Al-Qanṭara
XLV 1, enero-junio 2024, 683
eISSN 1988-2955 | ISSN-L 0211-3589
https://doi.org/10.3989/alqantara.2024.683

NOTA BIBLIOGRÁFICA

Ṭāriq b. Ziyād y los barbar

Ṭāriq b. Ziyād and the barbar

Maribel Fierro

Instituto de Lenguas y Culturas del Mediterráneo y Oriente Próximo, CSIC

https://orcid.org/0000-0003-4736-7224

Recibido: 23/05/2023; Aceptado: 06/09/2023; Publicado: 09/07/2024

Cómo citar/Citation: Fierro, Maribel, "Ṭāriq b. Ziyād y los barbar", Al-Qanṭara, 45, 1 (2024), 683. doi: https://doi.org/10.3989/alqantara.2024.683

CONTENIDO

En un reciente artículo, Jesús Lorenzo argumenta que la relación de clientela entre los dos conquistadores musulmanes de la península ibérica, Ṭāriq b. Ziyād y Mūsà b. Nuṣayr, se estableció con anterioridad a la presencia de ambos en Ifrīqiya y que por ello hay que descartar el origen norteafricano y beréber del primero1 Lorenzo Jiménez, “Los orígenes de Mūsà ibn Nuṣayr y Ṭāriq ibn Ziyād”.. En cambio, el origen árabe de Mūsà b. Nuṣayr estaría bien atestiguado2 Lorenzo Jiménez, “Los orígenes de Mūsà ibn Nuṣayr y Ṭāriq ibn Ziyād”, nota 23, señala que la única versión discrepante sobre el origen árabe de Mūsà b. Nuṣayr la recoge al-Maqqarī en Nafḥ al-ṭīb quien incluye la posibilidad de que descendiese de bereberes (barbarī). Aunque Lorenzo dice que la fuente de al-Maqqarī es Ṣāʿid (m. 462/1069), en realidad se trata de Ibn Saʿīd (m. 685/1286): al-Maqqarī, Nafḥ al-ṭīb min guṣn al-Andalus al-raṭīb, ed. Iḥsān ʿAbbās, 8 vols., Beirut, 1968, I, p. 286. No entro a discutir en esta ocasión la filiación religiosa de Nuṣayr que Lorenzo da segura como cristiana pues cristianos serían los rehenes que capturaron los conquistadores musulmanes de la localidad de ʿAyn Tamr entre los que se encontraba el antepasado de Mūsà. Pero en algunos de los textos (Ibn ʿAsākir, Ibn Jallikān) analizados por Michael Lecker en relación a otro de los rehenes -el antepasado de Ibn Isḥāq, el autor de la biografía del Profeta- se afirma que dichos rehenes estaban circuncidados: Lecker, “Muḥammad b. Isḥāq ṣāḥib al-maghāzī: was his grandfather Jewish?”. Frente a Lorenzo, veo muy problemático poder sacar conclusiones firmes a partir de las distintas versiones del relato relativo a los ‘rehenes’ encontrados en ʿAyn Tamr, pues es el tipo de relato que por las posibilidades que ofrecía de anclaje en la historia temprana de la comunidad musulmana debió de ser aprovechado de muchas formas y con diversos intereses no siempre fáciles de detectar..

Lorenzo pasa revista a las diferentes versiones que podemos encontrar en las fuentes árabes sobre el origen étnico de Ṭāriq b. Ziyād, al que se atribuye un origen beréber, un origen árabe y un origen persa3Lorenzo Jiménez, “Los orígenes de Mūsà ibn Nuṣayr y Ṭāriq ibn Ziyād”, pp. 9-10 y nota 61. Obras muy posteriores hacen aumentar el registro de posibilidades. Así, Antonio Gala, en El manuscrito carmesí, le da un origen vándalo: Civantos, The Afterlife of al-Andalus, p. 187.. Veamos qué se dice de cada uno de esos orígenes.

Las fuentes que dan a Ṭāriq b. Ziyād un origen beréber incluyen al historiador oriental Ibn Jallikān (m. 681/1282) y a los norteafricanos Ibn ʿIḏārī (m. dp. 712/1312), al-Ḥimyarī (m. 727/1327), Ibn Jaldūn (m. 808/1406) y al-Maqqarī (m. 1041/1632), unos especificando que pertenecía a la tribu de Nafza (Ibn ʿIḏārī y al-Ḥimyarī), otros a los Banū Layṯ (Ibn Jaldūn y al-Maqqarī)4Estos Banū Layṯ serían una tribu beréber sobre la cual puede verse de Felipe, Identidad y onomástica de los beréberes en Al-Andalus, pp. 163-165. o dándole simplemente la nisba al-Barbarī (Ibn Jallikān y al-Maqqarī). Por su parte, el autor del Kitāb al-ansāb ofrece una larga cadena onomástica (nasab) del personaje con nombres beréberes a partir de Ziyād b. ʿAbd Allāh5 Muḥammad Yaʿlà, Tres textos árabes sobre beréberes en el occidente islámico, pp. 63-72 (citado por Ibn ʿIḏārī, quien ofrece variantes); Lorenzo Jiménez, “Los orígenes de Mūsà ibn Nuṣayr y Ṭāriq ibn Ziyād”, p. 10. Tal y como ha indicado Mayte Penelas, ese ‘ʿAbd Allāh’ de la cadena onomástica no indica al antepasado que se convirtió al islam, sino que es una manera de suministrar al auténtico converso (en este caso sería Ziyād) un padre llamado ʿAbd Allāh, es decir, islamizado. Véase al respecto Penelas, “Some Remarks on Conversion to Islam in al-Andalus”, pp. 193-200.. Un dato ignorado por Lorenzo a la hora de pasar revista a las fuentes árabes que hablan del origen beréber de Ṭāriq es la información que se encuentra en la Ǧamhara de Ibn Ḥazm y en los Mafājir al-barbar relativa a los descendientes de la hermana de Ṭāriq, los Banū ʿAbd al-Wahhāb al-Ṣanhāǧī6 Herrero, “Ṭāriq b. Ziyād: las distintas visiones de un conquistador beréber según las fuentes medievales”, p. 182. Puede verse también de Felipe, Identidad y onomástica, p. 135..Esto indica que esa hermana casó con un bereber, lo cual en principio no es lo esperable de una mujer árabe en esos primeros tiempos de la expansión islámica cuando los árabes eran todavía un grupo étnico que captaba mujeres de otros grupos, pero no estaba dispuesto a ceder las propias. Esa posibilidad no se puede, sin embargo, descartar. Del poeta ʿAbbās b. Nāsịḥ (m. ca. 238/852) se dice que era hijo de un esclavo bereber que fue comprado por Muzāḥima, una mujer árabe de la tribu de Ṯaqīf, que luego lo manumitió y se casó con él7 Ibn Ḥayyān (m. 469/1076), Al-sifr al-ṯānī min Kitāb al-Muqtabas, 129v y Crónica de los emires Alhakam I y ʿAbdarrahman II, p. 133.. Esta información no deja de presentar sus propios problemas: a ʿAbbās b. Nāsịḥ sus biógrafos le dan una filiación con la tribu bereber Masmuda8Prosopografía de los ulemas andalusíes (PUA), id 4132, https://www.eea.csic.es/pua/ [consultado 14-06-24]., mientras que en el pasaje mencionado se dice que su padre era un Awraba.

Una de las referencias más antiguas a Ṭāriq que podemos fechar a ciencia cierta la encontramos en el Taʾrīḫ de ʿAbd al-Malik b. Ḥabīb (m. 238/853). En ella se dice que Ṭāriq se encontró con un anciano que le profetizó que al-Andalus sería conquistada por «el pueblo que va con vosotros, llamado los beréberes, que son de vuestra religión (yaftataḥuhā maʿakum qawm yuqāl lahum al-barbar wa-hum ʿalà dīnikum9 Ibn Ḥabīb, Kitāb al-taʾrīḫ, p. 136. Esta referencia se encuentra en Herrero, “Ṭāriq b. Ziyād”, p. 145 y nota 10.. Como bien señala Lorenzo, es una referencia que parece hacer de Ṭāriq alguien distinto de ese pueblo que va «con vosotros», siendo esta última una referencia a los árabes y sus clientes, de manera que Ṭāriq en realidad sería un árabe10 Lorenzo Jiménez, “Los orígenes de Mūsà ibn Nuṣayr y Ṭāriq ibn Ziyād”, nota 78.. Las fuentes que dan a Ṭāriq b. Ziyād un origen árabe le atribuyen una filiación con las tribus de Layṯ o Ṣadif. Respecto a la primera, la nisba al-Layṯī se atribuye también al famoso jurista beréber Yaḥyà b. Yaḥyà (m. 234/849), pero en su caso se especifica que él era cliente del clan de los Layṯ de la tribu de Kināna, perteneciente a los árabes del norte (Muḍar)11 Fierro, “El alfaquí beréber Yaḥyà b. Yaḥyà, ‘el inteligente de al-Andalus’”. De Yaḥyà b. Yaḥyà también se recoge un nasab largo en algunas fuentes, lo cual disminuye la excepcionalidad del caso de Ṭāriq señalada por Lorenzo (p. 10).. Esta sería pues la tribu árabe a la que habría pertenecido Ṭāriq de ser realmente un árabe. Respecto a la segunda tribu árabe mencionada, Ṣadif (la nisba correspondiente es al-Ṣadafī), en algunas fuentes se señala que el vínculo de Ṭāriq con dicha tribu era de clientela (walāʾ), es decir, no era árabe12 Lorenzo Jiménez, “Los orígenes de Mūsà ibn Nuṣayr y Ṭāriq ibn Ziyād”, p. 11 (es el caso de Aḫbār maǧmūʿa). Al-Maqqarī es el único que además recoge una posible filiación con la tribu árabe de Laḫm, tal vez una deducción hecha a partir de la nisba árabe de Mūsà b. Nuṣayr: como cliente suyo, Ṭāriq podía llevar su nisba..

Las fuentes que dan a Ṭāriq b. Ziyād un origen en Fārs, la antigua Persia (la región sudeste del Irán moderno) son Ibn ʿIḏārī y al-Ḥimyarī, mientras que en otras fuentes (Aḫbār maǧmūʿa y al-Maqqarī)13Aḫbār maǧmūʿa, ed. y traducción de Emilio Lafuente Alcántara, Madrid, 1867, 6/20; al-Maqqarī, Nafḥ al-ṭīb, I, p. 254. se especifica que era originario de Hamaḏān, ciudad situada en el territorio de la antigua Media a los pies del monte Elwend.

El principal argumento de Lorenzo para negar la posibilidad de que Ṭāriq fuese de origen beréber es cronológico. Dado que de Ṭāriq se dice que era cliente (mawlà) de Mūsà b. Nuṣayr, este solo podría haber establecido una relación de clientela con un beréber a su llegada a Ifrīqiya entre 698-699 y 707-708, cuando fue nombrado gobernador de Qayrawān:

Para aceptar que Ṭāriq fuera de origen bereber, el encuentro entre ambos tendría que haberse producido necesariamente en una fecha posterior a 693-694, que es cuando Mūsà llega a Egipto proveniente de Mesopotamia, o, más probablemente, en una fecha posterior a 698, la fecha más temprana en la que se data la llegada de Mūsà a Qayrawān. Si hasta aquí las fechas ya resultan ajustadas, teniendo en cuenta la gran confianza que depositaba en él en 709 al nombrarle gobernador de Tánger, mucho más lo son si atendemos al nasab de Ṭāriq, que muestra que su padre, Ziyād, ya estaba arabizado, según se desprende de su nombre inequívocamente árabe. Resulta obvio que la arabización del padre solo pudo producirse tras un contacto con los árabes, lo que parece alejar la posibilidad de que se tratara de un bereber magrebí, ya que, salvo incursiones esporádicas, este contacto no se produjo sino hasta la llegada de ʿUqba ibn Nāfiʿ al-Fihrī en 670. En todo caso, de haberse arabizado en este momento, cabría pensar que pertenecería al walāʾ de los fihríes, tribu a la que pertenecía ʿUqba, en ningún caso al de un recién llegado como era Mūsà ibn Nuṣayr. La incongruencia es aún más patente si tomamos en consideración el nasab que recogen Ibn ʿIḏārī y al-Maqqarī, que aluden a un abuelo de nombre ʿAbd Allāh, nombre no ya árabe, sino musulmán y frecuentemente adoptado por los conversos al islam14 Lorenzo Jiménez, “Los orígenes de Mūsà ibn Nuṣayr y Ṭāriq ibn Ziyād”, p. 12. .

Hay dos consideraciones que no tiene en cuenta Lorenzo en esta argumentación. La primera es que un beréber esclavizado y llevado a Oriente pudiese haber sido comprado por la familia de Mūsà: su conversión al islam o su manumisión en tierras orientales le habría convertido en cliente suyo. Uno de los clientes de ʿAbd al-Raḥmān I (r. 138/756-172/788), Maymūn b. Saʿd, era de origen beréber (nasabuhu fī l-barbar): el primer emir omeya de Córdoba había heredado su clientela de su antepasado el califa omeya al-Walīd b. ʿAbd al-Malik (r. 88/705-98/715) bajo cuyo gobierno se había llevado a cabo la conquista de al-Andalus15 Fierro, “Los mawālī de ʿAbd al-Raḥmān I”, nº 34. Para otro caso véase el nº 35..

La segunda es que la clientela puede ser un vínculo cambiante, es decir, se puede pasar de un patrón a otro: esto sucede, por ejemplo, cuando un patrón poderoso pierde poder y sus clientes (o una parte de ellos) deciden sumarse a aquél que ocupa ahora la posición dominante. Otras posibilidades también existen. Cambios de este tipo están bien documentados a lo largo de la historia temprana del Islam16Sobre el contexto puede verse Crone, Slaves on Horses y Crone, Roman, provincial and Islamic law; Bernards y Nawas (ed.), Patronate and patronage in early and classical Islam. . Me limitaré a dos casos atestiguados en al-Andalus17Además de los que se exponen a continuación puede verse también los casos de ʿĀṣim al-Ṯaqafī y Badr en Fierro, “Los mawālī de ʿAbd al-Raḥmān I”, nº 4 y 6..

El antepasado beréber de Ṯābit b. Ḥazm al-Saraqusṭī (m. 302/914)18 Fierro, “Ibn Ṯābit al-Saraqusṭī, Qāsim”, nº 1228. estableció relaciones de clientela (walāʾ ʿalāqa o clientela contractual) con los árabes Banū Zuhra como hicieron todos los beréberes de la frontera superior de al-Andalus. En un momento dado, Ṯābit -molesto por algún agravio que no se especifica- decidió no seguir llamándose al-Zuhrī y adoptó en cambio la nisba al-ʿAwfī, pretendiendo que el lazo de clientela había sido establecido con un descendiente del Compañero del Profeta ʿAbd al-Raḥmān b. ʿAwf al-Zuhrī que habría estado en la Península en la época de la conquista19 Fierro, “Árabes, beréberes, muladíes y mawālī”, p. 46. La fuente que da esta información es Ibn Ḫayr (m. 575/1179), Fahrasa, p. 193..

Ḥassān b. Yasār al-Huḏalī era cadí en Zaragoza en el momento de la entrada de ʿAbd al-Raḥmān I en dicha ciudad. Se decía que los Banū Qasī -el poderoso linaje que llegó a gobernar de forma independiente en la frontera superior- se habían convertido al islam con él (ʿalà yadayhi aslamū). Cuando uno de los miembros del linaje, Muḥammad b. Lubb, tuvo conocimiento de esto fue en busca de un descendiente de Ḥassān b. Yasār llamado Muntaṣir y lo mató por haber afirmado ese lazo de clientela. Este acto se explica porque había una versión alternativa de la conversión del antepasado de los Banū Qasī según la cual Qasī se habría convertido al islam directamente con el califa omeya al-Walīd b. ʿAbd al-Malik pasando así a ser cliente suyo: esta era la versión que Muḥammad b. Lubb claramente favorecía20 Fierro, “Árabes, beréberes, muladíes y mawālī”, p. 51. La fuente es Ibn Ḥāriṯ al-Ḫušanī (m. 361/971), Aḫbār al-fuqahāʾ wa-l-muḥaddiṯīn, nº 74. Véase sobre al respecto, Fierro, “El conde Casio, los Banū Qasī y los linajes godos en al-Andalus”, artículo al que respondió Eduardo Manzano, “A vueltas con el conde Casio”. No me interesan en este caso las implicaciones que esta historia tiene para fijar los orígenes de los Banū Qasī -sobre los que espero volver en otro estudio-, la cito simplemente como ejemplo de que era conocimiento comúnmente aceptado que los clientes y patronos podían «reescribir» -a veces de forma violenta- la historia de sus relaciones de clientela. Sobre los Banū Qasī el estudio de referencia es Lorenzo Jiménez, La dawla de los Banū Qasī.. Hay que tener en cuenta que la conversión al islam hasta mediados del s. II/VIII permitía la creación de un lazo de clientela, prohibiendo los juristas tal efecto a partir de entonces con el argumento de que la conversión hacía del converso cliente de la comunidad musulmana en su conjunto y no de un creyente en particular.

Por todo ello, contrariamente a lo que afirma Lorenzo, la «única solución al problema» no es que la clientela entre Mūsà y Ṭāriq se hubiese producido antes de la llegada al primero a Ifrīqiya e incluso a Egipto y que ello implique que no pueda tratarse de un beréber. Además de la posibilidad de que un antepasado de Ṭāriq fuese capturado en la conquista del Norte de Africa y llevado a Oriente donde pudo convertirse en cliente de la familia de Mūsà, existe también la posibilidad de que fuese un beréber que se convirtiese al islam a manos de uno de los árabes conquistadores de Ifrīqiya o haber sido manumitido por uno de ellos en el caso de haber sido esclavizado, pasando así a ser cliente suyo. Cuando, más tarde, Mūsà b. Nuṣayr es nombrado gobernador de Ifrīqiya, Ṭāriq pudo entrar a su servicio y ese servicio llevó a que se le considerase su mawlà. Esto explicaría algún otro dato no tenido en cuenta por Lorenzo.

En su detallado estudio sobre la representación de la figura de Ṭāriq b. Ziyād en las fuentes árabes, Omayra Herrero muestra la dificultad a la hora de desenmarañar las conexiones inter-textuales, estratos de transmisión y variaciones narrativas que se dan en las informaciones de las fuentes árabes respecto a Ṭāriq b. Ziyād, algo que no es exclusivo de él sino que se puede encontrar también en otros muchos casos de la historia del Islam temprano. Recoge Herrero algunos datos no señalados por Lorenzo, como la variante Ṭāriq b. ʿAmr presente en algunas fuentes, la figura de otro beréber, llamado Ṭarīf, que habría hecho una incursión en la Península con anterioridad (en el año 91/710) y del que también se dice que en realidad era árabe (en su caso, al-Maʿāfirī) y, sobre todo, la afirmación en los Aḫbār maǧmūʿa y en la obra de al-Maqqarī de que había quien dudaba de la relación de clientela con Mūsà b. Nuṣayr, pues Ṭāriq habría sido en realidad cliente de un árabe de la tribu de Ṣadif21 Herrero, “Ṭāriq b. Ziyād”, p. 145, citando Aḫbār maǧmūʿa, 6/20; al-Maqqarī, Nafḥ al-ṭīb, I, p. 254; véase también Herrero, “Ṭāriq b. Ziyād”, pp. 179-183.. Esta noticia parece proceder del historiador Aḥmad al-Rāzī (m. 344/955), quien afirmaba además que los descendientes de Ṭāriq en al-Andalus negaban que hubiese existido una relación de clientela con Mūsà b. Nuṣayr. No sabemos el fundamento de esta negación, es decir, si se debía a que de hecho nunca existió o si se debía a que el mal trato recibido por Ṭāriq por parte de Mūsà22 Herrero, “Ṭāriq b. Ziyād”, pp. 152-154. hubiese llevado a la familia a renegar del vínculo de clientela. Otra posible explicación es que, con el paso del tiempo y la pérdida de poder por parte de Mūsà b. Nuṣayr y sus descendientes, el vínculo de clientela que pudo existir hubiese dejado de ser algo provechoso para los descendientes de Ṭāriq, prefiriendo alardear de otro tipo de conexiones. De manera más general, es muy escasa la huella en las fuentes árabes que ha dejado la descendencia de los árabes, sus clientes y los beréberes activos en la sociedad de la conquista antes de la llegada de ʿAbd al-Raḥmān I en 138/756: ello se explica porque el triunfo político de los omeyas cordobeses trajo consigo la pérdida del poder por parte de los árabes y el consiguiente debilitamiento de sus seguidores, mientras que los omeyas fomentaban tanto la operatividad como el recuerdo de los lazos de clientela con ellos mismos. Es decir, los mawālī fueron a partir de entonces fundamentalmente los mawālī omeyas y se produjo el olvido progresivo de los mawālī de árabes que no fuesen omeyas, entre ellos, de los mawālī de personajes que habían tenido tanto peso en la historia peninsular como Mūsà b. Nuṣayr o el gobernador Yūsuf al-Fihrī cuya derrota por ʿAbd al-Raḥmān I significó el principio del fin del poder y autonomía políticas de los árabes en al-Andalus.

Si la duda entre un origen árabe o beréber se puede explicar fácilmente por los procesos que se acaban de mencionar, ¿qué es lo que puede determinado la circulación de la versión según la cual Ṭāriq b. Ziyād tenía un origen persa? Por un lado, era una alternativa al origen beréber, origen este que no tenía connotaciones muy positivas dada la consideración general de los beréberes como gente salvaje y dada a la rebelión23Puede verse al respecto Valérian, Les Berbères entre Maghreb et Mashreq (VII e -XV e siècle) y la bibliografía citada en esta obra sobre la representación de los beréberes en la literatura árabe, así como Rouighi, Inventing the Berbers. History and Ideology in the Maghrib. . Por otro lado, dado que la conquista de la región de Fārs fue anterior a la de al-Andalus, atribuirle un origen persa daba a Ṭāriq b. Ziyād precedencia en la incorporación al islam sobre otros no árabes procedentes de territorios que fueron conquistados posteriormente. Esto de la precedencia no era una cuestión baladí: la sābiqa, el haber hecho algo con anterioridad a otro, fue uno de los recursos más utilizados en el Islam temprano para jerarquizar y establecer distinción24 Afsaruddin, Excellence and precedence.. Esto lo podemos ver en el caso de Ibn Ḥazm (m. 456/1064), uno de cuyos antepasados, a pesar de ser conocidos sus orígenes locales, afirmaba que estos estaban en Persia, lo que le permitía reivindicar una conversión al islam y una clientela con los omeyas más antigua que la de otros clientes al servicio de los omeyas cordobeses25 Fierro, “Why Ibn Ḥazm became a Zahiri: charisma, law and the court”, p. 3.. El supuesto origen persa de Ṭāriq pudo ser también una forma de reclamar para él precedencia frente a otros clientes.

Como nota curiosa, en una de las fuentes árabes referentes a al-Andalus se establece además una vinculación entre ser de Persia y ser miembro de los barbar. En un diccionario biográfico de ulemas del s. IV/X, los Aḫbār al-fuqahāʾ wa-l-muḥaddiṯīn de Ibn Ḥāriṯ al-Ḫušanī (m. 361/971), de varios personajes se dice que eran min al-barbar: son los casos de ʿAbbās b. Nāṣiḥ (aṣluhu min al-barbar); Saʿīd b. Masʿada (min al-barbar), Yaḥyà b. Yaḥyà (min al-barbar) y Yaḥyà b. Ayyūb (min al-barbar)26 Ibn Ḥāriṯ al-Ḫušanī, Aḫbār al-fuqahāʼ wa-l-muḥaddiṯīn, pp. 284, 324, 378. Quiero agradecer a Luis Molina su amabilidad al localizar estas citas.. Por otros datos acerca de ellos, no parece caber duda alguna de que todos ellos eran beréberes27Sobre sus orígenes puede verse de Felipe, Identidad y onomástica.. Pero en esa misma obra se afirma de un personaje «Masarra mawlà li-raǧul min al-barbar min ahl Fārs»28 Ibn Ḥāriṯ al-Ḫušanī, Aḫbār al-fuqahāʼ wa-l-muḥaddiṯīn, p. 218., es decir, se identifica a los barbar con gentes de Persia. No es el único caso: del último antepasado de Abū Zayd ʿAbd al-Raḥmān se afirma que se llamaba Barbar y era mawlà del califa Muʿāwiya (r. 41/661-60/680), quien le había hecho prisionero en una expedición a al-Fārs29 Ibn Ḥāriṯ al-Ḫušanī, Aḫbār al-fuqahāʼ wa-l-muḥaddiṯīn, pp. 236 y 283; también se dice que se puso en viaje hacia Oriente pero se cansó del mar y desembarcó en «bilād al-Barbar» y regresó a al-Andalus. Hay otros casos en que se menciona al-Fārs sin hacer referencia a al-barbar: uno que lleva la nisba al-Fārisī (n1 329); una familia que pretendía ser min al-Fārs (p. 282).. Parece, pues, que para el autor de origen norteafricano Ibn Ḥāriṯ al-Ḫušanī30 Zomeño, “Ibn Ḥāriṯ al-Jušanī, Abū ʿAbd Allāh”, nº 548. Estos textos de Ibn Ḥāriṯ al-Ḫušanī no son tenidos en cuenta por Rouighi en sus artículos “The Andalusi origins of the Berbers” y “The Berbers of the Arabs”. el término barbar se aplicaba no solo a los pobladores nativos norteafricanos, sino también a pobladores de la zona de Persia. La única explicación que se me ocurre es que al hacerlo estuviese siguiendo el uso que los romanos -y antes que estos, los griegos- dieron al término del que procede al-barbar: los barbaroi eran los que hablaban una lengua ininteligible porque era distinta de la propia31Esto es llamativo porque -tal y como indica Rouighi- el término que se suele aplicar a los persas en las fuentes árabes es el de ʿaǧam como indicativo de que no eran arabo-parlantes. ¿Tiene algo que ver el uso de esta expresión tan poco usual en la obra de un autor norteafricano con la presencia de una dinastía de origen persa, los Rustumíes, entre poblaciones beréberes?.

¿Estaba el término al-barbar limitado a los habitantes de al-Fārs y el norte de África? En la biografía que al-Qāḍī ʿIyāḍ (m. 544/1149) dedica al historiador Ibn al-Qūṭiyya (m. 367/977), así llamado por ser descendiente de Sara la Goda, nieta del rey visigodo Witiza, afirma que pertenecía a los clientes que eran barbar (min al-mawālī al-barbar)32 ʿIyāḍ (m. 544/1149), Tartīb al-madārik li-maʿrifat aʿlām maḏhab Mālik, VI, pp. 296-298. https://archive.org/details/FP37029/00_37029 . ¿Cómo entender esta frase? En un estudio anterior propuse que hacía referencia al linaje paterno, no materno, de Ibn al-Qūṭiyya, es decir al linaje del primer marido de Sara la Goda, ʿĪsà b. Muzāḥim, cliente del califa omeya de Damasco ʿUmar b. ʿAbd al-ʿAzīz (r. 99/717-101/720), sugiriendo por ello que este ʿĪsà b. Muzāḥim pudo haber sido de origen beréber33 Fierro, “La obra histórica de Ibn al-Qūṭiyya”, nota 82; Fierro, “Árabes, beréberes, muladíes y mawālī”, nota 58.. Pero si estaba haciendo referencia al linaje materno de Ibn al-Qūṭiyya, entonces la expresión se podría entender en el sentido de que los godos que se sometieron a los conquistadores fueron considerados clientes de estos y que se les llamó además de qūṭ también barbar34Esta posibilidad fue ya planteada por Vallvé Bermejo, “España en el siglo VIII. Ejército y sociedad”, dando lugar a una réplica convincente de Pierre Guichard, “A propósito de los ‘barbar al-Andalus’”. Vallvé, de hecho, no ofrecía más que una propuesta especulativa sin apoyo en las fuentes; en ese artículo no incluye la referencia de al-Qāḍī ʿIyāḍ aquí recogida, siendo esta la única evidencia textual que conozco que podría apoyar su propuesta..

Para concluir: ¿era Ṭāriq beréber? Nunca lo sabremos a ciencia cierta, pues las fuentes de que disponemos no nos permiten tomar una decisión terminante al respecto. Pero la posibilidad desde luego no puede ser descartada y en último término, lo más probable es que lo fuera35Uno de los revisores de este trabajo señala en este sentido que, dado que el ejército conquistador estaba compuesto mayoritariamente por beréberes, lo lógico es suponer que quien les mandaba lo fuera también..

Notas

 
1

Lorenzo Jiménez, “Los orígenes de Mūsà ibn Nuṣayr y Ṭāriq ibn Ziyād”Lorenzo Jiménez, Jesús, “Los orígenes de Mūsà ibn Nuṣayr y Ṭāriq ibn Ziyād y su relación con el imperio sasánida”, Al-Qanṭara, 43, 2 (2022), pp. 1-16..

2

Lorenzo Jiménez, “Los orígenes de Mūsà ibn Nuṣayr y Ṭāriq ibn Ziyād”, nota 23Lorenzo Jiménez, Jesús, “Los orígenes de Mūsà ibn Nuṣayr y Ṭāriq ibn Ziyād y su relación con el imperio sasánida”, Al-Qanṭara, 43, 2 (2022), pp. 1-16., señala que la única versión discrepante sobre el origen árabe de Mūsà b. Nuṣayr la recoge al-Maqqarī en Nafḥ al-ṭībal-Maqqarī (m. 1041/1632), Nafḥ al-ṭīb min guṣn al-Andalus al-raṭīb, ed. Iḥsān ʿAbbās, 8 vols., Beirut, 1968. quien incluye la posibilidad de que descendiese de bereberes (barbarī). Aunque Lorenzo dice que la fuente de al-Maqqarī es Ṣāʿid (m. 462/1069)al-Maqqarī (m. 1041/1632), Nafḥ al-ṭīb min guṣn al-Andalus al-raṭīb, ed. Iḥsān ʿAbbās, 8 vols., Beirut, 1968., en realidad se trata de Ibn Saʿīd (m. 685/1286): al-Maqqarī, Nafḥ al-ṭīb min guṣn al-Andalus al-raṭībal-Maqqarī (m. 1041/1632), Nafḥ al-ṭīb min guṣn al-Andalus al-raṭīb, ed. Iḥsān ʿAbbās, 8 vols., Beirut, 1968., ed. Iḥsān ʿAbbās, 8 vols., Beirut, 1968, I, p. 286. No entro a discutir en esta ocasión la filiación religiosa de Nuṣayr que Lorenzo da segura como cristiana pues cristianos serían los rehenes que capturaron los conquistadores musulmanes de la localidad de ʿAyn Tamr entre los que se encontraba el antepasado de Mūsà. Pero en algunos de los textos (Ibn ʿAsākir, Ibn Jallikān) analizados por Michael Lecker en relación a otro de los rehenes -el antepasado de Ibn Isḥāq, el autor de la biografía del Profeta- se afirma que dichos rehenes estaban circuncidados: Lecker, “Muḥammad b. Isḥāq ṣāḥib al-maghāzī: was his grandfather Jewish?”Lecker, Michael, “Muḥammad b. Isḥāq ṣāḥib al-maghāzī: was his grandfather Jewish?”, en Andrew Rippin y Roberto Tottoli (eds.), Books and Written Culture of Islamic World. Studies Presented to Claude Gilliot on the Occasion of His 75th Birthday, Leiden, Brill, 2015, pp. 26-38.. Frente a Lorenzo, veo muy problemático poder sacar conclusiones firmes a partir de las distintas versiones del relato relativo a los ‘rehenes’ encontrados en ʿAyn Tamr, pues es el tipo de relato que por las posibilidades que ofrecía de anclaje en la historia temprana de la comunidad musulmana debió de ser aprovechado de muchas formas y con diversos intereses no siempre fáciles de detectar.

3

Lorenzo Jiménez, “Los orígenes de Mūsà ibn Nuṣayr y Ṭāriq ibn Ziyād”, pp. 9-10 y nota 61Lorenzo Jiménez, Jesús, “Los orígenes de Mūsà ibn Nuṣayr y Ṭāriq ibn Ziyād y su relación con el imperio sasánida”, Al-Qanṭara, 43, 2 (2022), pp. 1-16.. Obras muy posteriores hacen aumentar el registro de posibilidades. Así, Antonio Gala, en El manuscrito carmesí, le da un origen vándalo: Civantos, The Afterlife of al-Andalus, p. 187Civantos, Christina, The Afterlife of al-Andalus: Muslim Iberia in Contemporary Arab and Hispanic Narratives, Albany, State University of New York Press, 2017..

4

Estos Banū Layṯ serían una tribu beréber sobre la cual puede verse de Felipe, Identidad y onomástica de los beréberes en Al-Andalus, pp. 163-165de Felipe, Helena, Identidad y onomástica de los beréberes en Al-Andalus, Madrid, CSIC, 1997..

5

Muḥammad Yaʿlà, Tres textos árabes sobre beréberes en el occidente islámico, pp. 63-72Yaʿlà, Muḥammad, Tres textos árabes sobre beréberes en el occidente islámico, Madrid, CSIC, 1993. (citado por Ibn ʿIḏārīIbn ʿIḏārī, Al-bayān al-muġrib fī aḫbār al-Andalus wa-l-Maġrib, ed. Georges Séraphin Colin y Évariste Lévi-Provençal, 2 vols., Beirut, Dār al-Ṯaqāfa, 1983 [1948-51]., quien ofrece variantes); Lorenzo Jiménez, “Los orígenes de Mūsà ibn Nuṣayr y Ṭāriq ibn Ziyād”, p. 10Lorenzo Jiménez, Jesús, “Los orígenes de Mūsà ibn Nuṣayr y Ṭāriq ibn Ziyād y su relación con el imperio sasánida”, Al-Qanṭara, 43, 2 (2022), pp. 1-16.. Tal y como ha indicado Mayte Penelas, ese ‘ʿAbd Allāh’ de la cadena onomástica no indica al antepasado que se convirtió al islam, sino que es una manera de suministrar al auténtico converso (en este caso sería Ziyād) un padre llamado ʿAbd Allāh, es decir, islamizado. Véase al respecto Penelas, “Some Remarks on Conversion to Islam in al-Andalus”, pp. 193-200Penelas, Mayte, “Some Remarks on Conversion to Islam in al-Andalus”, Al-Qanṭara, 23, 1 (2002), pp. 193-200..

6

Herrero, “Ṭāriq b. Ziyād: las distintas visiones de un conquistador beréber según las fuentes medievales”, p. 182Herrero, Omayra, “Ṭāriq b. Ziyād: las distintas visiones de un conquistador beréber según las fuentes medievales”, en Mohamed Meoauk (ed.), Biografías magrebíes. Identidades y grupos religiosos, sociales y políticos en el Magreb medieval, EOBA XVII, Madrid, CSIC, 2012, pp. 141-186.. Puede verse también de Felipe, Identidad y onomástica, p. 135de Felipe, Helena, Identidad y onomástica de los beréberes en Al-Andalus, Madrid, CSIC, 1997..

7

Ibn Ḥayyān (m. 469/1076), Al-sifr al-ṯānī min Kitāb al-Muqtabas, 129vIbn Ḥayyān, Al-sifr al-ṯānī min Kitāb al-Muqtabas [al-Muqtabis II-1], ed. Maḥmūd ʿAlī Makkī, Riad, Markaz al-Malik Fayṣal li-l-buḥūṯ wa-l-dirāsāt al-islāmiyya, 2003. y Crónica de los emires Alhakam I y ʿAbdarrahman II, p. 133Ibn Ḥayyān, Crónica de los emires Alhakam I y ʿAbdarrahman II entre los años 796 y 847 [al-Muqtabis II-1], trad., notas e índices Maḥmūd ʿAlī Makkī y Federico Corrientes, Zaragoza, Instituto de Estudios Islámicos y del Oriente Próximo, 2001..

8

Prosopografía de los ulemas andalusíes (PUA), id 4132, https://www.eea.csic.es/pua/ [consultado 14-06-24].

9

Ibn Ḥabīb, Kitāb al-taʾrīḫ, p. 136Ibn Ḥabīb, Kitāb al-taʾrīḫ, ed. Jorge Aguadé, Madrid, CSIC, 1981.. Esta referencia se encuentra en Herrero, “Ṭāriq b. Ziyād”, p. 145 y nota 10Herrero, Omayra, “Ṭāriq b. Ziyād: las distintas visiones de un conquistador beréber según las fuentes medievales”, en Mohamed Meoauk (ed.), Biografías magrebíes. Identidades y grupos religiosos, sociales y políticos en el Magreb medieval, EOBA XVII, Madrid, CSIC, 2012, pp. 141-186..

10

Lorenzo Jiménez, “Los orígenes de Mūsà ibn Nuṣayr y Ṭāriq ibn Ziyād”, nota 78Lorenzo Jiménez, Jesús, “Los orígenes de Mūsà ibn Nuṣayr y Ṭāriq ibn Ziyād y su relación con el imperio sasánida”, Al-Qanṭara, 43, 2 (2022), pp. 1-16..

11

Fierro, “El alfaquí beréber Yaḥyà b. Yaḥyà, ‘el inteligente de al-Andalus’”Fierro, Maribel, “El alfaquí beréber Yaḥyà b. Yaḥyà, ‘el inteligente de al-Andalus’”, en María Luisa Ávila y Manuela Marín (eds), Estudios Onomástico-Biográficos de al-Andalus. VIII, Madrid, CSIC, 1997, pp. 269-344.. De Yaḥyà b. Yaḥyà también se recoge un nasab largo en algunas fuentes, lo cual disminuye la excepcionalidad del caso de Ṭāriq señalada por Lorenzo (p. 10)Lorenzo Jiménez, Jesús, “Los orígenes de Mūsà ibn Nuṣayr y Ṭāriq ibn Ziyād y su relación con el imperio sasánida”, Al-Qanṭara, 43, 2 (2022), pp. 1-16..

12

Lorenzo Jiménez, “Los orígenes de Mūsà ibn Nuṣayr y Ṭāriq ibn Ziyād”, p. 11Lorenzo Jiménez, Jesús, “Los orígenes de Mūsà ibn Nuṣayr y Ṭāriq ibn Ziyād y su relación con el imperio sasánida”, Al-Qanṭara, 43, 2 (2022), pp. 1-16. (es el caso de Aḫbār maǧmūʿaAḫbār maǧmūʿa, ed. y traducción de Emilio Lafuente Alcántara, Madrid, 1867.). Al-Maqqarīal-Maqqarī (m. 1041/1632), Nafḥ al-ṭīb min guṣn al-Andalus al-raṭīb, ed. Iḥsān ʿAbbās, 8 vols., Beirut, 1968. es el único que además recoge una posible filiación con la tribu árabe de Laḫm, tal vez una deducción hecha a partir de la nisba árabe de Mūsà b. Nuṣayr: como cliente suyo, Ṭāriq podía llevar su nisba.

13

Aḫbār maǧmūʿa, ed. y traducción de Emilio Lafuente Alcántara, Madrid, 1867, 6/20Aḫbār maǧmūʿa, ed. y traducción de Emilio Lafuente Alcántara, Madrid, 1867.; al-Maqqarī, Nafḥ al-ṭīb, I, p. 254al-Maqqarī (m. 1041/1632), Nafḥ al-ṭīb min guṣn al-Andalus al-raṭīb, ed. Iḥsān ʿAbbās, 8 vols., Beirut, 1968..

14

Lorenzo Jiménez, “Los orígenes de Mūsà ibn Nuṣayr y Ṭāriq ibn Ziyād”, p. 12.Lorenzo Jiménez, Jesús, “Los orígenes de Mūsà ibn Nuṣayr y Ṭāriq ibn Ziyād y su relación con el imperio sasánida”, Al-Qanṭara, 43, 2 (2022), pp. 1-16.

15

Fierro, “Los mawālī de ʿAbd al-Raḥmān I”, nº 34Fierro, Maribel, “Los mawālī de ʿAbd al-Raḥmān I”, Al-Qanṭara, 20, 1 (1999), pp. 65-98.. Para otro caso véase el nº 35Fierro, Maribel, “Los mawālī de ʿAbd al-Raḥmān I”, Al-Qanṭara, 20, 1 (1999), pp. 65-98..

16

Sobre el contexto puede verse Crone, Slaves on HorsesCrone, Patricia, Slaves on Horses. The evolution of the Islamic polity, Cambridge, Cambridge University Press, 1980. y Crone, Roman, provincial and Islamic lawCrone, Patricia, Roman, provincial and Islamic law. The origins of the Islamic patronate, Cambridge, Cambridge University Press, 1987.; Bernards y Nawas (ed.), Patronate and patronage in early and classical Islam.Bernards, Monique y Nawas, John (eds.), Patronate and patronage in early and classical Islam, Leiden, Brill, 2005.

17

Además de los que se exponen a continuación puede verse también los casos de ʿĀṣim al-Ṯaqafī y Badr en Fierro, “Los mawālī de ʿAbd al-Raḥmān I”, nº 4 y 6Fierro, Maribel, “Los mawālī de ʿAbd al-Raḥmān I”, Al-Qanṭara, 20, 1 (1999), pp. 65-98..

18

Fierro, “Ibn Ṯābit al-Saraqusṭī, Qāsim”, nº 1228Fierro, Maribel, “Ibn Ṯābit al-Saraqusṭī, Qāsim”, en Jorge Lirola Delgado (ed.), Biblioteca de al-Andalus, vol. 5, Almería, Fundación Ibn Tufayl de Estudios Árabes, 2007, pp. 450-453, nº 1228..

19

Fierro, “Árabes, beréberes, muladíes y mawālī”, p. 46Fierro, Maribel, “Árabes, beréberes, muladíes y mawālī. Algunas reflexiones sobre los datos de los diccionarios biográficos andalusíes”, en Helena de Felipe y Manuela Marín (eds.), Estudios Onomástico-Biográficos de al-Andalus. VII, Madrid, CSIC, 1995, pp. 41-54.. La fuente que da esta información es Ibn Ḫayr (m. 575/1179), Fahrasa, p. 193Ibn Ḫayr, Fahrasa, ed. Francisco Codera y Julián Ribera, 2 vols., Zaragoza, 1893..

20

Fierro, “Árabes, beréberes, muladíes y mawālī”, p. 51Fierro, Maribel, “Árabes, beréberes, muladíes y mawālī. Algunas reflexiones sobre los datos de los diccionarios biográficos andalusíes”, en Helena de Felipe y Manuela Marín (eds.), Estudios Onomástico-Biográficos de al-Andalus. VII, Madrid, CSIC, 1995, pp. 41-54.. La fuente es Ibn Ḥāriṯ al-Ḫušanī (m. 361/971), Aḫbār al-fuqahāʾ wa-l-muḥaddiṯīn, nº 74. Véase sobre al respecto, Fierro, “El conde Casio, los Banū Qasī y los linajes godos en al-Andalus”Fierro, Maribel, “El conde Casio, los Banū Qasī y los linajes godos en al-Andalus”, Studia Historica. Historia Medieval (Los mozárabes entre la Cristiandad y el Islam), 27 (2009), pp. 181-189., artículo al que respondió Eduardo Manzano, “A vueltas con el conde Casio”Manzano, Eduardo, “A vueltas con el conde Casio”, Studia Historica. Historia Medieval, 31 (2013), pp. 255-266.. No me interesan en este caso las implicaciones que esta historia tiene para fijar los orígenes de los Banū Qasī -sobre los que espero volver en otro estudio-, la cito simplemente como ejemplo de que era conocimiento comúnmente aceptado que los clientes y patronos podían «reescribir» -a veces de forma violenta- la historia de sus relaciones de clientela. Sobre los Banū Qasī el estudio de referencia es Lorenzo Jiménez, La dawla de los Banū QasīLorenzo Jiménez, Jesús, La dawla de los Banū Qasī. Origen, auge y caída de una dinastía muladí en la Frontera Superior de al-Andalus, Madrid, CSIC, 2010..

21

Herrero, “Ṭāriq b. Ziyād”, p. 145Herrero, Omayra, “Ṭāriq b. Ziyād: las distintas visiones de un conquistador beréber según las fuentes medievales”, en Mohamed Meoauk (ed.), Biografías magrebíes. Identidades y grupos religiosos, sociales y políticos en el Magreb medieval, EOBA XVII, Madrid, CSIC, 2012, pp. 141-186., citando Aḫbār maǧmūʿa, 6/20Aḫbār maǧmūʿa, ed. y traducción de Emilio Lafuente Alcántara, Madrid, 1867.; al-Maqqarī, Nafḥ al-ṭīb, I, p. 254al-Maqqarī (m. 1041/1632), Nafḥ al-ṭīb min guṣn al-Andalus al-raṭīb, ed. Iḥsān ʿAbbās, 8 vols., Beirut, 1968.; véase también Herrero, “Ṭāriq b. Ziyād”, pp. 179-183Herrero, Omayra, “Ṭāriq b. Ziyād: las distintas visiones de un conquistador beréber según las fuentes medievales”, en Mohamed Meoauk (ed.), Biografías magrebíes. Identidades y grupos religiosos, sociales y políticos en el Magreb medieval, EOBA XVII, Madrid, CSIC, 2012, pp. 141-186..

22

Herrero, “Ṭāriq b. Ziyād”, pp. 152-154Herrero, Omayra, “Ṭāriq b. Ziyād: las distintas visiones de un conquistador beréber según las fuentes medievales”, en Mohamed Meoauk (ed.), Biografías magrebíes. Identidades y grupos religiosos, sociales y políticos en el Magreb medieval, EOBA XVII, Madrid, CSIC, 2012, pp. 141-186..

23

Puede verse al respecto Valérian, Les Berbères entre Maghreb et Mashreq (VII e -XV e siècleValérian, Dominique (ed.), Les Berbères entre Maghreb et Mashreq (VIIe-XVe siècle), Madrid, Casa de Velázquez, 2021.) y la bibliografía citada en esta obra sobre la representación de los beréberes en la literatura árabe, así como Rouighi, Inventing the Berbers. History and Ideology in the Maghrib.Rouighi, Ramzi, Inventing the Berbers. History and Ideology in the Maghrib, Philadelphia, University of Pennsylvania Press, 2019.

24

Afsaruddin, Excellence and precedenceAfsaruddin, Asma, Excellence and precedence. Medieval Islamic discourse on legitimate leadership, Leiden–Boston–Köln, Brill, 2002..

25

Fierro, “Why Ibn Ḥazm became a Zahiri: charisma, law and the court”, p. 3Fierro, Maribel, “Why Ibn Ḥazm became a Zahiri: charisma, law and the court”, Hamsa. Journal of Judaic and Islamic Studies, 4 (2018), pp. 1-21..

26

Ibn Ḥāriṯ al-Ḫušanī, Aḫbār al-fuqahāʼ wa-l-muḥaddiṯīn, pp. 284, 324, 378Ibn Ḥāriṯ al-Jušanī, Aḫbār al-fuqahāʼ wa-l-muḥaddiṯīn, ed. María Luisa Ávila y Luis Molina, Madrid, CSIC–ICMA, 1992.. Quiero agradecer a Luis Molina su amabilidad al localizar estas citas.

27

Sobre sus orígenes puede verse de Felipe, Identidad y onomásticade Felipe, Helena, Identidad y onomástica de los beréberes en Al-Andalus, Madrid, CSIC, 1997..

28

Ibn Ḥāriṯ al-Ḫušanī, Aḫbār al-fuqahāʼ wa-l-muḥaddiṯīn, p. 218Ibn Ḥāriṯ al-Jušanī, Aḫbār al-fuqahāʼ wa-l-muḥaddiṯīn, ed. María Luisa Ávila y Luis Molina, Madrid, CSIC–ICMA, 1992..

29

Ibn Ḥāriṯ al-Ḫušanī, Aḫbār al-fuqahāʼ wa-l-muḥaddiṯīn, pp. 236 y 283Ibn Ḥāriṯ al-Jušanī, Aḫbār al-fuqahāʼ wa-l-muḥaddiṯīn, ed. María Luisa Ávila y Luis Molina, Madrid, CSIC–ICMA, 1992.; también se dice que se puso en viaje hacia Oriente pero se cansó del mar y desembarcó en «bilād al-Barbar» y regresó a al-Andalus. Hay otros casos en que se menciona al-Fārs sin hacer referencia a al-barbar: uno que lleva la nisba al-Fārisī (n1 329); una familia que pretendía ser min al-Fārs (p. 282Ibn Ḥāriṯ al-Jušanī, Aḫbār al-fuqahāʼ wa-l-muḥaddiṯīn, ed. María Luisa Ávila y Luis Molina, Madrid, CSIC–ICMA, 1992.).

30

Zomeño, “Ibn Ḥāriṯ al-Jušanī, Abū ʿAbd Allāh”, nº 548Zomeño, Amalia, “Ibn Ḥāriṯ al-Jušanī, Abū ʿAbd Allāh”, en Jorge Lirola Delgado y José Miguel Puerta Vílchez (eds.), Biblioteca de al-Andalus, vol. 3, Almería, Fundación Ibn Tufayl de Estudios Árabes, 2004, pp. 290-296, nº 548.. Estos textos de Ibn Ḥāriṯ al-Ḫušanī no son tenidos en cuenta por Rouighi en sus artículos “The Andalusi origins of the Berbers”Rouighi, Ramzi, “The Andalusi origins of the Berbers”, Journal of Medieval Iberian Studies, 2, 1 (2010), pp. 93-108. y “The Berbers of the Arabs”Rouighi, Ramzi, “The Berbers of the Arabs”, Studia Islamica, new series 1 (2011), pp. 67-101..

31

Esto es llamativo porque -tal y como indica Rouighi- el término que se suele aplicar a los persas en las fuentes árabes es el de ʿaǧam como indicativo de que no eran arabo-parlantes. ¿Tiene algo que ver el uso de esta expresión tan poco usual en la obra de un autor norteafricano con la presencia de una dinastía de origen persa, los Rustumíes, entre poblaciones beréberes?

32

ʿIyāḍ (m. 544/1149), Tartīb al-madārik li-maʿrifat aʿlām maḏhab Mālik, VI, pp. 296-298ʿIyāḍ, Tartīb al-madārik li-maʿrifat aʿlām maḏhab Mālik, varios editores, 8 vols., Rabat, 1983.. https://archive.org/details/FP37029/00_37029

33

Fierro, “La obra histórica de Ibn al-Qūṭiyya”, nota 82Fierro, Maribel, “La obra histórica de Ibn al-Qūṭiyya”, Al-Qanṭara, 10, 2 (1989), pp. 485-512.; Fierro, “Árabes, beréberes, muladíes y mawālī”, nota 58Fierro, Maribel, “Árabes, beréberes, muladíes y mawālī. Algunas reflexiones sobre los datos de los diccionarios biográficos andalusíes”, en Helena de Felipe y Manuela Marín (eds.), Estudios Onomástico-Biográficos de al-Andalus. VII, Madrid, CSIC, 1995, pp. 41-54..

34

Esta posibilidad fue ya planteada por Vallvé Bermejo, “España en el siglo VIII. Ejército y sociedad”Vallvé Bermejo, Joaquín, “España en el siglo VIII. Ejército y sociedad”, Al-Andalus, 43, 1 (1978), pp. 51-112., dando lugar a una réplica convincente de Pierre Guichard, “A propósito de los ‘barbar al-Andalus’”Guichard, Pierre, “A propósito de los ‘barbar al-Andalus’”, Al-Qantara 1 (1980), pp. 423-427.. Vallvé, de hecho, no ofrecía más que una propuesta especulativa sin apoyo en las fuentes; en ese artículo no incluye la referencia de al-Qāḍī ʿIyāḍ aquí recogida, siendo esta la única evidencia textual que conozco que podría apoyar su propuesta.

35

Uno de los revisores de este trabajo señala en este sentido que, dado que el ejército conquistador estaba compuesto mayoritariamente por beréberes, lo lógico es suponer que quien les mandaba lo fuera también.

Declaración de conflicto de intereses

 

La autora declara no tener conflictos de intereses financieros, profesionales o personales que pudieran haber influido de manera inapropiada en este trabajo.

Declaración de contribución de autoría (taxonomía CRediT)

 

Maribel Fierro: conceptualización, investigación, redacción - borrador original y redacción - revisión y edición.

Fuentes y bibliografía

 

Afsaruddin, Asma, Excellence and precedence. Medieval Islamic discourse on legitimate leadership, Leiden–Boston–Köln, Brill, 2002.

Aḫbār maǧmūʿa, ed. y traducción de Emilio Lafuente Alcántara, Madrid, 1867.

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Crone, Patricia, Slaves on Horses. The evolution of the Islamic polity, Cambridge, Cambridge University Press, 1980.

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Fierro, Maribel, “El alfaquí beréber Yaḥyà b. Yaḥyà, ‘el inteligente de al-Andalus’”, en María Luisa Ávila y Manuela Marín (eds), Estudios Onomástico-Biográficos de al-Andalus. VIII, Madrid, CSIC, 1997, pp. 269-344.

Fierro, Maribel, “Los mawālī de ʿAbd al-Raḥmān I”, Al-Qanṭara, 20, 1 (1999), pp. 65-98.

Fierro, Maribel, “Ibn Ṯābit al-Saraqusṭī, Qāsim”, en Jorge Lirola Delgado (ed.), Biblioteca de al-Andalus, vol. 5, Almería, Fundación Ibn Tufayl de Estudios Árabes, 2007, pp. 450-453, nº 1228.

Fierro, Maribel, “El conde Casio, los Banū Qasī y los linajes godos en al-Andalus”, Studia Historica. Historia Medieval (Los mozárabes entre la Cristiandad y el Islam), 27 (2009), pp. 181-189.

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