de concentración de adjetivos se encuentra en las descripciones que aporta el autor sobre los cuatro hijos del hermano de Abū l-Ḥasan, que se hallaban en Granada y de los que se enviará a dos a agitar el Magreb, ʿAbd al-Ḥalīm y ʿAbd al-Muʾmin (Nufāḍa, p. 300).. Tanto Ibn Ḫaldūn como Ibn Marzūq69Sobre este personaje, véase Viguera, “Ibn Marzūq según Ibn al-Jaṭīb”. aparecen en la narración histórica de su disputa por el trono de Fez70Ibn al-Ḫaṭīb, Nufāḍa, pp. 237-238., y ambos traen buenos ejemplos:
ṣāḥibunā l-faqīh al-ṣadr al-mutaqaddim bi-karīm al-ḫilāl wa-mutaʿaddid al-ḫiṣāl
nuestro compañero [Ibn Ḫaldūn] el alfaquí, el jefe, el adelantado con las cualidades más nobles y las numerosas virtudes
nasīǧ waḥdih wa-uʿǧūbat dahrih wa-l-baʿīd al-šaʾw fī l-maydān [...] wa-l-mustaʾṯar baʿd al-zubda
[Ibn Marzūq] único en su especie, portento de su tiempo, el de largo alcance en el campo [de batalla] [...] y el preferido sobre la [flor y] nata
Los ejemplos previos también sirven para aclarar que aunque el mayor peso de la evaluación en la Nufāḍa recae sobre los adjetivos mencionados, también se encuentra en sustantivos y expresiones con carga metafórica, que no se han tratado con profundidad por exceder las pretensiones del presente estudio.
Especial mención merecen los adjetivos negativos que Ibn al-Ḫaṭīb asigna a los agentes del poder, mostrando su posición respecto a estos: al-ḥāʾin ‘el imbécil’, al-ṯāʾir ‘el rebelde’, al-mustabidd ‘el déspota’. También se encuentran otros que rozan el insulto: al-aḫābīṯ ‘los perversos’, al-laʿīn ‘el maldito’, tays ‘estúpido’, al-fasl ‘el necio’, que conectan con su ampliamente reconocida mordacidad, como marca personal de su lenguaje.
Por último, conviene señalar que la atención al léxico presente en el co-texto de los adjetivos evaluativos es fundamental para identificar los casos donde los adjetivos positivos son empleados en contextos negativos con un sentido sarcástico:
4. Conclusiones
⌅A lo largo de la exposición previa se ha puesto en práctica una metodología híbrida, que utiliza el análisis cuantitativo, morfológico y estructural de un texto premoderno con una lectura de cerca en atención al nivel semántico de uso del léxico en relación con el contenido de la obra y su contexto cultural. Se ha creído necesario recurrir a los datos empíricos para demostrar la hipótesis previa en torno al grado de individualismo desplegado en textos que se han juzgado como carentes de este carácter moderno. El resultado fundamental tras este recorrido no es tanto demostrar que la obra forma parte de un género como el autobiográfico que no formaba parte de la tradición literaria del autor de la Nufāḍa, sino mostrar de qué otras formas se puede codificar la autoexpresión y que el camino hacia las formas modernas es una cadena con muchos eslabones que conectan con nuestro legado cultural.
Si se tuviese que decidir cuál de las dos obras, el Taʿrīf o la Nufāḍa, resulta más familiar al lector moderno, se podría decir que, en base al análisis del lenguaje empleado en ambas, es Ibn Ḫaldūn el que más se aproxima; su abundancia de verbos en primera persona del singular y de vocabulario emocional nos resulta inmediatamente accesible y familiar como lectores modernos y occidentales. Ibn al-Ḫaṭīb, en cambio, se oculta tras las formas densas de sus cartas y sus versos, se muestra tímidamente en términos «jaldūnianos» en los márgenes de sus escritos históricos, y pone el peso de su expresión subjetiva explícita en delimitar claramente su posición evaluativa y cognitiva, su punto de vista. Al hacerlo así, el visir granadino, aunque muestra a través de su uso del lenguaje un individualismo claro en pleno siglo XIV, se nos hace distante por todo ese caudal léxico que se queda en el dominio de una lengua árabe clásica lejana, incluso para el propio Ibn al-Ḫaṭīb.
La expresión subjetiva cuasi-moderna de la Nufāḍa evidencia así una transición epistemológica y de las formas de comunicación. Se trata de una expresión que se sigue debiendo a la sanción negativa que en la tradición oriental e islámica se hace de la jactancia, y que, al mismo tiempo, camina hacia el cambio de paradigma que traerá consigo el Renacimiento europeo. De ahí que el estudio de la subjetividad en textos árabes del Occidente islámico sea tan relevante para desentrañar las particularidades de su transición hacia la Edad Moderna. Y de ahí que esta labor requiera una metodología analítica con un esquema claramente definido que habilite la replicabilidad y la comparación.