Al-Qanṭara
XLV 1, enero-junio 2024, 764
eISSN 1988-2955 | ISSN-L 0211-3589
https://doi.org/10.3989/alqantara.2024.764

ARTÍCULOS

Mandrágora (Mandragora spp.) y sīmiyāʾ (siglos X-XVII)

Mandrake (Mandragora spp.) and sīmiyāʾ (10th-17th centuries)

Indalecio Lozano-Cámara

Universidad de Granada

https://orcid.org/0000-0002-5745-5626

Resumen

Este artículo investiga la historia de algunos de los mitos y supersticiones sobre la mandrágora (Mandragora spp.) que estaban en circulación en el mundo árabo-islámico entre los siglos X al XVII y analiza los usos mágicos de la planta en ese contexto. Más concretamente, se analiza cómo y para qué era utilizada la mandrágora en el marco de las operaciones de magia blanca o natural (al-sīmiyāʾ), relacionando sus usos con las diferentes ciencias o artes (ʿulūm) que intervienen en la definición y práctica de esta forma de magia. Los resultados de la investigación indican que la mandrágora ocupó un lugar muy destacado en la farmacopea vegetal utilizada en las prácticas de magia blanca, tal y como muestran los ungüentos, amuletos, talismanes, sahumerios, fumigaciones, inhalaciones y filtros de mandrágora documentados en las fuentes árabes y que estaban destinados a muy diferentes fines. Los resultados también indican que las creencias mágicas sobre la planta presentes en la tradición árabo-islámica tienen su origen en los mitos y supersticiones de la Antigüedad grecolatina y oriental; al mismo tiempo, muestran un estrecho paralelismo con el complejo de creencias y prácticas vigentes en la Europa cristiana del período objeto de este estudio.

Palabras clave: 
Mandrágora; Mandragora spp.; sīmiyāʾ; magia blanca; magia natural; magia árabo-islámica.
Abstract

This article explores the history of some of the myths and superstitions about mandrake (Mandragora spp.) that were in circulation in the Arab-Islamic world between the 10th and the 17th centuries and analyzes the magical uses of the plant in that context. More specifically, it analyzes how and for what purpose mandrake was used in the framework of white or natural magic (al-sīmiyāʾ) operations, relating its uses to the different sciences or arts (ʿulūm) involved in the definition and practice of this form of magic. The results of the research indicate that mandrake occupied a very prominent place in the vegetable pharmacopoeia used in white magic practices, as shown by the ointments, amulets, talismans, incenses, fumigations, inhalations and mandrake filters documented in Arab sources and which were intended for very different purposes. The results also indicate that the magical beliefs about the plant present in the Arab-Islamic tradition have their origin in the myths and superstitions of Greco-Latin and Eastern Antiquity; at the same time, they show a close parallelism with the complex of beliefs and practices in force in Christian Europe of the period under study.

Keywords: 
Mandrake; Mandragora spp.; sīmiyāʾ; white magic; natural magic; Arab-Islamicate magic.

Recibido: 23/04/2023; Aceptado: 04/07/2023; Publicado: 10/07/2024

Cómo citar/Citation: Lozano-Cámara, Indalecio, "Mandrágora (Mandragora spp.) y sīmiyāʾ (siglos X-XVII)", Al-Qanṭara, 45, 1 (2024), 764. doi: https://doi.org/10.3989/alqantara.2024.764

CONTENIDO

1. Introducción

 

La mandrágora (Mandragora spp.) es quizás la planta mágica y medicinal que ha gozado de más fama en la cultura occidental a lo largo de los siglos1 Dafni et al., “In search of traces of the mandrake myth”, p. 2; Waniakowa, “Mandragora and belladonna”, p. 162. . Su historia, y más en particular la de sus conexiones con la magia, ha sido objeto de un enorme volumen de publicaciones que tratan dicha historia en diferentes civilizaciones desde la Antigüedad hasta la Europa cristiana medieval y renacentista e incluso en épocas posteriores. Algunas de estas publicaciones contienen referencias muy tangenciales a la historia de la mandrágora en la tradición árabo-islámica clásica, pero no alcanzan a ofrecer una visión coherente y mínimamente documentada de la misma.

En una investigación anterior actualmente en proceso de publicación se analizan algunos de los mitos y creencias mágicas sobre la mandrágora registrados en las fuentes árabes durante los siglos X al XVII2 Lozano Cámara, “Apuntes”.. En ella se habla de los orígenes preislámicos de esos mitos y creencias, y en concreto de los relativos a la fisionomía antropomórfica de su raíz, su consideración como planta bendita y panacea que alberga un grandioso secreto, y la ceremonia de su desarraigo.

El objetivo del presente artículo es analizar qué lugar ocupó la mandrágora en el contexto de las prácticas de magia blanca o natural (al-sīmiyāʾ)3Soy plenamente consciente de que la traducción del término al-sīmiyāʾ como ‘magia blanca o natural’, adoptada en este trabajo siguiendo a Coullaut Cordero, “La sīmiyāʾ en al-Andalus”, no expresa de manera precisa ni comprehensiva la complejidad conceptual de dicho término. Sin embargo, dado que el objetivo de la presente investigación no es ofrecer una explicación exhaustiva del mismo, he optado por esta traducción «simplificadora». Para un análisis detallado del concepto de sīmiyāʾ y su evolución a lo largo de los siglos en las fuentes árabes, puede consultarse Coulon, “The Kitāb Sharāsīm al-Hindiyya”, pp. 336-345. en relación con las creencias y mitos relativos a sus supuestas propiedades apotropaicas, curativas y narcóticas. Asimismo, se estudian sus diferentes formas de preparación en ungüentos, amuletos, talismanes, sahumerios, fumigaciones, inhalaciones y filtros, destinados a muy diversos fines mágicos.

Los datos en los que se basa esta investigación son fruto de la consulta de más de setenta fuentes árabes datadas entre los siglos X y XVII: calendarios, tratados agronómicos, botánicos, médicos y farmacológicos, diccionarios monolingües clásicos, así como algunos textos árabes de magia. Entre todas estas fuentes, tan solo unas pocas contienen información relevante, destacando muy especialmente al-Filāḥa al-nabaṭiyyaIbn Waḥšiyya, al-Filāḥa al-nabaṭiyya, Toufic Fahd (ed.), Damas, Institut Français de Damas, 1993-1998, 3 t. y Ġāyat al-ḥakīmal-Qurṭubī, Maslama, Ġāyat al-ḥakīm wa-aaqq al-natiǧatayni bi-l-taqdīm. The Picatrix. The Goal of the Wise (in Sorcery), Helmut Ritter (ed.), B. G. Teubner, Leipzig, 1933 [reimpresión: Steven Ashe (ed.), Milton Keynes, Glastonbury Books, 2007]. 4Sobre ambas obras cf. infra p. 3..

De otro lado, los resultados obtenidos tienen un carácter fragmentario y disperso desde el punto de vista cronológico y geográfico, lo cual hace muy difícil cuando no imposible dibujar un cuadro coherente del tema que nos ocupa. Además, dichos resultados deben ser considerados como provisionales e incompletos, pues queda pendiente examinar otro tipo de fuentes susceptibles de contener datos relevantes: tratados jurídicos, obras de geografía e historia, libros de viajes, obras del género adab, tratados de toxicología y, muy especialmente, tratados árabes de magia aún no consultados.

Hay que añadir que no se ha pretendido realizar una revisión exhaustiva del ingente volumen de publicaciones disponibles en la actualidad sobre la historia de la mandrágora, sino que se mencionan tan solo algunas de ellas que contienen información relevante para contextualizar, interpretar y elaborar los datos obtenidos de las fuentes árabes.

Estos datos han sido analizados a la luz de las cuatro hipótesis siguientes:

  1. Las creencias y supersticiones mágicas sobre la mandrágora que estaban en circulación en la civilización árabo-islámica clásica tuvieron su origen en las civilizaciones preislámicas que conocieron y usaron la planta.

  2. Los mitos y creencias mágicos sobre la planta registrados en las fuentes árabes forman parte de, y están estrechamente relacionados con, un acervo común de mitos y creencias cuyos elementos fundamentales son compartidos en gran medida por aquellas civilizaciones y culturas que conocieron y usaron la mandrágora con fines medicinales y mágicos.

  3. No es posible a día de hoy establecer si el complejo de creencias mágicas sobre la mandrágora en circulación en la Europa cristiana hasta el siglo XVIII tuvo alguna influencia en la formación y desarrollo del conglomerado de mitos y supersticiones mágicas sobre la misma, documentado en las fuentes árabes, ni viceversa5Sobre el posible origen árabe de las leyendas que circulaban en Europa acerca del grito emitido por la mandrágora al desarraigarla, véase Lozano Cámara, “Apuntes”..

  4. La mandrágora parece haber sido objeto en el mundo árabo-islámico del mismo aprecio, alta consideración y elevado valor económico de los que gozó en otros contextos y de manera particular en la Europa cristiana durante el medievo y hasta el siglo XVIII.

2. La mandrágora y la ciencia de la sīmiyāʾ

 

La licitud de la magia blanca o natural no dejaba de ser una cuestión controvertida a ojos de la ley islámica y algunos ulemas y alfaquíes la declaraban abiertamente ilícita6Por ejemplo, el historiador y teólogo damasceno de la escuela šāfi‘ī Šams al-Dīn al-Ḏahabī (673-753/1274-1352·3) condena tajantemente la sīmiyāʾ en su Kitāb al-Kabā’ir, p. 45. Igualmente, como indica Coullaut Cordero, “La sīmiyāʾ en al-Andalus”, p. 454, el jurista mālikí Šihāb al-Dīn al-Qarāfī (626-684/1228-1285) la condena porque la considera una práctica derivada de la magia (al-siḥr).. Sin embargo, en general era tolerada por los estamentos encargados de velar por la ortodoxia doctrinal y por la pureza de los usos y costumbres sociales islámicos. Consecuentemente, las conexiones de la mandrágora con este tipo de prácticas mágicas tienen en las fuentes árabes un reflejo mucho más significativo que sus conexiones con otras formas de magia prohibidas en el islam7Una discusión jurídica in extenso sobre la licitud o ilicitud de la sīmiyāʾ y otras formas de magia se encuentra en el Tartīb al-Furūq, II, pp. 421-441, de Abū ʿAbd Allāh al-Baqūrī (m. 707/1307), jurista mālikī andalusí discípulo de Šihāb al-Dīn al-Qarāfī. Sobre esta discusión jurídica, véase también Doutté, Magie & religión, pp. 344 y ss.; Coullaut Cordero, “La sīmiyāʾ en al-Andalus”, pp. 453-454, 456; Fahd, “Siḥr”, p. 569; Porter, Saif y Savage-Smith, “Medieval Islamic Amulets”, p. 522; Ruska, Carra de Vaux y Bosworth, “Tilsam”, p. 4.. Así, por ejemplo, Ḥaǧǧī Ḫalīfa (1017-1067/1609-1657), el historiador, geógrafo y bibliógrafo turco otomano más descollante de su momento, advierte de que es necesario «guardarse de practicar [la magia], pues es ilícita desde el punto de vista legal, salvo que sea para repeler a un brujo que es falso profeta. En ese caso se prescribe que haya una persona capaz de repelerlo con la práctica [de la magia]. Por ello, algunos ulemas dicen que el aprendizaje de la ciencia de la magia es un deber colectivo, y la mayoría de ellos han declarado lícito aprenderla pero no ponerla en práctica, a no ser que sea necesario para repeler al falso profeta».

فالاحتراز من عمله لانه محرم شرعا الا ان يكون لدفع ساحر يدعى النبوة فعند ذلك يفترض وجود شخص قادر لدفعه بالعمل ولذلك قال بعض العلماء ان تعلم علم السحر فرض كفاية واباحه الاكثرون دون عمله الا اذا تعين لدفع المتنبى8 Ḥaǧǧī Ḫalīfa, Kašf al-ẓunūn, II, col. nº 980, s.v. ʿilm al-siḥr. No obstante, al hablar de la magia blanca, Kašf al-ẓunūn, II, col. nº 1020, s.v. ʿilm al-sīmiyāʾ, no indica en ningún momento que esta sea legalmente ilícita.

Las referencias más tempranas que relacionan la mandrágora con la magia blanca se encuentran recogidas en al-Filāḥa al-nabaṭiyyaIbn Waḥšiyya, al-Filāḥa al-nabaṭiyya, Toufic Fahd (ed.), Damas, Institut Français de Damas, 1993-1998, 3 t. [La agricultura nabatea], donde se alude a la supuesta propiedad que tiene la planta para generar artificialmente vida animal, así como a su uso en prácticas de ilusionismo9 Ibn Waḥšiyya, al-Filāḥa al-nabaṭiyya, I, pp. 187, 190-191.. Cabe recordar que se atribuye a Ibn Waḥšiyya (m. 296/909) la traducción de esta obra del arameo al árabe, que habría sido realizada en 291/903-90410 Fahd, “Ibn Waḥshiyya”, pp. 963-965; Levey, “Medieval Arabic Toxicology”, p. 10, pone en duda que esta obra sea realmente una traducción de antiguas fuentes babilónicas.. Al-Filāḥa al-nabaṭiyyaIbn Waḥšiyya, al-Filāḥa al-nabaṭiyya, Toufic Fahd (ed.), Damas, Institut Français de Damas, 1993-1998, 3 t. parece haber sido la principal vía de penetración en la tradición árabo-islámica de las creencias mágicas de origen caldeo-babilónico sobre la mandrágora procedentes de Iraq11Otra vía de penetración de estas creencias es el Kitāb al-Sumūm, que contiene numerosas referencias a la mandrágora. Según el propio Ibn Waḥšiyya, esta obra es una traducción suya al árabe de antiguas fuentes babilónicas, afirmación cuya veracidad también es puesta en duda por Levey, “Medieval Arabic Toxicology”, p. 10.. Datada entre la segunda mitad del siglo III d. C. y el 363 d. C., al-Filāḥa al-nabaṭiyyaIbn Waḥšiyya, al-Filāḥa al-nabaṭiyya, Toufic Fahd (ed.), Damas, Institut Français de Damas, 1993-1998, 3 t. es considerada como un testigo privilegiado de la situación de la agricultura en Iraq a finales de la época helenística y en el momento de la conquista islámica12 Fahd, “Matériaux pour l’histoire de l’agriculture”, pp. 284, 369..

Sin embargo, -hasta donde llega mi conocimiento- la primera referencia que vincula explícitamente la mandrágora con la magia blanca se encuentra en Ġāyat al-ḥakīmal-Qurṭubī, Maslama, Ġāyat al-ḥakīm wa-aaqq al-natiǧatayni bi-l-taqdīm. The Picatrix. The Goal of the Wise (in Sorcery), Helmut Ritter (ed.), B. G. Teubner, Leipzig, 1933 [reimpresión: Steven Ashe (ed.), Milton Keynes, Glastonbury Books, 2007].wa-aḥaqq al-natiǧatayn bi-l-taqdīm13 Maslama al-Qurṭubī, Ġāyat al-hakīm, p. 355; Maslama al-Qurṭubī, Picatrix, p. 387. [El objetivo del sabio y el que más merece ser presentado de los dos resultados]14Sobre las diferentes traducciones al español de este título, véase Kacimi, “Nuevos datos sobre la autoría de la Rutbat al-ḥakīm”, p. 239., cuya autoría se atribuye a Maslama al-Qurṭubī (m. 353/964)15 Fierro, “Bāṭinism in al-Andalus”; Callataÿ, “Magia en al-Andalus”; Kacimi, “Nuevos datos sobre la autoría de la Rutbat al-ḥakīm., autor andalusí que la habría compuesto a mediados del siglo X. Esta obra documenta la penetración en al-Andalus de las creencias mágicas de origen caldeo-babilónico sobre la mandrágora recogidas en al-Filāḥa al-nabaṭiyyaIbn Waḥšiyya, al-Filāḥa al-nabaṭiyya, Toufic Fahd (ed.), Damas, Institut Français de Damas, 1993-1998, 3 t. 16Sobre la importancia de Ġāyat al-hakīm para la historia mágica de la mandrágora, véase Lozano Cámara, “Apuntes”.. La referencia en cuestión está recogida al final de la historia en que se habla de la rivalidad entre la mandrágora y el malvavisco, historia esta que el autor de Ġāyat al-ḥakīmal-Qurṭubī, Maslama, Ġāyat al-ḥakīm wa-aaqq al-natiǧatayni bi-l-taqdīm. The Picatrix. The Goal of the Wise (in Sorcery), Helmut Ritter (ed.), B. G. Teubner, Leipzig, 1933 [reimpresión: Steven Ashe (ed.), Milton Keynes, Glastonbury Books, 2007]. toma de al-Filāḥa al-nabaṭiyyaIbn Waḥšiyya, al-Filāḥa al-nabaṭiyya, Toufic Fahd (ed.), Damas, Institut Français de Damas, 1993-1998, 3 t. 17 Ibn Waḥšiyya, al-Filāḥa al-nabaṭiyya, I, pp. 155-157.El mismo pasaje se encuentra en Maslama al-Qurṭubī, Ġāyat al-hakīm, pp. 352-355 y Maslama al-Qurṭubī, Picatrix, pp. 385-387., donde faltan las siguientes palabras: «Bajo esto tienen mucho saber y un símbolo mágico en el uso del malvavisco y la mandrágora en la magia blanca» (وتحت هذا عندهم علم كثير ورمز سحري في استعمال شجرة الخطمي واليبروح في السيميا)18 Maslama al-Qurṭubī, Ġāyat al-hakīm, p. 355; Maslama al-Qurṭubī, Picatrix, p. 387..

El término sīmiyāʾ, que aquí traducimos como ‘magia blanca’ o ‘natural’, es explicado por el ya mencionado Šihāb al-Dīn al-Qarāfī en los siguientes términos:

La sīmiyāʾ consiste en elaborar compuestos [cuyos ingredientes poseen] propiedades19Para una explicación más detallada del término ‘propiedades’ (ḫawāṣṣ), cf. infra p. 11. terrestres como, por ejemplo, un ungüento especial, o líquidos especiales, o palabras especiales que causan ilusiones especiales, y que hacen que los cinco sentidos, o alguno de ellos, perciban cosas reales, especialmente cosas que se comen, se huelen, se ven, se tocan o se oyen. A veces, esas cosas tienen una existencia [real] que Dios crea en tal caso, y a veces no tienen una [existencia] real, sino que son ilusiones.

فالسيمياء عبارة عما تركّب من خواصّ أرضية كدهن خاص، أو مائعات خاصة، أو كلمات خاصة توجب تخيلات خاصة، وإدراك الحواس الخمس أو بعضها الحقائق خاصةً من المأكولات والمشمومات والمبصرات والملموسات والمسموعات. وقد يكون لذلك وجود يخلقه الله اذ ذاك، وقد يكون لا حقيقة له بل هي تخيّلات20Este pasaje de Anwār al-burūq fī anwāʿ al-furūq de al-Qarāfī está recogido en al-Baqūrī, Tartīb al-Furūq, II, p. 423. Coullaut Cordero, “La sīmiyāʾ en al-Andalus”, p. 453, ofrece la traducción del mismo fragmento, pero tomado directamente de la obra original de al-Qarāfī..

Ḥaǧǧī Ḫalīfa, que reproduce esta misma definición, añade más detalles al respecto:

Has de saber que este nombre se aplica a la parte de la magia que es irreal, y que es notoria. Lo que de esta resulta es la creación en el aire de imágenes ilusorias que carecen de existencia en la percepción sensorial. A veces se aplica a la creación de estas imágenes en la percepción sensorial, y entonces algunas de ellas se hacen visibles en la sustancia del aire, pero desaparecen rápidamente debido a lo rápido que cambia la sustancia de este; y a causa de su humedad no hay posibilidad de conservar largo tiempo la imagen generada, de manera que aparece rápidamente y desaparece rápidamente. En cuanto a la manera de crear estas imágenes y sus causas, es un asunto oculto, del que no están enterados sino quienes practican y conocen este arte […]. En esencia, [se trata de que] el mago prepara compuestos [a base de ingredientes que poseen] propiedades, o ungüentos y líquidos, o palabras especiales que provocan algunas ilusiones especiales, como la percepción sensorial de comida, bebida, y otras cosas semejantes.

اعلم انه يطلق هذا الاسم على ما هو غير الحقيقي من السحر وهو المشهور وحاصله احداث مثالات خيالية في الجو لا وجود لها في الحس وقد يطلق على ايجاد صورها في الحس فحينئذ يظهر بعض الصور في جوهر الهواء فتنزل سريعة لسرعة تغير جوهر الهواء ولا مجال لحفظ ما يقبل من الصورة في زمان طويل لرطوبته فيكون سريع القبول وسريع الزوال وأما كيفية احداث تلك الصور وعللها فأمر خفي لا اطلاع عليه الا لأهله [...] وحاصله ان يركب الساحر اشياء من الخواص او الادهان والمائعات او كلمات خاصة توجب بعض تخيلات خاصة كادارك الحس ببعض المأكول والمشروب وامثاله21 Ḥaǧǧī Ḫalīfa, Kašf al-ẓunūn, II, col. nº 1020.

Como indica Coullaut con gran acierto, en este texto Ḥaǧǧī Ḫalīfa «subraya la condición irreal de lo producido mediante estas artes, por lo que su idea parece asemejarse más a lo que actualmente nosotros conocemos como “ilusionismo”»22 Coullaut Cordero, “La sīmiyāʾ en al-Andalus”, p. 454..

Otra definición de sīmiyāʾ muy clarificadora acerca del contenido y práctica concretos de esta ciencia se encuentra en Ḏayl Taḏkirat ulī l-albāb wa-l-ǧāmiʿ li-l-ʿaǧab al-ʿuǧābḎayl Taḏkirat ulī l-albāb wa-l-ǧāmiʿ li-l-ʿaǧab al-ʿuǧāb, Bayrūt, al-Maktaba al-Ṯaqāfiyya, s.a. [Apéndice al Recordatorio para los dotados de inteligencia y compendio de la maravilla de las maravillas]. Esta obra, posiblemente redactada en el siglo XVII23 Coulon, La Magie, p. 264., es como su propio título indica un apéndice (ḎaylḎayl Taḏkirat ulī l-albāb wa-l-ǧāmiʿ li-l-ʿaǧab al-ʿuǧāb, Bayrūt, al-Maktaba al-Ṯaqāfiyya, s.a.) a la obra del médico de Antioquía Dāwūd b. ʿUmar al-Anṭākī (m. 1008/1599) que lleva por título Taḏkirat ulī l-albāb wa-l-ǧāmiʿ li-l-ʿaǧab al-ʿuǧāb [Recordatorio para los dotados de inteligencia y compendio de la maravilla de las maravillas]. El autor de este Apéndice es un discípulo anónimo del propio al-Anṭākī, y junto a este es clasificado por Coulon bajo la rúbrica de lo que él llama «médecine spirituelle»24 Coulon, La Magie, pp. 264-267. Este autor anónimo ofrece la siguiente explicación:

La sīmiyāʾ es una ciencia que trata de muchas ciencias, y que llega a [incluir] treinta categorías. La más sublime de ellas es la ciencia de las operaciones y artificios mágicos (al-nawāmīs)25En sus traducciones de este pasaje, Coulon, La Magie, p. 264, y Coulon, “The Kitāb Sharāsīm al-Hindiyya”, p. 344, traduce al-nawāmīs como ‘lois’ y ‘laws’ respectivamente. y las maneras de llevarlos a cabo, después las incineraciones (al-maḥārīq)26Coulon, La Magie, pp. 264-265, y Coulon, “The Kitāb Sharāsīm al-Hindiyya”, p. 344, traduce este término como ‘sacrifices’., después los sahumerios (al-tadḫīnāt), después las generaciones (al-taʿāfīn)27Traduzco aquí este término como ‘generaciones’ siguiendo a Fahd, “Matériaux pour l’histoire de l’agriculture”, p. 353, quien lo menciona en su forma plural al-taʿfīnāt y que según él es sinónimo de los términos al-tawlīdāt y al-takwīnāt, que designan en al-Filāḥa al-nabaṭiyya el arte de la generación artificial (ʿilm al-takwīn) de plantas y animales, es decir, los procedimientos usados por los seres humanos cuando buscan imitar la acción de la naturaleza con ese fin. Por su parte, Coulon, La Magie, pp. 264-265, traduce este término como ‘poudres animales’, y el mismo Coulon, “The Kitāb Sharāsīm al-Hindiyya”, p. 344, lo traduce como ‘putrefactions’, traducción esta última que corresponde al significado literal del término árabe en cuestión., los somníferos (al-marāqīd), las ocultaciones (al-iḫfāʾāt), y otras que tienen entrada en esta ciencia de la sīmiyāʾ.

هو علم باحث عن علوم كثيرة تبلغ ثلاثين بابا أجلها علم النواميس وكيفية أعمالها، ثم المحاريق ثم التدخينات والتعافين والمراقيد والاخفاءات وغيرها مما له مدخل في هذا العلم28 Ḏayl, p. 61, s.v. sīmiyāʾ.

En otro lugar de la misma obra también se añade la confección de filtros (ʿamal al-nīranǧiyyāt) a las ciencias o artes que integran la sīmiyāʾ29 Ḏayl, pp. 67-68..

Resulta sumamente interesante constatar que casi todas estas ciencias citadas por dicho autor anónimo -concretamente, al-nawāmīs, al-tadḫīnāt, al-maḥārīq, al-taʿāfīn, al-marāqīd y al-nīranǧiyyāt/al-nīranǧāt- son mencionadas en las fuentes árabes en relación directa con la mandrágora, según veremos en las siguientes páginas.

Dos de los términos anteriores merecen algunas explicaciones en aras de una mayor claridad: al-nawāmīs y al-nīranǧāt/al-nīranǧiyyāt. El primero de ellos es ya mencionado en al-Filāḥa al-nabaṭiyyaIbn Waḥšiyya, al-Filāḥa al-nabaṭiyya, Toufic Fahd (ed.), Damas, Institut Français de Damas, 1993-1998, 3 t. al hablar de los poderes mágicos de la mandrágora en conexión con los del sauzgatillo (Vitex agnus-castus L.) (šaǧarat Ibrāhīm) y con los de la planta llamada sirāǧ al-quṭrub30 Fahd, “Matériaux pour l’histoire de l’agriculture”, p. 300, identifica esta planta en este contexto como «agrostemme», pero en otros contextos puede designar otras especies vegetales, entre ellas la mandrágora. Véase, por ejemplo, Abū l-Ḫayr, ʿUmdat al-ṭabīb, vol. III, t. 2, p. 709.:

El sauzgatillo tiene propiedades prodigiosas, y entra dentro de las categorías de las operaciones y artificios mágicos. Isqawārīṯā31La vocalización exacta de este nombre es incierta. Fahd, “Une incursion yéménite”, p. 165, nota 15, lo identifica con «Asclepio» y menciona las diferentes formas en que su nombre es citado en al-Filāḥa al-nabaṭiyya. Véase también Coulon, La Magie, p. 124, quien lo menciona con el nombre de «Asqūlūbyā», del que dice que probablemente se trata de una deformación de «Asclepio», hijo del Sol (Apolo)., mensajero del Sol, mencionó sus prodigiosos efectos cuando le atribuyó los mismos que le atribuye a la mandrágora y a la planta a la que llaman sirāǧ al-quṭrub.

ولها [لشجرة ابراهيم] خواص عجيبة تدخل في أبواب النواميس والحيل النواميسية، وقد ذكر فيها اسقواريثا، رسول الشمس، عجايب من الأفعال، إذا ضمّ منها ما يضمّ إلى اليبروح وما يضمّ إلى النبات المسمّى سراج القطرب32 Ibn Waḥšiyya, al-Filāḥa al-nabaṭiyya, I, p. 187. El mismo fragmento, con ligeras variantes, se encuentra en Maslama al-Qurṭubī, Ġāyat al-hakīm, p. 357, Maslama al-Qurṭubī, Picatrix, p. 388.

También en al-Filāḥa al-nabaṭiyyaIbn Waḥšiyya, al-Filāḥa al-nabaṭiyya, Toufic Fahd (ed.), Damas, Institut Français de Damas, 1993-1998, 3 t. se encuentra otra referencia aún más explícita a la conexión entre la mandrágora y esta ciencia de al-nawāmīs, concretamente al final del pasaje donde se habla del uso de un animal quimérico y monstruoso generado artificialmente para realizar prácticas de ilusionismo:

[Isqawārīṯā] menciona muchas cosas sobre estos artificios mágicos del mismo tenor de las que describe en su Libro de los secretos del Sol, libro este prodigioso.

وذكر في هذه الحيل النواميسية شيئاً كثيراً هو من <نحو ما> وصفه في كتابه في أسرار الشمس، فإن ذلك الكتاب له من عجيب الكتب33 Ibn Waḥšiyya, al-Filāḥa al-nabaṭiyya, I, p. 191..

Por su parte, el autor de ḎaylḎayl Taḏkirat ulī l-albāb wa-l-ǧāmiʿ li-l-ʿaǧab al-ʿuǧāb, Bayrūt, al-Maktaba al-Ṯaqāfiyya, s.a. menciona en su obra diversos nawāmīs entre los que se encuentra un nāmūs (singular de nawāmīs) en el que se usa raíz de mandrágora y que supuestamente otorga a quien lo realiza el poder de transportarse de un lugar a otro volando por el aire34 Ḏayl, pp. 63-64.. La heterogeneidad de esos nawāmīs, tanto en lo que se refiere a sus modos de preparación y ejecución (composición de recetas, escritura y recitación de palabras y jaculatorias mágicas, fumigaciones, sahumerios, prescripciones astronómicas), como a sus finalidades (eliminar la necesidad de comer o beber durante días; transportarse de un lugar a otro; lograr sabiduría y una memoria infalible, etc.), tiene reflejo en los diferentes sentidos que engloba el término. Para Plessner35 Plessner y Viré, “Nāmūs”., al-nawāmīs designa las fórmulas mágicas, particularmente las que buscan influir en los sentidos para generar percepciones sensoriales ilusorias. Este significado aparece confirmado en ḎaylḎayl Taḏkirat ulī l-albāb wa-l-ǧāmiʿ li-l-ʿaǧab al-ʿuǧāb, Bayrūt, al-Maktaba al-Ṯaqāfiyya, s.a., donde -como ya se ha dicho- algunos de los nawāmīs incluyen la repetición de esas fórmulas mágicas, tanto orales como escritas. Sin embargo, como el mismo Plessner señala, el significado del término no se limita a dichas fórmulas. Así, Fahd traduce los términos al-nawāmīs y al-ḥīla (singular de al-ḥiyal) como ‘operaciones mágicas’ y ‘artificio’ respectivamente36 Fahd, “Matériaux pour l’histoire de l’agriculture”, p. 352.. Esta interpretación se corresponde con el sentido de las explicaciones que ofrece el autor de ḎaylḎayl Taḏkirat ulī l-albāb wa-l-ǧāmiʿ li-l-ʿaǧab al-ʿuǧāb, Bayrūt, al-Maktaba al-Ṯaqāfiyya, s.a. -según él, citando a Platón- cuando se hace eco de ese componente de artificio mágico engañoso para los sentidos que forma parte del significado del término al-nawāmīs, diciendo en referencia a los ejecutores de los mismos:

Muestran los prodigios y las rarezas, como mostrar la Luna llena en los días que está menguante y su eclipse cuando está en su plenilunio, o partida en dos trozos. Y también muestran el Sol en la noche, el trueno, el relámpago, y el soplo de tremendos vientos.

يظهرون العجائب والغرائب كاظهار القمر في ايام انمحاقه بدرا وكسوفه عند كماله أو افتراقه قطعتين وكذلك يظهرون الشمس في الليل والرعد والبرق وهبوب الرياح العظيمة37 Ḏayl, p. 62..

Este mismo sentido del término al-nawāmīs como ‘operaciones de ilusionismo’ está documentado en Kitāb al-Muḫtār de al-Ǧawbarī38 al-Ǧawbarī, Kitāb al-Muḫtār, pp. 33 y ss. Sobre este personaje y su obra, cf. infra p. 7. , quien usa la expresión aṣḥāb al-nawāmīs en un contexto en el cual su interpretación más plausible es ‘los ilusionistas’ (lit. ‘los autores de los artificios’), tal y como propone el traductor de esta obra39 al-Ǧawbarī, Kitāb al-Muḫtār, p. 458, s.v. The Book of Illusions (Kitāb al-Nawāmīs). .

Otra de las ciencias englobadas en la sīmiyāʾ por el autor de ḎaylḎayl Taḏkirat ulī l-albāb wa-l-ǧāmiʿ li-l-ʿaǧab al-ʿuǧāb, Bayrūt, al-Maktaba al-Ṯaqāfiyya, s.a. y que las fuentes relacionan con la mandrágora es ʿamal al-nīranǧiyyāt/al-nīranǧāt. La referencia más directa al respecto la proporciona al-Anṭākī, quien dice que «[la raíz de la mandrágora] entra en [la realización de] los nīraǧāt40Solo encuentro esta forma, posiblemente corrupta, en al-Anṭākī. (ويدخل في النيرجات)41 al-Anṭākī, Taḏkira, I, p. 341.. Para Coulon se trata de un término mal definido cuya interpretación puede fluctuar de una fuente a otra y que en términos generales denota rituales u objetos mágicos42 Coulon, La Magie, p. 304.. Según Fahd, en Ġāyat al-ḥakīmal-Qurṭubī, Maslama, Ġāyat al-ḥakīm wa-aaqq al-natiǧatayni bi-l-taqdīm. The Picatrix. The Goal of the Wise (in Sorcery), Helmut Ritter (ed.), B. G. Teubner, Leipzig, 1933 [reimpresión: Steven Ashe (ed.), Milton Keynes, Glastonbury Books, 2007]. este término denota los filtros mágicos que actúan por ingestión, absorción cutánea o fumigación43Esta interpretación del término al-nīranǧāt como ‘filtros’ coincide con la de Villegas, traductor al español de Ġāyat al-hakīm. Véase Maslama al-Qurṭubī, Picatrix, pp. 273 y ss., y Maslama al-Qurṭubī, Ġāyat al-hakīm, pp. 242 y ss. (añádase a ello: y también por inhalación), así como los amuletos que confieren un poder extraordinario sobre las personas y sobre los fenómenos naturales. En términos más generales el término al-nīranǧāt designa según el mismo Fahd las operaciones de magia blanca, que comprenden diferentes formas de prestidigitación e ilusionismo44 Fahd, “Nīrandj”.. Para Burnett, al-nīranǧāt es una de las tres partes que integran la magia (al-siḥr) junto a los talismanes y la alquimia. Según él, este tipo de operaciones mágicas incluye la combinación y procesamiento de ingredientes que forman un compuesto, invocaciones de seres espirituales, quema de perfumes y fumigaciones y la fabricación de figuritas usadas para manipular las fuerzas espirituales. Los nīranǧāt son particularmente apropiados para controlar situaciones afectivas o psicológicas: amor u odio entre dos personas, obediencia, sujeción de una voluntad a otra, causar impotencia o eliminarla. El espíritu es el medio a través del cual actúan los nīranǧāt, ya sean vistos, olidos o gustados por el receptor de la operación mágica, y las fuerzas espirituales son invocadas para potenciar los efectos mágicos de dicha operación. Por otra parte, según el mismo Burnett, el término nīranǧ también es usado para designar lo que podemos llamar «trucos de fiesta o salón»45 Burnett, “The Three Divisions”, pp. 43, 50-52..

3. Ungüentos, amuletos, talismanes, sahumerios, fumigaciones, inhalaciones y filtros de mandrágora

 

La mandrágora no solo fue leitmotiv de un importante conglomerado de supersticiones y mitos registrados en las fuentes y presentes en el imaginario popular de las poblaciones de los territorios árabo-islámicos entre los siglos X y XVII. También parece haber sido objeto de un uso real y efectivo en el marco de prácticas de magia blanca en ese contexto. Las fuentes árabes documentan un elenco significativo de preparados y operaciones mágicas en las que se empleaba la planta, explicitando qué parte de ella se usaba en cada caso y el peso exacto que debía emplearse, las formas en que era preparada y utilizada y los rituales que debían realizarse al hacerlo, así como los muy diversos efectos mágicos que se pretendía obtener con estas prácticas. A tenor de la información de la que disponemos, la raíz parece haber sido la parte más utilizada en las operaciones mágicas, seguida de las semillas y los frutos. Las formas de preparación y uso incluían ungüentos, amuletos, talismanes, sahumerios, fumigaciones, inhalaciones y filtros.

De otro lado, es bien sabido que la gran difusión de las creencias sobre los supuestos poderes mágicos de la mandrágora y su uso en las prácticas de magia blanca hicieron que llegara a ser muy apreciada en la Europa cristiana durante el medievo y hasta los siglos XVII-XVIII. Tal era su valor, que en el norte, centro y este de Europa se desarrolló un auténtico mercado fraudulento de falsas raíces de mandrágora, siendo habitual que algunos charlatanes tallaran y manipularan la raíz de Bryonia alba L. para hacerla pasar por raíz de mandrágora46 Kujawska y Svanberg, “From medicinal plant to noxious weed”, p. 4.. Dichas prácticas también eran usuales en el sur del continente europeo, según el testimonio del médico y humanista judeo-portugués del siglo XVI Amato Lusitano (1511-1568). En su comentario a Dioscórides, titulado Enarrationes (Venecia 1553), Lusitano habla de «la tiranía e impostura de vendedores de baratijas e impostores que a no escaso precio, y como si fuese mandrágora, venden a mujeres estériles […] unos hombritos esculpidos en raíces de cañas […] con tan buena disposición y habilidad que, donde se precisa que nazca vello […] incrustan unos cuantos granos de trigo que, al enterrarse con la raíz, producen a su vez unas raicillas delgadas y semejantes a pelos, y después la raíz entera adquiere la forma de un hombrecillo, que con grandilocuencia fingen no puede arrancarse de tierra sin los oídos tapados, o bien atándola a un perro. Y venden una o dos raíces de estas por treinta y a veces hasta por cuarenta ducados de oro»47 González Manjarrés, “La mandrágora de Amato Lusitano”, p. 462. Andrés de Laguna (1510 ó 1511-1559) (Dioscórides, Acerca de la materia medicinal, p. 424) ofrece un comentario sobre la falsificación de las raíces de mandrágora muy semejante al de su coetáneo Lusitano..

Es muy posible que el gran aprecio del que era objeto la raíz de mandrágora y su alto valor económico en el contexto europeo hubieran tenido su correlato en el mundo árabo-islámico, al menos en la primera mitad del siglo VII/XIII, cuando el derviche y alquimista de Damasco ʿAbd al-Raḥīm al-Ǧawbarī compuso su Kitāb al-Muḫtār fī kašf al-asrār [Antología de la revelación de los secretos], donde ofrece un vivo retrato de los trucos y engaños de falsos sufíes, vendedores de droga, curanderos y charlatanes que formaban parte del inframundo de la sociedad de su tiempo48 Wild, “Al-Djawbarī, ʿAbd al-Raḥīm”. . En esta obra se recoge una noticia sumamente valiosa sobre estas prácticas fraudulentas. La sección 2 del capítulo 14, titulado Revelación de los secretos de los médicos de los caminos (fī kašf asrār aṭibbāʾ al-ṭuruq) lleva por título La revelación de sus secretos sobre la raíz de mandrágora que tiene forma de ídolo (fī kašf asrārihim fī l-yabrūḥ al-ṣanamī wa-l-kalām ʿalayhi)49 al-Ǧawbarī, Kitāb al-Muḫtār, pp. 254-255.. Al-Ǧawbarī se hace eco en este pasaje de uno de los mitos sobre la mandrágora más ampliamente difundidos y más profundamente arraigados en diferentes culturas desde la Antigüedad: la creencia de que quien la arranca de raíz muere instantáneamente, y que por ello debe usarse un perro para desarraigarla50Sobre el complejo de creencias mágicas en torno a la ceremonia de desarraigo de la mandrágora en la tradición árabo-islámica, véase Lozano Cámara, “Apuntes”.. Al-Ǧawbarī dice que «esos que deambulan por los caminos» (al-ṭuruqiyya)51Literalmente ‘los de los caminos’, que debe entenderse como ‘los médicos de los caminos’, o en una traducción más correcta desde el punto de vista idiomático y funcional, como ‘los curanderos ambulantes’. difundían en su momento esas supersticiones entre la gente, y aunque él no lo señala explícitamente puede colegirse sin temor a errar que su objetivo no era otro que incrementar el precio de venta de la raíz, práctica esta ya habitual en la Antigüedad entre griegos y romanos52 Randolph, “The Mandragora of the Ancients”, p. 489.. Asimismo, añade que estas creencias sobre el desarraigo de la mandrágora no son sino falsas supersticiones, opinión esta que comparte con otros autores árabes de diferentes épocas53Véase Lozano Cámara, “Apuntes”..

La segunda parte de esta sección de Kitāb al-Muḫtār sobre la mandrágora contiene una minuciosa descripción del método empleado por estos «curanderos ambulantes» para falsificar raíces de ciclamen (Cyclamen europaeum L.) (ḥašīšat al-rakf) con el fin de venderlas a un precio muy elevado haciéndolas pasar por raíces de mandrágora:

Tienen ellos un secreto en [esta raíz de mandrágora con forma de ídolo] que yo voy a desvelar. En los días del otoño vienen a [donde crece] el ciclamen, escarban alrededor de la raíz, cogen un cuchillo y tallan en ella la forma de un ser humano de perfecta fisionomía; y le hacen un pene, frente, pelo, manos y pies, y todo lo que tienen los seres humanos. Entre ellos hay quien hace dos figuras, macho y hembra abrazados. Una vez hecho esto, echa tierra sobre la raíz, sin arrancarla, y la deja hasta la primavera, hasta el momento en que se arrancan las hierbas. Después regresa [al lugar donde está] la planta y escarba alrededor de la raíz, y encuentra que se ha criado con la misma forma que él le dio, que es la fisionomía de los seres humanos. Entonces la arranca y [se pone a] decir disparates54No encuentro en ningún diccionario el término hādūr, traducido aquí como ‘disparates’. No obstante, creo que podría tratarse de una forma dialectal derivada de la raíz clásica hḏr, que tiene el significado general de ‘parlotear, desvariar, decir disparates’. Véase, por ejemplo, Cortés, Diccionario, p. 1199, s.v. haḏara. Véase también Corriente, “Reflejos iberorromances”, p. 81. sobre ella. Nadie que la vea duda de que se trata de una criatura fruto de la naturaleza. Después la vende por su peso en oro sin importar cuán elevado sea su precio.

ولهم فيه سرّ وأنا أكشفه وذلك أنهم يجيئون في أيّام الخريف إلى الحشيشة الرُكْف ثمّ يحفرون على عرقها ثمّ يأخذون السكّين ويصوّرون فيها صورة آدميّ تامّ الخلقة ويعملون له ذكر وجبهة وشعر ويدين ورجلين وجميع خلقة بني آدم فيه فمنهم من يعمل صورتين ذكر وأنثى متعانقين فإذا صنع ذلك ذرّ عليها التراب من غير أن يقلعها من أصلها ثمّ يتركها إلى الربيع إلى أون قلع الحشائش ثمّ يجيء يحفر عليها فيجدها قد تربّت كما قد صوّرها وهي خلقة بني آدم فيقلعها ثمّ يتكلّم عليها بالهادور فإذا رآها إنسان لا يشكّ أنّها خلقة ثمّ يبيعها وزن بوزن لا يقدّر عليها 55 al-Ǧawbarī, Kitāb al-Muḫtār, pp. 254-255..

Huelga aquí subrayar los paralelismos existentes entre la información que aporta al-Ǧawbarī y la descripción de las prácticas fraudulentas documentadas por Lusitano y Andrés de Laguna.

3.1. La mandrágora protectora y benefactora

 

Desde la Antigüedad y hasta los siglos XVII-XVIII estuvo muy extendida y arraigada en diferentes civilizaciones y culturas la creencia de que la mandrágora posee virtudes apotropaicas56 Kujawska y Svanberg, “From medicinal plant to noxious weed”, p. 4.. Existen múltiples manifestaciones del mito según el cual trae buena suerte a su poseedor en diferentes maneras, tales como la adivinación de secretos, el incremento de la prosperidad material, la consecución del objeto del deseo amoroso, hacer fértiles a las mujeres estériles, o protegerse de calamidades y demonios57Véase, por ejemplo, Randolph, “The Mandragora of the Ancients”, pp. 496-497; Dafni et al., “In search of traces of the mandrake myth”, p. 16; Monadi et al., “A Comprehensive Review on the Ethnopharmacology”, p. 2; Bhutia y Kakoti, “Ethno-medicinal claims”, sección 4.0.; Waniakowa, “Mandragora and belladonna”, pp. 166-167.. Estas creencias, al igual que otras sobre las propiedades mágicas de la mandrágora, tienen su origen en el aspecto antropomórfico de su raíz, de acuerdo con la llamada Doctrina de las Signaturas o Doctrina de la Similitud. Básicamente, esta doctrina sostenía que las plantas presentan características o signaturas, como el color, la forma o el nombre que indican sus propiedades y por ende las enfermedades que pueden curar58Sobre la Doctrina de las Signaturas y su relación con la mandrágora, véase Lozano Cámara, “Apuntes”. . Una manifestación paradigmática de dicha doctrina se encuentra en Kitāb al-Muḫtār de al-Ǧawbarī, donde este cuenta cómo en su tiempo los «curanderos ambulantes» (aṭibbāʾ al-ṭuruq) cogían raíz de ciclamen y la tallaban en forma de perro, la tapaban de nuevo con tierra y la dejaban crecer hasta que llegaba el momento de arrancarla, y cuando lo hacían, aparecía la raíz con forma de perro. Al-Ǧawbarī añade que entonces pretendían que esa raíz bebida en determinada dosis servía para curar la mordedura de un perro rabioso, y así la vendían por un precio muy elevado59 al-Ǧawbarī, Kitāb al-Muḫtār, pp. 256-257..

En el caso de la mandrágora, las supersticiones sobre sus propiedades benefactoras habrían estado tan extendidas y arraigadas en el imaginario colectivo popular de las poblaciones árabo-musulmanas que esto tuvo como resultado la lexicalización de estas propiedades en uno de los numerosos sobrenombres árabes de la planta60La lista más exhaustiva de nombres y sobrenombres árabes y no árabes de la mandrágora publicada hasta el momento se encuentra en Dafni et al., “In search of traces of the mandrake myth”.. Se trata del término mufliḥ, registrado por el botánico sevillano Abū l-Ḫayr al-Išbīlī (s. XI) en su Kitāb ʿUmdat al-ṭabīb fī maʿrifat al-nabāt li-kull labīb [Sostén del médico para el conocimiento de las plantas por toda persona inteligente] como uno de los sobrenombres de la mandrágora en su tiempo61 Abū l-Ḫayr, ʿUmdat al-ṭabīb, I, p. 324, nº 2814., y que podría ser traducido como ‘dichoso’62Esta es la propuesta de los traductores de Abū l-Ḫayr, ʿUmdat al-ṭabīb, II, p. 454, nº 2814., ‘afortunado’ o ‘próspero’, en el sentido de que reporta buena fortuna y prosperidad a su poseedor.

Un relativamente amplio catálogo de los usos apotropaicos de la mandrágora se encuentra en el Kitāb al-Muršid ilà ǧawāhir al-aġḏiya wa-quwà al-mufradāt min al-adwiya [Guía de las sustancias de los alimentos y de las fuerzas de los medicamentos simples], cuyo autor es el médico natural de Jerusalén Muḥammad b. Aḥmad al-Tamīmī (m. 370/980)63Los pasajes de la obra de al-Tamīmī en que este habla de la mandrágora me son conocidos a través de la versión conservada en al-Ǧāmiʿ li-mufradāt al-adwiya wa-l-aġḏiya [Compendio de medicamentos simples y alimentos] del botánico y farmacólogo andalusí Ibn al-Bayṭār (m. 646/1248), que en una de las varias entradas que dedica en su obra (II, pp.14-16) a la mandrágora (sirāǧ al-quṭrub) reproduce varios fragmentos de al-Muršid.. Esta obra es de gran importancia para la historia de la mandrágora en la tradición árabo-islámica, pues es la vía a través de la cual penetraron en los textos árabes las creencias mágicas de filiación hermética o pseudohermética de origen greco-egipcio sobre la planta. Al-Tamīmī atribuye los pasajes en que habla de la mandrágora a Hermes, figura esta que podemos identificar con Hermes Trismegisto, personaje mítico de gran importancia en la tradición mágica árabo-islámica al que se atribuye la autoría de numerosas obras de magia y alquimia64 Sezgin, Geschichte, pp. 31-44. Sobre Hermes y su relación con la mandrágora, véase Lozano Cámara, “Apuntes”.. Al-Tamīmī pone en boca de Hermes las siguientes palabras:

Esta planta sirve para muchas operaciones que no son propias de la medicina. Entre ellas, que si una persona coge un trozo de los miembros de ese ídolo y lo machaca con una pequeña cantidad de su fruto y lo reduce a polvo muy fino y lo diluye en óleo de ben65Sobre la identificación de esta planta, véase Abū l-Ḫayr, ‘Umdat al-ṭabīb, vol. III, t. 1, p. 340, s.v. bān. u óleo de ḫalūq66Se trata de un perfume cuya base es el azafrán. Véase Aubaile-Sallenave, “Safran de joie”, p. 45. perfumado o en azogue plúmbeo, y ese hombre se unta con este óleo los ojos, la frente, el rostro y el cuerpo cuando quiere encontrarse con gente importante y con quienes tienen autoridad, y después se reúne con el sultán que a él le place para tratar con él los asuntos que quiere, a ojos de ese sultán será una persona distinguida y de elevada posición, y se satisfarán todas sus demandas, y no se verá de él sino lo que sea necesario.

وهذه الشجرة تصلح لأعمال كثيرة ليست مما تستعمل في الطب. فمن ذلك أنه إن أخذ إنسان قطعة من أعضاء ذلك الصنم فسحقها مع شيء يسير من ثمرها وأنعم سحقها ودافها بدهن بان أو دهن الخلوق المطيب أو في زئبق رصاصي ويمسح الرجل من ذلك الدهن إذا أراد لقاء الأكابر ولقاء ذي سلطان فمسح منه عينيه وجبينه ووجهه وبدنه ثم لقي من أحب من السلاطين فيما أحب فإنه يكون عنده وجيهاً وتكون منزلته عنده عالية وتقضى حوائجه و لا يرى منه إلا ما يجب67 Ibn al-Bayṭār, al-Ǧāmi‘, II, p. 15

El mismo Hermes menciona también las propiedades apotropaicas de la raíz utilizada como amuleto, uso este ampliamente documentado en el caso de la Europa cristiana, donde las raíces de mandrágora talladas en forma de muñecas eran tratadas con todo mimo, e incluso vestidas y alimentadas68 Dafni et al., “In search of traces of the mandrake myth”, p. 16. :

Este ídolo es un amuleto de enorme utilidad para quien lo lleva colgado al cuello, o rompe uno de sus miembros, le cose a lezna una [tira de] cuero curtido y se lo cuelga al cuello o al brazo. Entonces estará a salvo de toda plaga y calamidad, de todo bandido y ladrón, de naufragios e incendios y de cualquier desgracia.

وهذا الصنم حرز عظيم في المنفعة لمن يحمله متقلداً به أو كسر عضواً من أعضائه وخرز عليه جلد أديم ويعلقها في عنقه أو في عضده فإنه حينئذ يأمن من كل آفة وعاهة ومن كل لص وسارق ومن الغرق والحريق ومن كل بلية69 Ibn al-Bayṭār, al-Ǧāmiʿ, II, p. 15.

En el siglo XII, y también en al-Andalus, la creencia sobre las virtudes mágicas de los amuletos de raíz de mandrágora está documentada en el Kitāb al-Ḫawāṣṣ [Libro de las propiedades] del médico Abū l-ʿAlāʾ Zuhr (m. 525/1130-1):

Quien se cuelgue la raíz de esta planta o un trozo de ella apagará la cólera de los principales, y quien se la cuelgue, que lo haga con la luna llena.

من علق عليه أصل هذه الشجرة أو شيء منها أطفأ غضب الرؤساء ومن علق عليه شيء منها فليكن في امتلاء القمر70 Ibn al-Bayṭār, al-Ǧāmiʾ, II, p. 16.

Prescripciones astronómicas como esta son recurrentes tanto en lo que se refiere a la ceremonia de desarraigo de la mandrágora como a la preparación de compuestos y la realización de prácticas mágicas con ella. Un ejemplo muy claro de la importancia de la observancia de estas disposiciones puede encontrarse en Ġāyat al-ḥakīmal-Qurṭubī, Maslama, Ġāyat al-ḥakīm wa-aaqq al-natiǧatayni bi-l-taqdīm. The Picatrix. The Goal of the Wise (in Sorcery), Helmut Ritter (ed.), B. G. Teubner, Leipzig, 1933 [reimpresión: Steven Ashe (ed.), Milton Keynes, Glastonbury Books, 2007]., donde se menciona un «compuesto» (murakkab) de efecto protector que contiene dos miṯqāles71Kahl (Sābūr ibn Sahl, Dispensatorium Parvum, p. 228) le asigna al miṯqāl un peso de 4,46 g; Álvarez de Morales (Ibn Wāfid, El libro de la almohada, p. 475) menciona un peso medio de 4,42 g. de mandrágora, y que es atribuido a «los sabios de la India» (ḥukamāʾ al-Hind)72 Maslama al-Qurṭubī, Ġāyat al-hakīm, p. 346; Maslama al-Qurṭubī, Picatrix, p. 379.:

Su efecto es evitar el daño de las espiritualidades [que intervienen en la operación] que se intenta realizar para que no perjudiquen a su autor. Tiene un efecto general en todas las clases de astros, como el efecto general que posee la perla india para evitar el daño de todos los venenos en general […]. Con ello se preparan siete perlas que se secan a la sombra, y al prepararlas y al secarlas no dejes de pronunciar las invocaciones del planeta ni de atar sus espiritualidades para el objetivo buscado.

وفعله دفع عادية روحانيات ما يحاول عمله لئلا يعتدي على صانعه وفعله عامّ في ما يحاول من جميع اقسام الكواكب كالفعل العامّ الذي للخرزة الهندية في دفع عادية السموم بالجملة [...] وتصنع منه خَرَزٌ سبع وتجفف في الظل وفي أوان عملها وتجفيفها لا تغفل الكلام بدعوات المتحيرة ورباط روحانياتها عند الغرض المقصود 73 Maslama al-Qurṭubī, Ġāyat al-hakīm, pp. 347-348; Maslama al-Qurṭubī, Picatrix, p. 381..

La necesidad de que se tome en cuenta la situación y conjunción de la Luna, el Sol y los planetas al realizar las operaciones mágicas con mandrágora para garantizar sus efectos es claramente expuesta por al-Anṭākī, quien indica que dichos efectos serán los deseados «si al hacerlo se observan las atribuciones astronómicas» (إذا روعيت فيه النسب الفلكية)74 al-Anṭākī, Taḏkira, I, p. 341. Sobre dichas «atribuciones astronómicas», véase Lozano Cámara, “Apuntes”..

Por otro lado, Hermes también menciona el uso de fumigaciones de mandrágora para proteger las viviendas de la gente contra genios y demonios:

Si alguien fumiga su casa o el lugar que habita con un poco de la raíz que es el ídolo huyen de ella los genios y los demonios al instante y no se aproximan a ella durante muchos años.

ومن بخر بشيء من الأصل الذي هو الصنم منزله أو المكان الذي يسكنه هربت منه الجن والشياطين من ساعته ولم تقربه سنيناً كثيرة 75 Ibn al-Bayṭār, al-Ǧāmiʿ, II, p.15.

Por el mismo tiempo en que vive al-Tamīmī encontramos en Ġāyat al-ḥakīmal-Qurṭubī, Maslama, Ġāyat al-ḥakīm wa-aaqq al-natiǧatayni bi-l-taqdīm. The Picatrix. The Goal of the Wise (in Sorcery), Helmut Ritter (ed.), B. G. Teubner, Leipzig, 1933 [reimpresión: Steven Ashe (ed.), Milton Keynes, Glastonbury Books, 2007]. la receta de un sahumerio llamado «sahumerio de Saturno» (duḫnat Zuḥal)76 Maslama al-Qurṭubī, Ġāyat al-ḥakīm, p. 343; Maslama al-Qurṭubī, Picatrix, p. 377., compuesto entre otros ingredientes por cincuenta miṯqāles de fruto de mandrágora. Según se describe en esta obra, este sahumerio, de composición variable, es el que se utiliza en la ceremonia de invocación de la espiritualidad de Saturno cuando se quiere obtener un favor de este planeta77 Maslama al-Qurṭubī, Ġāyat al-ḥakīm, pp. 202-204; Maslama al-Qurṭubī, Picatrix, pp. 233-236. La traducción francesa de la receta de este sahumerio se encuentra en Coulon, “Fumigations et rituels magiques”, p. 219..

Ġāyat al-ḥakīmal-Qurṭubī, Maslama, Ġāyat al-ḥakīm wa-aaqq al-natiǧatayni bi-l-taqdīm. The Picatrix. The Goal of the Wise (in Sorcery), Helmut Ritter (ed.), B. G. Teubner, Leipzig, 1933 [reimpresión: Steven Ashe (ed.), Milton Keynes, Glastonbury Books, 2007]. recoge también la receta de una perla (ḫaraza) llamada «perla de al-Amāṭīs» que incluye la mandrágora entre sus componentes y que ofrece protección contra las inclemencias climáticas78 Maslama al-Qurṭubī, Ġāyat al-ḥakīm, pp. 243-244; Maslama al-Qurṭubī, Picatrix, pp. 274-275..

Cuando te alcance el frío, la lluvia y la nieve en algún lugar y quieras que cesen, di las palabras y luego levántala en tu mano derecha hasta el cielo, y todo eso se calmará.

فاذا اصابك البرد والمطر والثلج في مكان فاردت ان يرتفع فتكلم بالكلمات ثم ارفعها بيدك اليمنى للسماء فان جميع ذلك يسكن79 Maslama al-Qurṭubī, Ġāyat al-ḥakīm, p. 244; Maslama al-Qurṭubī, Picatrix, pp. 274-275.

Por su parte, al-Ǧawbarī, aludiendo a «quienes pretenden ser maestros sufíes» (allaḏīna yadda- ʿūna al-mašīḫa min al-fuqarāʾ), dice que estos realizan fumigaciones (yubaḫḫir) con diversos ingredientes, entre ellos mandrágora, para crear la ilusión de parar la lluvia80 al-Ǧawbarī, Kitāb al-Muḫtār, pp. 374-375.. Esta noticia permite aventurar que este tipo concreto de prácticas mágicas podrían haber sido frecuentes -al menos en el Oriente islámico en el siglo VII/XIII-, hasta el punto de llegar a convertirse en una actividad fraudulenta bien conocida allí por aquel entonces. Por otro lado, resulta muy interesante observar aquí que esta no es la única referencia que vincula el mundo de los derviches con la realización de operaciones mágicas con mandrágora, pues también son presentados como ejecutores de otras prácticas de charlatanería descritas por al-Ǧawbarī en las que está presente la planta81Cf. infra nota 82.. Dichas prácticas parecen haber sido cultivadas por grupos de derviches de marcada orientación heterodoxa, tales como rifāʿīs, ḥaydarīs y qalandarīs82 al-Ǧawbarī Kitāb al-Muḫtār, pp. 433-434, nota 27..

Por último, Ġāyat al-ḥakīmal-Qurṭubī, Maslama, Ġāyat al-ḥakīm wa-aaqq al-natiǧatayni bi-l-taqdīm. The Picatrix. The Goal of the Wise (in Sorcery), Helmut Ritter (ed.), B. G. Teubner, Leipzig, 1933 [reimpresión: Steven Ashe (ed.), Milton Keynes, Glastonbury Books, 2007]. menciona un talismán (ṭilasm) que incluye semillas de mandrágora y que según dice protege de los efectos nocivos derivados de la manipulación de los ingredientes venenosos que se usan en la composición de los filtros mágicos83 Maslama al-Qurṭubī, Ġāyat al-ḥakīm, p. 246; Maslama al-Qurṭubī, Picatrix, p. 278..

3.2. La mandrágora sanadora

 

En relación directa con estos mitos y supersticiones sobre las virtudes apotropaicas de la mandrágora y con su puesta en práctica en operaciones de magia blanca encontramos en los textos árabes referencias a sus presuntas virtudes sanadoras mágicas. Estas creencias están directamente relacionadas con la idea existente en diversas culturas a lo largo de los siglos de que la mandrágora es una planta bendita y una panacea que cura todo tipo de dolencias84Véase Lozano Cámara, “Apuntes”. y tienen su origen en la fisionomía antropomórfica de su raíz en el marco de la Doctrina de las Signaturas, como ocurre también en el caso -ya mencionado- de sus supuestas propiedades apotropaicas. De otro lado, esos mitos y supersticiones guardan una relación muy estrecha con la larga tradición de conocimiento y usos medicinales de la mandrágora que se extiende desde la Antigüedad hasta los siglos XVII-XVIII85Waniakowa, “Mandragora and belladonna”, p. 164; Kujawska y Svanberg, “From medicinal plant to noxious weed”, p. 4., y que tiene uno de sus hitos más destacados en la medicina galénica árabo-islámica clásica86Véase, por ejemplo, al-Rāzī, al-Ḥāwī, XXI, parte II, pp. 643-647, e Ibn al-Bayṭār, al-Ǧāmiʿ, II, pp. 510-512.. No obstante, -como veremos más adelante- las creencias mágicas sobre las virtudes medicinales de la planta no encontraron eco en las obras de los naturalistas árabes que hablaron de sus propiedades y usos terapéuticos desde la perspectiva galénica.

Las creencias sobre el poder curativo de la mandrágora estaban tan extendidas y arraigadas en el imaginario popular de las poblaciones árabo-islámicas que, al igual que ocurrió en el caso de algunos idiomas europeos87 Dafni et al., “In search of traces of the mandrake myth”, pp. 14, 18. , llegaron a lexicalizarse en dos sobrenombres árabes que aluden a sus propiedades curativas: abū salām88 Dafni et al., “In search of traces of the mandrake myth”, pp. 14, 18. (lit. ‘padre de salud’) y ʿabd al-salām89 al-Zabīdī, Tāǧ al-ʿarūs, II, p. 123. (lit. ‘el siervo de la salud’).

En las fuentes árabes que hablan de magia las virtudes curativas de la mandrágora son resultado de sus ‘propiedades’ (ḫawāṣṣ)90Véase, por ejemplo, Ibn Waḥšiyya, al-Filāḥa al-nabaṭiyya: I, p. 357, donde dice que la mandrágora posee ‘propiedades prodigiosas’ (ʿaǧāʾib min al-ḫawāṣṣ)., término este que designa el poder mágico de la planta, las inexplicables fuerzas esotéricas que residen en los seres naturales animados e inanimados. Durante el período helenístico existía la creencia de que en la Naturaleza esas fuerzas están activas o pueden ser activadas91 Ullmann, “Khāṣṣa”, p. 1097., idea que experimentó un importante desarrollo en el género árabe textual de los ḫawwāṣ, que podría definirse en sentido amplio como ‘literatura de medicina mágica’92 Álvarez Millán, “El Kitāb al-Khawāṣṣ”, pp. 155-158; Fernández Medina, La magia morisca, pp. 184-190..

La primera y más detallada enumeración de esas propiedades se debe a al-Tamīmī, quien -por boca de Hermes- alude en varias ocasiones a ellas:

[La mandrágora] es una planta bendita entre las plantas, útil contra cualquier enfermedad que aflija al ser humano por la acción de genios, demonios y diablos93Los términos ǧinna, ḫabal y waswās, traducidos aquí respectivamente como ‘genios’, ‘demonios’ y ‘diablos’, podrían ser también interpretados como ‘locura’, ‘trastorno mental’ y ‘paranoia’, respectivamente. La primera de estas dos interpretaciones -no excluyentes entre sí- está recogida, por ejemplo, en Kazimirski, Dictionnaire, I, p. 333, s.v. ǧinna, I, p. 536, s.v. ḫabal, II, p. 1539, s.v. waswās; Ibn al-Bayṭār, Traité des simples, II, p. 246, s.v. sirāǧ al-quṭrub. La segunda de estas interpretaciones puede encontrarse, por ejemplo, en Cortés, Diccionario, p. 188, s.v. ǧinna, p. 288, s.v. ḫabal, p. 1253, s.v. waswās; Corriente, Diccionario, p. 127, s.v. ǧinna, p. 198, s.v. ḫabal, p. 834, s.v. waswās., y útil contra cualquiera de las graves enfermedades que puedan ocasionársele en el interior del cuerpo, como la hemiplejía, la parálisis que causa la torcedura de la boca, la epilepsia, la lepra94En la sección 8 del capítulo 1 de Kitāb al-Muḫtār (pp. 22, 24), titulado Revelación de los secretos de los falsos profetas (fī kašf asrār allaḏīna yaddaʿūna al-nubuwwa), se habla de la Revelación de los secretos sobre la curación de la lepra (fī kašf asrār izālat al-ǧuḏām). Al-Ǧawbarī menciona aquí un cocimiento que incluye hojas de mandrágora entre otros ingredientes. Según él, esos «falsos profetas» se aplicaban ese cocimiento para hacer creer a la gente que estaban enfermos de lepra, simulando más tarde una curación milagrosa., los desórdenes mentales, la confusión mental, y la pérdida de la memoria.

وهذه الشجرة مباركة من الأشجار نافعة لكل داء يكون بابن آدم من جنة وخبل ووسواس وتنفع لكل داء من الأدواء الكبار التي تعرض له في باطن جسمه كالفالج واللقوة والصرع وداء الجذام وفساد العقل والتولة95Entre las diferentes posibilidades de vocalización y traducción de este término opto por tuwala o tiwala, y lo interpreto -no sin dudas- en este contexto como ‘confusión mental’, siguiendo a Cortés, Diccionario, p. 138, s.v. tiwala. وكثرة النسيان96 Ibn al-Bayṭār, al-Ǧāmi‘, II, p. 14.

Hermes añade que «si se fumiga con este ídolo a quien sufre desvaríos y desórdenes mentales se los cura» (وإن بخر بهذا الصنم إنسان به هذيان وفساد العقل ذهب عنه)97 Ibn al-Bayṭār, al-Ǧāmi‘, II, p. 15..

Por otro lado, Hermes recomienda también dos remedios mágicos a base de mandrágora para el tratamiento de la epilepsia:

Si se coge un puñado de flores de mandrágora antes de que se abran y las atas con una pieza de tejido de lino, la aprietas con un hilo de lana hecho de siete colores y se lo cuelgas al niño que sufre de epilepsia, se la cura y no vuelve a padecerla mientras lo lleve colgado.

وإن أخذ كمة من زهره من قبل أن تنفتح فربطها في خرقة كتان وشدها بخيط صوف معمول من ٧ ألوان ثم علقه على الطفل الذي يعرض له الصرع فإنه يذهب عنه ولا يعود إليه ما دامت تلك معلقة عليه98 Ibn al-Bayṭār, al-Ǧāmi‘, II, p. 15..

Si se le cuelga un trozo de ella a quien acostumbra a sufrir [ataques] de epilepsia, se la cura, y tiene un efecto más potente para este fin que la madera de peonía99Para la identificación de al-fāwuniyā como ‘peonía’ (Paeonia officinalis L), véase Abū l-Ḫayr, ‘Umdat al-ṭabīb, vol. III, t. 1, p. 398, s.v. fāwuniyā. El mismo Abū l-Ḫayr, ‘Umdat al-ṭabīb, vol. II, p. 595, habla de esta presunta propiedad de la peonía para curar la epilepsia. Al-Anṭākī, Taḏkira, I, p. 246, s.v. fawāniyā, también la menciona y añade que cura otras dolencias como la locura..

وإن علق منه شيء على من يعتاده الصرع أبرأه وكان فعله في ذلك أبلغ من عود الفاونيا100 Ibn al-Bayṭār, al-Ǧāmiʿ, II, p. 16.

Sin embargo, los textos árabes de medicina y farmacología galénicas no mencionan en absoluto estos supuestos beneficios de la mandrágora para el tratamiento de dolencias de carácter mental y de la epilepsia. Hasta donde alcanza mi conocimiento, tan solo es citada como medicamento útil para el tratamiento de la epilepsia y la locura en el listado de drogas preparadas y vendidas por los farmacéuticos de la comunidad judía de El Cairo entre los siglos XI y XIV101 Lev, “Drugs held and sold by pharmacists”, p. 287. Curiosamente, en otro artículo publicado unos meses antes que el anterior, Lev y Amar, “Reconstruction of the inventory”, p. 436, dicen que la Taylor-Schechter Genizah Collection, Cambridge -la misma colección de documentos que les sirve de fuente para ambos artículos- no menciona ningún uso terapéutico de la mandrágora.. No obstante, la opinión más extendida en dichos textos árabes es la del médico judeo-persa Abū ʿĪsà Māsarǧawayh (m. 101/720), quien dice que «si se come [mandrágora] en gran cantidad […] hace perder la razón» ([...]وذهاب العقل إن أكثر من أكله عرض منه ) 102 Ibn al-Bayṭār, al-Ǧāmiʿ, II, p. 512., al igual que Abū l-Rayḥān al-Bīrūnī (362-después de 442/973-después de 1050), que indica que «hace perder la razón como el beleño» (يذهب بالعقل كالبنج) 103 al-Bīrūnī, Al-Bīrūnī’s Book, I, p. 332..

3.3. La mandrágora narcótica y somnífera

 

La fama de la que gozaba la mandrágora en Europa como planta narcótica y somnífera se tradujo en la lexicalización de seis sobrenombres que se hacen eco de estas propiedades en varias lenguas104Dafni et al., “In search of traces of the mandrake myth”, pp. 14, 18. . Este conocimiento y uso de la mandrágora como somnífero en Europa tuvo su correlato en la tradición árabo-islámica, donde dichas propiedades eran bien conocidas por los eruditos que las mencionan en sus tratados de farmacología y medicina, y tal vez por otros personajes tales como charlatanes y criminales que pudieran haberla usado como herramienta para la comisión de delitos. Las plantas que contienen escopolamina han sido utilizadas a lo largo del tiempo para facilitar robos y crímenes sexuales mediante la incapacitación de las víctimas105 Monadi et al., “A Comprehensive Review”, p. 20.. Un buen ejemplo de ello lo ofrece al-Ǧawbarī cuando menciona un compuesto narcótico (murqid; singular de marāqīd) que entre otros muchos ingredientes incluye cinco dracmas106Kahl (Sābūr ibn Sahl, Dispensatorium Parvum, p. 226) asigna al dracma un peso de 3,125 g; Álvarez de Morales (Ibn Wāfid, El libro de la almohada, p. 475) señala un peso medio de 2,90 g. de frutos de mandrágora (luffāḥ)107 al-Ǧawbarī, Kitāb al-Muḫtār, pp. 322-323.. El contexto en que se menciona este narcótico (Revelación de los secretos de los que elaboran somníferos y estupefacientes y se los administran a otros (fī kašf asrār allaḏīna yumaššūna bi-l-ʿalafāt)), no deja lugar a dudas acerca del uso delictivo al que estaba destinado ese compuesto108El traductor de Kitāb al-Muḫtār, p. 319, traduce la expresión allaḏīna yumaššuna bi-l-ʿalafāt como ‘Who Work Knockout Drugs and Stupefacients’, interpretación que conviene puntualizar. Teniendo en cuenta el contenido concreto de la sección de Kitāb al-Muḫtār en que se menciona esa expresión (pp. 319-323), creo más correcto interpretar el término ʿalafāt como ‘somníferos’ siguiendo a Dozy, Supplément, II, p. 160, s.v. ʿalafāt. No obstante, el propio al-Ǧawbarī (p. 322) indica explícitamente que «ellos tienen narcóticos que no inducen el sueño, sino que producen estupefacción a la persona, que se queda inerte, no responde a lo que se le pregunta y no se da cuenta de lo que hacen con ella» (لهم علفات غير منوّمة وهي تبهت الإنسان فيبقى شاخصاً ولا يردّ جواباً ولا يعلم ما يعمل به), lo cual indica sin lugar a dudas que dicho término designa también compuestos estupefacientes. De otro lado, la forma verbal yumaššuna bi significa literalmente ‘poner en marcha’, ‘hacer andar’, ‘poner en movimiento’, acepciones estas que parecen indicar que al-Ǧawbarī está hablando de charlatanes que no solo preparaban los somníferos, sino que también se los administraban a otras personas con fines delictivos, como él mismo describe..

Las propiedades somníferas y narcóticas de la mandrágora habrían sido tan conocidas -al menos en el al-Andalus del siglo XI en que vive Abū l-Ḫayr- que llegaron a lexicalizarse en el término musbit (‘que produce sopor’), que él registra en la ʿUmda como sobrenombre sinónimo de yabrūḥ (‘mandrágora’)109 Abū l-Ḫayr, ʿUmdat al-ṭabīb, I, p. 331, nº 2966..

Como hemos señalado anteriormente, la confección de compuestos somníferos (al-marāqīd) es una de las ciencias o artes que según el autor de ḎaylḎayl Taḏkirat ulī l-albāb wa-l-ǧāmiʿ li-l-ʿaǧab al-ʿuǧāb, Bayrūt, al-Maktaba al-Ṯaqāfiyya, s.a. integran la sīmiyāʾ. Las fuentes árabes documentan la conexión de la mandrágora con esta ciencia o arte y ofrecen información que permite aventurar que la planta fue usada durante siglos como ingrediente fundamental de numerosos compuestos de esta naturaleza en la materia magica árabo-islámica. De otro lado, resulta evidente que estos usos de la mandrágora como somnífero están intrínsecamente ligados a sus propiedades narcóticas, debidas a su alto contenido en alcaloides tropánicos, tales como hiosciamina, hioscina (o escopolamina), atropina, y pequeñas cantidades de mandragorina110 Mion, “From Circe’s Root to ‘Spongia Soporifera’”, p. 128; Dafni et al., “In search of traces of the mandrake myth”, p. 14; Waniakowa, “Mandragora and belladonna”, p. 162.. Dichos efectos narcóticos y somníferos, ya reportados desde la Antigüedad111Véase, por ejemplo, Dioscórides, Plantas y remedios medicinales, II (Libros III-V), pp.170-171., eran bien conocidos por los naturalistas árabes, que los describen detalladamente y mencionan su utilidad y puesta en práctica en diversos tratamientos terapéuticos112Véase, por ejemplo, al-Rāzī, al-Ḥāwī, XXI, parte II, pp. 643-647, donde menciona varias veces estas propiedades..

Por lo que se refiere a las fuentes relacionadas con la magia, la primera y casi única referencia que conozco sobre el uso de la planta como ingrediente de estos compuestos somníferos está documentada en Ġāyat al-ḥakīmal-Qurṭubī, Maslama, Ġāyat al-ḥakīm wa-aaqq al-natiǧatayni bi-l-taqdīm. The Picatrix. The Goal of the Wise (in Sorcery), Helmut Ritter (ed.), B. G. Teubner, Leipzig, 1933 [reimpresión: Steven Ashe (ed.), Milton Keynes, Glastonbury Books, 2007].. En el capítulo de esta obra donde se habla de «filtros destinados a muy diferentes fines» (fī nīranǧāt fī aġrāḍ šattà) se menciona las recetas de cuatro filtros somníferos. Estas son:

(1)

Se coge opio, líber de raíz de mandrágora y semillas de beleño negro a partes iguales, medio dracma de cada uno; nuez moscada, sukk113Se trata de un electuario perfumado o píldoras a base de azafrán. Véase Sābūr ibn Sahl, Dispensatorium Parvum, s.v. sukk, p. 233; Dozy, Supplément, I, p. 666, s.v. sukk; Kazimirski, Dictionnaire, I, pp. 1111-1112, s.v. sukk. y palo de áloe en bruto, de cada uno un sexto de dracma. Se pulveriza todo eso muy bien y después se amasa con agua de cilantro verde114De acuerdo con Corrriente, Diccionario, p. 662, s.v. kuzbara, esta kuzbara ḫaḍrāʾ podría ser identificada con el perifollo (Anthriscus cerefolium [L.] Hoffm.).. Luego se procura que se corrompa115El traductor de Picatrix traduce la raíz <ʿfn> como ‘enmohecer’, y el término ālat al-taʿfīn como ‘enmohecedor’. para que se aglutine y se amalgame y se aúnen sus espíritus según el efecto buscado, tras lo cual se saca y se da a comer un dāniq116Kahl (Sābūr ibn Sahl, Dispensatorium Parvum, p. 226) le asigna un peso de 0,52-0,74 g; Álvarez de Morales (Ibn Wāfid, El libro de la almohada, p. 475) señala un peso medio de 0,57 g. de él, y sume en un profundo sueño.

يؤخذ من الافيون ولحا اليبروح وبزر البنج الاسود بالسواء من كل واحد نصف درهم ومن جوز بوّا والسك والعود الخام من كل واحد سدس درهم يعانَى سحقها ثم يعجن بما كزبرة خضراء ثم يحاول تعفينها كي يتّحد وتتمازج وتنعقد أرواحها على الفعل المطلوب ثم يخرج ويطعم منه زنة ذانق فانه ينوّم نوماً غرقا 117 Maslama al-Qurṭubī, Ġāyat al-ḥakīm p. 275; Maslama al-Qurṭubī, Picatrix, p. 304..

(2)

Tiene el mismo efecto [que el anterior] pero más potente. Se coge métel118El traductor de Picatrix, p. 305, interpreta aquí y en otras ocasiones ŷawz māṯal como ‘datura de estramonio’. Por su parte, los traductores de la ʿUmdat al-ṭabīb, vol. III, t. 1, pp. 95-96, s.v. Datura metel L., p. 422, s.v. ǧawz māṯal, e Issa, Dictionnaire, p. 68, s.v. D. Metel L., dicen que se trata de la Datura metel L., semillas de beleño amarillo de Palestina, semillas de mandrágora o la corteza [de su raíz], y semillas de adormidera negra, dos miṯqāles de cada uno; tres miṯqāles de azafrán y un miṯqāl de arsénico. Se junta todo eso y se deja tres días en el cacharro donde se meten [los ingredientes de los compuestos] para que se corrompan. Después se saca y se diluye119No encuentro sentido a la expresión wa-yuḥayyal bihi en este contexto, lo cual me lleva a pensar que tal vez se trate de una corrupción textual por wa-yuḥall bihi, que sí resultaría coherente con el mismo., y se administra una dosis de un dāniq bebida.

يفعل كفعله بل هو اقوى منه يؤخذ من جوز ماثل وبزر بنج احمر وبزر يبروح او قشره وبزر خشخاش اسود من كل واحد مثقالان ومن الزعفران ثلاثة مثاقيل ومن الزرنيخ مثقال يجمع ذلك باجمعه ويدخل آلة التعفين ثلاثة ايام ثم يخرج ويحيّل به والشربة منه دانق 120 Maslama al-Qurṭubī, Ġāyat al-ḥakīm, p. 275; Maslama al-Qurṭubī, Picatrix, p. 305..

(3)

Se coge opio, líber de raíz de mandrágora, semilla de lechuga, fruto de métel, jugo de matricaria121El término árabe šaǧarat Maryam, traducido aquí como ‘matricaria’ (Tanacetum parthenium (L.) Sch.Bip.), puede designar también otras especies vegetales. Véase Abū l-Ḫayr, ʿUmdat al-ṭabīb, vol. III, t. 2, p. 730, s.v. šaǧarat Maryam., eléboro negro y semilla de adormidera negra a partes iguales. Se muele muy bien esta mezcla y se le echa encima el doble de su peso de vino añejo. Se deposita durante los días que sea necesario en el cacharro donde se meten [los ingredientes de los compuestos] para que se corrompan. Luego se saca y se diluye, y se administra bebida una dosis de un dāniq.

يؤخذ من الأفيون ولحا اليبروح وبزر الخسّ وثمرة جوز ماثل وعصارة شجرة مريم وخربق اسود وبزر خشخاش اسود بالسواء يسحق هذا الخلط ناعماً ويوضع عليه مثل أوزان الكل مرتين من خمر عتيق ويودع اناء التعفين ويعفن ايامه ثم يخرج ويحيّل به والشربة منه دانق122 Maslama al-Qurṭubī, Ġāyat al-ḥakīm, p. 275; Maslama al-Qurṭubī, Picatrix, p. 305..

(4)

Otro filtro extremadamente somnífero. Se coge jugo de beleño, jugo de [frutos de] mandrágora, jugo de cilantro verde, jugo de lechuga, jugo de métel, jugo de adormidera negra y jugo de cicuta123El término saykarān, traducido aquí como ‘cicuta’, puede designar también diversas especies de beleño. Véase Issa, Dictionnaire, p. 48, nº 13, p. 96, nº 5, y Abū l-Ḫayr, ʿUmdat al-ṭabīb, vol. III, t. 2, p. 702, s.v. saykarān y saykurān., de cada uno una parte, y diez partes de opio. En la mezcla de todos estos jugos se disuelve el opio. Luego se coge arrope compuesto de mosto de higo124Los diccionarios bilingües y monolingües clásicos que he consultado solo registran el término jamriyya con el sentido habitual de ‘poema báquico’, que no tiene cabida en este contexto. Su traducción exacta me plantea dudas, pues no resulta claro si se trata del «mosto», tal y como interpreto aquí siguiendo al traductor de Picatrix, o si se trata de una bebida alcohólica a base de higo. filtrado cuatro veces y se añade a esos ingredientes su peso en mosto. A continuación, se mete en el cacharro donde se dejan [los ingredientes de los compuestos] para que se corrompan, hasta que toda la mezcla alcanza su máxima eficacia e intensidad. La dosis que se da de este compuesto es de medio dāniq, pues es de fuerte efecto y penetrante espiritualidad.

نيرنج آخر مفرط التنويم يؤخذ من عصارة البنج وعصارة اللفاح وعصارة الكزبرة الخضراء وعصارة الخس وعصارة جوز ماثل وعصارة الخشخاش الاسود وعصارة السيكران من كل واحد جزء ومن الافيون عشر مجموع العصارات يحلّ الافيون فيها ثم يؤخذ رب مركب من خمرية تين كرّر التين مراراً اربعاً على معتصره ويضاف منه لتلك المركبات مثل الجميع ثم يدخل آلة التعفين ويعفّن حتى يصير الكل في غاية النفوذ والبلاغ والمعطى من هذا المركّب نصف دانق فانه قويّ الفعل نافذ الروحانية 125 Maslama al-Qurṭubī, Ġāyat al-ḥakīm, p. 275-276; Maslama al-Qurṭubī, Picatrix, p. 305..

Siglos más tarde, el autor anónimo de ḎaylḎayl Taḏkirat ulī l-albāb wa-l-ǧāmiʿ li-l-ʿaǧab al-ʿuǧāb, Bayrūt, al-Maktaba al-Ṯaqāfiyya, s.a. menciona en la sección que consagra a los narcóticos (faṣl fī l-marāqīd) otro compuesto de esta naturaleza que contiene mandrágora:

Se coge raíz de beleño, raíz de baydarūǧ126No encuentro el nombre de esta planta -cuya lectura correcta me plantea dudas- en ninguno de los diccionarios, glosarios y fuentes árabes que he consultado. Tal vez se trate de una variante del término bāḏarūǧ, que según los traductores de Abū l-Ḫayr, ʿUmdat al-ṭabīb, vol. III, t. 1, pp. 337-338, designa el Amaranthus blitum L., el Ocimun basilicum L. y el Origanum dictamnus L., y que encuentro mencionado, por ejemplo, en la receta de otro somnífero citado por al-Ǧawbarī, Kitāb al-Muḫtār, p. 322. y raíz de mandrágora a partes iguales; raíz de narciso y sus semillas, y opio, de cada uno dos dracmas. Se machaca todo y en un recipiente de cristal se le echa encima agua dulce hasta que esta cubre la mezcla, se tapa y se pone bajo un sol ardiente durante quince días […]. Si quieres dormir a alguien dáselo a oler y se dormirá.

يؤخذ أصل البنج وأصل البيدروج وأصل اللفاح أجزاء سواء وأصل النرجس وبزره وأفيون من كل واحد درهمان يدق الكل ويصبّ عليه الماء العذب قدر ما يغمره في إناء زجاج ويسد ويوضع في الشمس الحارة خمسة عشر يوما [...] فاذا أردت أن تنوم أحدا فشممه فانه ينام127 Ḏayl, p. 67..

Por último, y también en relación con las propiedades narcóticas y somníferas de la mandrágora, encontramos en Ġāyat al-ḥakīmal-Qurṭubī, Maslama, Ġāyat al-ḥakīm wa-aaqq al-natiǧatayni bi-l-taqdīm. The Picatrix. The Goal of the Wise (in Sorcery), Helmut Ritter (ed.), B. G. Teubner, Leipzig, 1933 [reimpresión: Steven Ashe (ed.), Milton Keynes, Glastonbury Books, 2007]. un «talismán sahumérico» (ṭilasm dujnī), usado para hacer que caigan los pájaros que hay en los árboles. Según el autor de esta obra, dicho talismán fue encontrado por él junto a otros talismanes semejantes en «un libro que se extrajo del templo de Srānīdūs128No dispongo de ningún dato acerca de este supuesto templo. en tiempos de Cleopatra» (في كتاب استخرج من هيكل سرانيدوس في زمان قلوبطرة)129 Maslama al-Qurṭubī, Ġāyat al-ḥakīm, p. 396; Maslama al-Qurṭubī, Picatrix, p. 418.:

Contiene mandrágora y qamāšīr130La interpretación inequívoca de este término resulta difícil. Steingass, A comprehensive Persian-English, p. 988, lo traduce como ‘goma de perejil silvestre’ (Gum of the wild parsley). Ibn al-Bayṭār, al-Ǧāmiʿ, II, p. 282, s.v. qamāšīr, cita a al-Kindī en su Kitāb al-Sumūm [El libro de los venenos], quien dice que se trata de una especie de hongo (kamʾa), coincidiendo en ello con Abū l-Ḫayr, ʿUmda, I, p. 468, nº 4039, cuyos traductores (II, p. 623, nº 4039) no lo identifican. Además, Ibn al-Bayṭār, al-Ǧāmiʿ, II, p. 341, s.v. kamāšīr, lo hace sinónimo de kamāšīr, y dice -citando a Māsarǧawayh-- que es una goma parecida al opopónaco (gomorresina del pánace, Opopanax chironium W.D.J. Koch). De otro lado, Leclerc, en su traducción de Ibn al-Bayṭār, Traité des simples, 3, p. 189, nº 1962, s.v. kamāšīr, cita un intento dudoso de identificación como Bubon macedonicum L., sinónimo de Athamanta macedonica (L.) Spreng. Issa, Dictionnaire, p. 26, nº 22, s.v. kamāšīr, qamāšīr, también lo identifica como Athamanta macedonica (L.) Spreng. a partes iguales. Se amasan con agua de alharma fresca, se hacen bolas como garbanzos, se seca y se sahúma con ello las aves. No se fumiga con ello en día de viento porque el viento disiparía el humo. Cuando hayas terminado de hacerlo sahúma el árbol con perfume de incienso y costo para que se vaya del árbol el mal olor.

يبروح وقماشير بالسواء يعجن بماء شجرة الحرمل الرطب ويحبب كالحمص ويجفف ويدخن به الطير ولا يدخن به يوم ريح فان الريح تبدد الدخنة واذا فرغت من عملك فدخن الشجرة بطيب الكندر والقسط لتذهب هذه الرائحة الخبيثة من الشجرة 131 Maslama al-Qurṭubī, Ġāyat al-ḥakīm, p. 407; Maslama al-Qurṭubī, Picatrix, pp. 427-428..

Aunque la información que ofrecen estos pasajes es tan escasa y fragmentaria que no permite sacar conclusiones definitivas, sí podemos aventurar que la raíz -más concretamente su líber (liḥāʾ)- podría haber sido la parte de la planta habitualmente usada para confeccionar los somníferos, y más raramente sus semillas o sus frutos. Esta información coincide parcialmente con la que encontramos recogida en las obras de los naturalistas árabes, que mencionan las propiedades narcóticas y somníferas de la raíz y de los frutos, pero no de las semillas132Sobre la presencia de alcaloides tropánicos -a los que se deben dichas propiedades narcóticas y somníferas- en las diferentes partes de Mandragora autumnalis Bertol. y Mandragora Turcomanica Mizg., y más concretamente en sus semillas, puede verse, por ejemplo, Monadi et al., “A Comprehensive Review on the Ethnopharmacology”, pp. 5, 8.. De otra parte, parece que estos compuestos somníferos eran administrados habitualmente por ingestión, y menos frecuentemente por inhalación. Esto resulta congruente con los datos que encontramos en los tratados de farmacología y medicina, donde se dice explícitamente que los frutos de la mandrágora producen sopor (isbāt) tanto por ingestión como por inhalación133Véase, por ejemplo, al-Rāzī, al-Ḥāwī, XXI, parte II, pp. 645-646.. Por último, cabe señalar que la planta parece haber sido usada habitualmente en composición con métel (Datura metel L.) (ǧawz māṯal), beleño negro (Hyoscyamus niger L.) (banǧ aswad), y más ocasionalmente con beleño blanco (Hyoscyamus albus L.) (banǧ abyaḍ) y beleño amarillo de Palestina (Hyoscyamus aureus L.) (banǧ aḥmar)134En la identificación de las tres especies de beleño sigo a los traductores de Abū l-Ḫayr, ʿUmdat al-ṭabīb, vol. III, t. 1, p. 318., especies vegetales todas estas que al igual que la mandrágora pertenecen a la familia de las solanáceas y contienen alcaloides tropánicos. A ellas se añaden otras especies y productos vegetales de efectos narcóticos tales como las semillas o el jugo de la adormidera negra (Papaver somniferum L. var. nigrum) o el opio, y otros simples psicoactivos tales como la nuez moscada (Myristica fragrans Houtt.) o el azafrán (Crocus sativus L.).

4. Conclusiones

 
  1. La escasez, carácter fragmentario y dispersión temporal y geográfica de los datos disponibles a día de hoy hacen muy difícil -cuando no imposible- obtener conclusiones definitivas en torno a la historia de la mandrágora en la magia árabo-islámica entre los siglos X y XVII. Los datos referidos a una época o lugar concretos deberían ser extrapolados con suma cautela a otros escenarios geográficos y temporales, lo cual hace muy difícil perfilar un cuadro completo de dicha historia.

  2. No obstante, parece claro que existió una estrecha relación entre la mandrágora y las prácticas de magia blanca, tal y como ha quedado de manifiesto a través del análisis de los términos que designan las diferentes ciencias o artes que integran la sīmiyāʾ y sus conexiones con el uso mágico de la planta.

  3. Las supuestas propiedades mágicas de la mandrágora no solo dieron lugar a la formación de un conglomerado de mitos y supersticiones, sino que todo parece indicar que su uso en prácticas de magia blanca fue habitual.

  4. La lexicalización de las presuntas propiedades mágicas de la mandrágora en varios sobrenombres de la planta, así como otros indicios, permiten pensar que las creencias sobre esas propiedades no estaban restringidas a las obras de los eruditos, sino que estaban difundidas y arraigadas en el imaginario colectivo de las poblaciones árabo-islámicas.

  5. Las creencias y supersticiones sobre la mandrágora presentes en la tradición árabo-islámica clásica tuvieron su origen en las civilizaciones preislámicas. Al-Filāḥa al-nabaṭiyyaIbn Waḥšiyya, al-Filāḥa al-nabaṭiyya, Toufic Fahd (ed.), Damas, Institut Français de Damas, 1993-1998, 3 t. fue la principal vía a través de la cual penetraron en dicha tradición las supersticiones y mitos de origen caldeo-babilónico procedentes de Iraq; al-Muršid de al-Tamīmī, fue la vía de penetración de las supersticiones de filiación hermética o pseudo-hermética greco-egipcia.

  6. Las supersticiones y mitos sobre el carácter mágico de la mandrágora presentes en los textos árabes están estrechamente relacionados con otros que encontramos en diversas civilizaciones y culturas que conocieron e hicieron uso de la planta. Esto queda de manifiesto en las similitudes existentes entre las creencias sobre sus efectos apotropaicos y terapéuticos, su alta consideración y elevado valor económico, y en las actividades fraudulentas en torno a su venta, tanto en Europa como en la civilización árabo-islámica clásica.

  7. A pesar de ello, se confirma la hipótesis de que en el estado actual de nuestros conocimientos resulta imposible determinar si el conglomerado de creencias mágicas sobre la mandrágora que estuvieron en circulación en la Europa cristiana hasta los siglos XVII-XVIII tuvo alguna influencia en la formación y desarrollo del complejo de mitos y supersticiones mágicas documentados en los textos árabes, y viceversa.

    1. Sus propiedades alucinógenas y su puesta en práctica en operaciones mágicas de ilusionismo.

    2. El complejo de mitos y prácticas asociadas a sus supuestas propiedades afrodisíacas.

    3. Las creencias sobre su supuesto poder para generar vida animal y vegetal.

    4. Las supersticiones que afirman que la mandrágora brilla en la oscuridad de la noche y que crece en lugares desiertos oculta a la vista de la gente.

    5. Las conexiones entre la mandrágora y la magia negra.

  8. La estrecha relación existente entre la mandrágora y otras solanáceas usadas en composición con ella en la realización de prácticas de magia blanca, y con las cuales comparte los mismos principios activos y efectos psicoactivos similares, pone de relieve el interés de conocer más en profundidad el lugar que ocuparon estas solanáceas en la materia magica árabo-islámica.

  9. El interés por dichas solanáceas puede hacerse extensible a otras especies y productos vegetales con propiedades psicoactivas, tales como la adormidera, el opio, el azafrán, la nuez moscada, etc. que también concurren muy a menudo con la mandrágora en la realización de operaciones de magia blanca. En otras palabras, se trataría de estudiar el papel de estos psicotrópicos en lo que Doutté llama la pharmacopée magique musulmane135 Doutté, Magie & religion, p. 72. .

Notas

 
1

Dafni et al., “In search of traces of the mandrake myth”, p. 2Dafni, Amots, Blanché, Cesar, Kathib, Salekh Aqil et al., “In search of traces of the mandrake myth: the historical, and ethnobotanical roots of its vernacular names”, Journal of Ethnobiology and Ethnomedicine, 17, 68 (2021), pp. 1-35. doi: https://doi.org/10.1186/s13002-021-00494-5; Waniakowa, “Mandragora and belladonna”, p. 162.Waniakowa, Jadwiga, “Mandragora and belladonna – The names of two magic plants”, Studia Linguistica, 124 (2007), pp. 161-173.

2

Lozano Cámara, “Apuntes”Lozano Cámara, Indalecio, “Apuntes para una historia provisional e incompleta de la mandrágora en la tradición mágica árabo-islámica (siglos X-XVII)”, en Steven M. Oberhelman (ed.), Manuscripts, Plants, and Remedies of the Ancient and Postclassical Mediterranean Worlds: Cross- and Interdisciplinary Studies, Medical Traditions Series Berlin, Walter De Gruyter (en proceso de publicación)..

3

Soy plenamente consciente de que la traducción del término al-sīmiyāʾ como ‘magia blanca o natural’, adoptada en este trabajo siguiendo a Coullaut Cordero, “La sīmiyāʾ en al-Andalus”Coullaut Cordero, Jaime, “La sīmiyāʾ en al-Andalus”, El Futuro del Pasado, 1 (2010), pp. 451-463., no expresa de manera precisa ni comprehensiva la complejidad conceptual de dicho término. Sin embargo, dado que el objetivo de la presente investigación no es ofrecer una explicación exhaustiva del mismo, he optado por esta traducción «simplificadora». Para un análisis detallado del concepto de sīmiyāʾ y su evolución a lo largo de los siglos en las fuentes árabes, puede consultarse Coulon, “The Kitāb Sharāsīm al-Hindiyya”, pp. 336-345Coulon, Jean-Charles, “The Kitāb Sharāsīm al-Hindiyya and Medieval Islamic Occult Sciences”, en Liana Saif, Francesca Leoni, Matthew Melvin-Koushki y Farouk Yahya (eds.), Islamicate Occult Sciences in Theory and Practice, Leiden, Brill, 2021, Handbook of Oriental Studies. Section 1 The Near and Middle East, 140, pp. 317-379..

4

Sobre ambas obras cf. infra p. 3.

5

Sobre el posible origen árabe de las leyendas que circulaban en Europa acerca del grito emitido por la mandrágora al desarraigarla, véase Lozano Cámara, “Apuntes”Lozano Cámara, Indalecio, “Apuntes para una historia provisional e incompleta de la mandrágora en la tradición mágica árabo-islámica (siglos X-XVII)”, en Steven M. Oberhelman (ed.), Manuscripts, Plants, and Remedies of the Ancient and Postclassical Mediterranean Worlds: Cross- and Interdisciplinary Studies, Medical Traditions Series Berlin, Walter De Gruyter (en proceso de publicación)..

6

Por ejemplo, el historiador y teólogo damasceno de la escuela šāfi‘ī Šams al-Dīn al-Ḏahabī (673-753/1274-1352·3) condena tajantemente la sīmiyāʾ en su Kitāb al-Kabā’ir, p. 45al-Ḏahabī, Kitāb al-Kabāʾir wa-tabyīn al-maḥārim, Muḥyī l-Dīn Matū (ed.), Dimašq–Bayrūt, Dār Ibn Kaṯīr–Maktabat Dār al-Turāṯ, 1405/1984.. Igualmente, como indica Coullaut Cordero, “La sīmiyāʾ en al-Andalus”, p. 454Coullaut Cordero, Jaime, “La sīmiyāʾ en al-Andalus”, El Futuro del Pasado, 1 (2010), pp. 451-463., el jurista mālikí Šihāb al-Dīn al-Qarāfī (626-684/1228-1285) la condena porque la considera una práctica derivada de la magia (al-siḥr).

7

Una discusión jurídica in extenso sobre la licitud o ilicitud de la sīmiyāʾ y otras formas de magia se encuentra en el Tartīb al-Furūq, II, pp. 421-441, de Abū ʿAbd Allāh al-Baqūrī (m. 707/1307)al-Baqūrī, Tartīb al-Furūq wa-iḫtiṣārihā, ʿUmar Ibn ʿAbbād (ed.), al-Mamlaka al-Magribiyya, Wizārat al-Awqāf wa-l-Šuʾūn al-Islāmiyya, vol. I: 1414/1994, vol. II: 1416/1996., jurista mālikī andalusí discípulo de Šihāb al-Dīn al-Qarāfī. Sobre esta discusión jurídica, véase también Doutté, Magie & religión, pp. 344 y ss.Doutté, Edmond, Magie & religion dans l’Afrique du Nord, Alger, Typographie Adolphe Jourdan, 1908 [reimpresión: Paris, J. Maisonneuve–P. Geuthner S.A., 1984].; Coullaut Cordero, “La sīmiyāʾ en al-Andalus”, pp. 453-454, 456Coullaut Cordero, Jaime, “La sīmiyāʾ en al-Andalus”, El Futuro del Pasado, 1 (2010), pp. 451-463.; Fahd, “Siḥr”, p. 569Fahd, Toufic, “Siḥr” en C. E. Bosworth, E. Van Donzel, W. P. Heinrichs y G. Lecomte (eds.), The Encyclopaedia of Islam. New Edition, vol. IX, Leiden, Brill, 1997, pp. 567-571.; Porter, Saif y Savage-Smith, “Medieval Islamic Amulets”, p. 522Porter, Venetia, Saif, Liana y Savage-Smith, Emile, “Medieval Islamic Amulets, Talismans, and Magic”, en Finbarr Barry Flood y Gülru Necipoǧlu (eds.), A Companion to Islamic Art and Architecture, 1ª ed., New York, John Wiley & Sons, Inc., 2017, vol. I, pp. 521-557.; Ruska, Carra de Vaux y Bosworth, “Tilsam”, p. 4Ruska, Julius, Carra de Vaux, Bernhard y Bosworth, Clifford Edmund, “Tilsam”, en P. Bearman, Th. Bianquis, C.E. Bosworth, E. van Donzel y W.P. Heinrichs (eds.), Encyclopaedia of Islam, Second Edition. doi: http://dx.doi.org/10.1163/1573-3912_islam_SIM_7553.

8

Ḥaǧǧī Ḫalīfa, Kašf al-ẓunūn, II, col. nº 980, s.v. ʿilm al-siḥrḤaǧǧī Ḫalīfa, Kašf al-ẓunūn ʿan asāmī al-kutub wa-l-funūn, Šerefettin Yaltkaya y Kilisli Rifat Bilge (ed.), Istanbul, 1941-1943, 2 vols. [reimpresión: Baġdād, Manšurāt Maktabat al-Muṯannà, s.a.].. No obstante, al hablar de la magia blanca, Kašf al-ẓunūn, II, col. nº 1020, s.v. ʿilm al-sīmiyāʾḤaǧǧī Ḫalīfa, Kašf al-ẓunūn ʿan asāmī al-kutub wa-l-funūn, Šerefettin Yaltkaya y Kilisli Rifat Bilge (ed.), Istanbul, 1941-1943, 2 vols. [reimpresión: Baġdād, Manšurāt Maktabat al-Muṯannà, s.a.]., no indica en ningún momento que esta sea legalmente ilícita.

9

Ibn Waḥšiyya, al-Filāḥa al-nabaṭiyya, I, pp. 187, 190-191Ibn Waḥšiyya, al-Filāḥa al-nabaṭiyya, Toufic Fahd (ed.), Damas, Institut Français de Damas, 1993-1998, 3 t..

10

Fahd, “Ibn Waḥshiyya”, pp. 963-965Fahd, Toufic, “Ibn Waḥshiyya”, en B. Lewis, V. L. Menage, Ch. Pellat y J. Schacht (eds.), The Encyclopaedia of Islam, Leiden, E. J. Brill–London, Luzac & Co., 1986, vol. III, pp. 963-965.; Levey, “Medieval Arabic Toxicology”, p. 10Levey, Martin, “Medieval Arabic Toxicology: The Book on Poisons of ibn Wahshīya and Its Relation to Early Indian and Greek Texts”, Transactions of the American Philosophical Society, 56, 7 (1966), pp. 1-130., pone en duda que esta obra sea realmente una traducción de antiguas fuentes babilónicas.

11

Otra vía de penetración de estas creencias es el Kitāb al-Sumūm, que contiene numerosas referencias a la mandrágora. Según el propio Ibn Waḥšiyya, esta obra es una traducción suya al árabe de antiguas fuentes babilónicas, afirmación cuya veracidad también es puesta en duda por Levey, “Medieval Arabic Toxicology”, p. 10Levey, Martin, “Medieval Arabic Toxicology: The Book on Poisons of ibn Wahshīya and Its Relation to Early Indian and Greek Texts”, Transactions of the American Philosophical Society, 56, 7 (1966), pp. 1-130..

12

Fahd, “Matériaux pour l’histoire de l’agriculture”, pp. 284, 369Fahd, Toufic, “Matériaux pour l’histoire de l’agriculture en Irak: al-Filâha n-Nabatiyya”, en Handbuch der Orientalistik, Leyde–Cologne, E. J. Brill, 1977, I. Abt., 6. Band, 6. Abschn., Teil I., pp. 276-377 [reimpresión en Toufic Fahd (ed.), L’Agriculture Nabatéenne. Traduction en arabe attribuée à Abū Bakr Aḥmad b. Aḥmad al-Kasdānī connu sous le nom d’IBN WAḤŠIYYA (IVe/Xe siècle), Damas, Institut Français d’Études Arabes de Damas, t. III, pp. 175-278, 3 t.]..

13

Maslama al-Qurṭubī, Ġāyat al-hakīm, p. 355al-Qurṭubī, Maslama, Ġāyat al-ḥakīm wa-aaqq al-natiǧatayni bi-l-taqdīm. The Picatrix. The Goal of the Wise (in Sorcery), Helmut Ritter (ed.), B. G. Teubner, Leipzig, 1933 [reimpresión: Steven Ashe (ed.), Milton Keynes, Glastonbury Books, 2007].; Maslama al-Qurṭubī, Picatrix, p. 387al-Qurṭubī, Maslama, Picatrix. El fin del sabio y el mejor de los dos medios para avanzar, Marcelino Villegas (trad. española), Madrid, Editora Nacional, 1982..

14

Sobre las diferentes traducciones al español de este título, véase Kacimi, “Nuevos datos sobre la autoría de la Rutbat al-ḥakīm”, p. 239Kacimi, Mourad, “Nuevos datos sobre la autoría de la Rutbat al-ḥakīm y la Ġāyat al-ḥakīm (o Picatrix)”, eHumanista/IVITRA, 4 (2013), pp. 237-256..

15

Fierro, “Bāṭinism in al-Andalus”Fierro, Maribel, “Bāṭinism in al-Andalus. Maslama b. Qāsim al-Qurṭubī (d. 353/964), Author of the Rutbat al-Ḥakīm and the Ghāyat al-Ḥakīm (Picatrix)”, Studia Islamica, 84 (1996), pp. 87-112.; Callataÿ, “Magia en al-Andalus”Callataÿ, Godefroid de, “Magia en al-Andalus: Rasāʾil Ikhwān al-Ṣafāʾ, Rutbat al-ḥakīm y Ghāyat al-ḥakīm (Picatrix)”, Al-Qanṭara, 34, 2 (2013), pp. 297-344.; Kacimi, “Nuevos datos sobre la autoría de la Rutbat al-ḥakīmKacimi, Mourad, “Nuevos datos sobre la autoría de la Rutbat al-ḥakīm y la Ġāyat al-ḥakīm (o Picatrix)”, eHumanista/IVITRA, 4 (2013), pp. 237-256..

16

Sobre la importancia de Ġāyat al-hakīmal-Qurṭubī, Maslama, Ġāyat al-ḥakīm wa-aaqq al-natiǧatayni bi-l-taqdīm. The Picatrix. The Goal of the Wise (in Sorcery), Helmut Ritter (ed.), B. G. Teubner, Leipzig, 1933 [reimpresión: Steven Ashe (ed.), Milton Keynes, Glastonbury Books, 2007]. para la historia mágica de la mandrágora, véase Lozano Cámara, “Apuntes”Lozano Cámara, Indalecio, “Apuntes para una historia provisional e incompleta de la mandrágora en la tradición mágica árabo-islámica (siglos X-XVII)”, en Steven M. Oberhelman (ed.), Manuscripts, Plants, and Remedies of the Ancient and Postclassical Mediterranean Worlds: Cross- and Interdisciplinary Studies, Medical Traditions Series Berlin, Walter De Gruyter (en proceso de publicación)..

17

Ibn Waḥšiyya, al-Filāḥa al-nabaṭiyya, I, pp. 155-157Ibn Waḥšiyya, al-Filāḥa al-nabaṭiyya, Toufic Fahd (ed.), Damas, Institut Français de Damas, 1993-1998, 3 t..El mismo pasaje se encuentra en Maslama al-Qurṭubī, Ġāyat al-hakīm, pp. 352-355al-Qurṭubī, Maslama, Ġāyat al-ḥakīm wa-aaqq al-natiǧatayni bi-l-taqdīm. The Picatrix. The Goal of the Wise (in Sorcery), Helmut Ritter (ed.), B. G. Teubner, Leipzig, 1933 [reimpresión: Steven Ashe (ed.), Milton Keynes, Glastonbury Books, 2007]. y Maslama al-Qurṭubī, Picatrix, pp. 385-387al-Qurṭubī, Maslama, Picatrix. El fin del sabio y el mejor de los dos medios para avanzar, Marcelino Villegas (trad. española), Madrid, Editora Nacional, 1982..

18

Maslama al-Qurṭubī, Ġāyat al-hakīm, p. 355al-Qurṭubī, Maslama, Ġāyat al-ḥakīm wa-aaqq al-natiǧatayni bi-l-taqdīm. The Picatrix. The Goal of the Wise (in Sorcery), Helmut Ritter (ed.), B. G. Teubner, Leipzig, 1933 [reimpresión: Steven Ashe (ed.), Milton Keynes, Glastonbury Books, 2007].; Maslama al-Qurṭubī, Picatrix, p. 387al-Qurṭubī, Maslama, Picatrix. El fin del sabio y el mejor de los dos medios para avanzar, Marcelino Villegas (trad. española), Madrid, Editora Nacional, 1982..

19

Para una explicación más detallada del término ‘propiedades’ (ḫawāṣṣ), cf. infra p. 11.

20

Este pasaje de Anwār al-burūq fī anwāʿ al-furūq de al-Qarāfī está recogido en al-Baqūrī, Tartīb al-Furūq, II, p. 423al-Baqūrī, Tartīb al-Furūq wa-iḫtiṣārihā, ʿUmar Ibn ʿAbbād (ed.), al-Mamlaka al-Magribiyya, Wizārat al-Awqāf wa-l-Šuʾūn al-Islāmiyya, vol. I: 1414/1994, vol. II: 1416/1996.. Coullaut Cordero, “La sīmiyāʾ en al-Andalus”, p. 453Coullaut Cordero, Jaime, “La sīmiyāʾ en al-Andalus”, El Futuro del Pasado, 1 (2010), pp. 451-463., ofrece la traducción del mismo fragmento, pero tomado directamente de la obra original de al-Qarāfī.

21

Ḥaǧǧī Ḫalīfa, Kašf al-ẓunūn, II, col. nº 1020.Ḥaǧǧī Ḫalīfa, Kašf al-ẓunūn ʿan asāmī al-kutub wa-l-funūn, Šerefettin Yaltkaya y Kilisli Rifat Bilge (ed.), Istanbul, 1941-1943, 2 vols. [reimpresión: Baġdād, Manšurāt Maktabat al-Muṯannà, s.a.].

22

Coullaut Cordero, “La sīmiyāʾ en al-Andalus”, p. 454Coullaut Cordero, Jaime, “La sīmiyāʾ en al-Andalus”, El Futuro del Pasado, 1 (2010), pp. 451-463..

23

Coulon, La Magie, p. 264Coulon, Jean-Charles, La Magie en terre d’Islam au Moyen Âge, Éditions du Comité des travaux historiques et scientifiques, 2017, Collection CTHS Histoire, 61..

24

Coulon, La Magie, pp. 264-267Coulon, Jean-Charles, La Magie en terre d’Islam au Moyen Âge, Éditions du Comité des travaux historiques et scientifiques, 2017, Collection CTHS Histoire, 61..

25

En sus traducciones de este pasaje, Coulon, La Magie, p. 264Coulon, Jean-Charles, La Magie en terre d’Islam au Moyen Âge, Éditions du Comité des travaux historiques et scientifiques, 2017, Collection CTHS Histoire, 61., y Coulon, “The Kitāb Sharāsīm al-Hindiyya”, p. 344Coulon, Jean-Charles, “The Kitāb Sharāsīm al-Hindiyya and Medieval Islamic Occult Sciences”, en Liana Saif, Francesca Leoni, Matthew Melvin-Koushki y Farouk Yahya (eds.), Islamicate Occult Sciences in Theory and Practice, Leiden, Brill, 2021, Handbook of Oriental Studies. Section 1 The Near and Middle East, 140, pp. 317-379., traduce al-nawāmīs como ‘lois’ y ‘laws’ respectivamente.

26

Coulon, La Magie, pp. 264-265Coulon, Jean-Charles, La Magie en terre d’Islam au Moyen Âge, Éditions du Comité des travaux historiques et scientifiques, 2017, Collection CTHS Histoire, 61., y Coulon, “The Kitāb Sharāsīm al-Hindiyya”, p. 344Coulon, Jean-Charles, “The Kitāb Sharāsīm al-Hindiyya and Medieval Islamic Occult Sciences”, en Liana Saif, Francesca Leoni, Matthew Melvin-Koushki y Farouk Yahya (eds.), Islamicate Occult Sciences in Theory and Practice, Leiden, Brill, 2021, Handbook of Oriental Studies. Section 1 The Near and Middle East, 140, pp. 317-379., traduce este término como ‘sacrifices’.

27

Traduzco aquí este término como ‘generaciones’ siguiendo a Fahd, “Matériaux pour l’histoire de l’agriculture”, p. 353Fahd, Toufic, “Matériaux pour l’histoire de l’agriculture en Irak: al-Filâha n-Nabatiyya”, en Handbuch der Orientalistik, Leyde–Cologne, E. J. Brill, 1977, I. Abt., 6. Band, 6. Abschn., Teil I., pp. 276-377 [reimpresión en Toufic Fahd (ed.), L’Agriculture Nabatéenne. Traduction en arabe attribuée à Abū Bakr Aḥmad b. Aḥmad al-Kasdānī connu sous le nom d’IBN WAḤŠIYYA (IVe/Xe siècle), Damas, Institut Français d’Études Arabes de Damas, t. III, pp. 175-278, 3 t.]., quien lo menciona en su forma plural al-taʿfīnāt y que según él es sinónimo de los términos al-tawlīdāt y al-takwīnāt, que designan en al-Filāḥa al-nabaṭiyyaIbn Waḥšiyya, al-Filāḥa al-nabaṭiyya, Toufic Fahd (ed.), Damas, Institut Français de Damas, 1993-1998, 3 t. el arte de la generación artificial (ʿilm al-takwīn) de plantas y animales, es decir, los procedimientos usados por los seres humanos cuando buscan imitar la acción de la naturaleza con ese fin. Por su parte, Coulon, La Magie, pp. 264-265Coulon, Jean-Charles, La Magie en terre d’Islam au Moyen Âge, Éditions du Comité des travaux historiques et scientifiques, 2017, Collection CTHS Histoire, 61., traduce este término como ‘poudres animales’, y el mismo Coulon, “The Kitāb Sharāsīm al-Hindiyya”, p. 344Coulon, Jean-Charles, “The Kitāb Sharāsīm al-Hindiyya and Medieval Islamic Occult Sciences”, en Liana Saif, Francesca Leoni, Matthew Melvin-Koushki y Farouk Yahya (eds.), Islamicate Occult Sciences in Theory and Practice, Leiden, Brill, 2021, Handbook of Oriental Studies. Section 1 The Near and Middle East, 140, pp. 317-379., lo traduce como ‘putrefactions’, traducción esta última que corresponde al significado literal del término árabe en cuestión.

28

Ḏayl, p. 61, s.v. sīmiyāʾ.Ḏayl Taḏkirat ulī l-albāb wa-l-ǧāmiʿ li-l-ʿaǧab al-ʿuǧāb, Bayrūt, al-Maktaba al-Ṯaqāfiyya, s.a.

29

Ḏayl, pp. 67-68Ḏayl Taḏkirat ulī l-albāb wa-l-ǧāmiʿ li-l-ʿaǧab al-ʿuǧāb, Bayrūt, al-Maktaba al-Ṯaqāfiyya, s.a..

30

Fahd, “Matériaux pour l’histoire de l’agriculture”, p. 300Fahd, Toufic, “Matériaux pour l’histoire de l’agriculture en Irak: al-Filâha n-Nabatiyya”, en Handbuch der Orientalistik, Leyde–Cologne, E. J. Brill, 1977, I. Abt., 6. Band, 6. Abschn., Teil I., pp. 276-377 [reimpresión en Toufic Fahd (ed.), L’Agriculture Nabatéenne. Traduction en arabe attribuée à Abū Bakr Aḥmad b. Aḥmad al-Kasdānī connu sous le nom d’IBN WAḤŠIYYA (IVe/Xe siècle), Damas, Institut Français d’Études Arabes de Damas, t. III, pp. 175-278, 3 t.]., identifica esta planta en este contexto como «agrostemme», pero en otros contextos puede designar otras especies vegetales, entre ellas la mandrágora. Véase, por ejemplo, Abū l-Ḫayr, ʿUmdat al-ṭabīb, vol. III, t. 2, p. 709Abū l-Ḫayr, Kitābu ʿUmdati ṭṭabīb fī maʿ rifati nnabāti likulli labīb (Libro base del médico para el conocimiento de la Botánica por todo experto), Joaquín Bustamante, Federico Corriente y Mohamed Tilmatine (ed. y trad. española), Madrid, CSIC, 2004-2010, 3 vols..

31

La vocalización exacta de este nombre es incierta. Fahd, “Une incursion yéménite”, p. 165, nota 15Fahd, Toufic, “Une incursion yéménite en Babylonie citée dans l’Agriculture nabatéenne” Ktèma, 17 (1992), pp. 161-168 [reimpresión en Toufic Fahd (ed.), L’Agriculture Nabatéenne. Traduction en arabe attribuée à Abū Bakr Aḥmad b. Aḥmad al-Kasdānī connu sous le nom d’IBN WAḤŠIYYA (IVe/Xe siècle), Damas, Institut Français d’Études Arabes de Damas, t. III, pp. 327-334, 3 t.]., lo identifica con «Asclepio» y menciona las diferentes formas en que su nombre es citado en al-Filāḥa al-nabaṭiyyaIbn Waḥšiyya, al-Filāḥa al-nabaṭiyya, Toufic Fahd (ed.), Damas, Institut Français de Damas, 1993-1998, 3 t.. Véase también Coulon, La Magie, p. 124Coulon, Jean-Charles, La Magie en terre d’Islam au Moyen Âge, Éditions du Comité des travaux historiques et scientifiques, 2017, Collection CTHS Histoire, 61., quien lo menciona con el nombre de «Asqūlūbyā», del que dice que probablemente se trata de una deformación de «Asclepio», hijo del Sol (Apolo).

32

Ibn Waḥšiyya, al-Filāḥa al-nabaṭiyya, I, p. 187Ibn Waḥšiyya, al-Filāḥa al-nabaṭiyya, Toufic Fahd (ed.), Damas, Institut Français de Damas, 1993-1998, 3 t.. El mismo fragmento, con ligeras variantes, se encuentra en Maslama al-Qurṭubī, Ġāyat al-hakīm, p. 357al-Qurṭubī, Maslama, Ġāyat al-ḥakīm wa-aaqq al-natiǧatayni bi-l-taqdīm. The Picatrix. The Goal of the Wise (in Sorcery), Helmut Ritter (ed.), B. G. Teubner, Leipzig, 1933 [reimpresión: Steven Ashe (ed.), Milton Keynes, Glastonbury Books, 2007]., Maslama al-Qurṭubī, Picatrix, p. 388al-Qurṭubī, Maslama, Picatrix. El fin del sabio y el mejor de los dos medios para avanzar, Marcelino Villegas (trad. española), Madrid, Editora Nacional, 1982..

33

Ibn Waḥšiyya, al-Filāḥa al-nabaṭiyya, I, p. 191Ibn Waḥšiyya, al-Filāḥa al-nabaṭiyya, Toufic Fahd (ed.), Damas, Institut Français de Damas, 1993-1998, 3 t..

34

Ḏayl, pp. 63-64Ḏayl Taḏkirat ulī l-albāb wa-l-ǧāmiʿ li-l-ʿaǧab al-ʿuǧāb, Bayrūt, al-Maktaba al-Ṯaqāfiyya, s.a..

35

Plessner y Viré, “Nāmūs”Plessner, Martin y Viré, François, “Nāmūs”, en P. Bearman, Th. Bianquis, C.E. Bosworth, E. van Donzel y W.P. Heinrichs (eds.), Encyclopaedia of Islam, Second Edition. doi: https://doi.org/10.1163/1573-3912_islam_COM_0845.

36

Fahd, “Matériaux pour l’histoire de l’agriculture”, p. 352Fahd, Toufic, “Matériaux pour l’histoire de l’agriculture en Irak: al-Filâha n-Nabatiyya”, en Handbuch der Orientalistik, Leyde–Cologne, E. J. Brill, 1977, I. Abt., 6. Band, 6. Abschn., Teil I., pp. 276-377 [reimpresión en Toufic Fahd (ed.), L’Agriculture Nabatéenne. Traduction en arabe attribuée à Abū Bakr Aḥmad b. Aḥmad al-Kasdānī connu sous le nom d’IBN WAḤŠIYYA (IVe/Xe siècle), Damas, Institut Français d’Études Arabes de Damas, t. III, pp. 175-278, 3 t.]..

37

Ḏayl, p. 62Ḏayl Taḏkirat ulī l-albāb wa-l-ǧāmiʿ li-l-ʿaǧab al-ʿuǧāb, Bayrūt, al-Maktaba al-Ṯaqāfiyya, s.a..

38

al-Ǧawbarī, Kitāb al-Muḫtār, pp. 33 y ss. Sobre este personaje y su obra, cf. infra p. 7.al-Ǧawbarī, Kitāb al-Muḫtār fī kašf al-asrār / The Book of Charlatans, Manuela Dengler (ed.), Humphrey Davies (trad. inglesa), Maurice A. Pomerantz (prefacio), New York, New York University Press, 2020.

39

al-Ǧawbarī, Kitāb al-Muḫtār, p. 458, s.v. The Book of Illusions (Kitāb al-Nawāmīs).al-Ǧawbarī, Kitāb al-Muḫtār fī kašf al-asrār / The Book of Charlatans, Manuela Dengler (ed.), Humphrey Davies (trad. inglesa), Maurice A. Pomerantz (prefacio), New York, New York University Press, 2020.

40

Solo encuentro esta forma, posiblemente corrupta, en al-Anṭākī.

41

al-Anṭākī, Taḏkira, I, p. 341al-Anṭākī, Taḏkirat ulī l-albāb wa-l-ǧāmiʿ li-l-ʿaǧab al-ʿuǧāb, Bayrūt, al-Maktaba al-Ṯaqāfiyya, s.a., 2 t. en 1 vol..

42

Coulon, La Magie, p. 304Coulon, Jean-Charles, La Magie en terre d’Islam au Moyen Âge, Éditions du Comité des travaux historiques et scientifiques, 2017, Collection CTHS Histoire, 61..

43

Esta interpretación del término al-nīranǧāt como ‘filtros’ coincide con la de Villegas, traductor al español de Ġāyat al-hakīm. Véase Maslama al-Qurṭubī, Picatrix, pp. 273 y ss.al-Qurṭubī, Maslama, Picatrix. El fin del sabio y el mejor de los dos medios para avanzar, Marcelino Villegas (trad. española), Madrid, Editora Nacional, 1982., y Maslama al-Qurṭubī, Ġāyat al-hakīm, pp. 242 y ssal-Qurṭubī, Maslama, Ġāyat al-ḥakīm wa-aaqq al-natiǧatayni bi-l-taqdīm. The Picatrix. The Goal of the Wise (in Sorcery), Helmut Ritter (ed.), B. G. Teubner, Leipzig, 1933 [reimpresión: Steven Ashe (ed.), Milton Keynes, Glastonbury Books, 2007]..

44

Fahd, “Nīrandj”Fahd, Toufic, “Nīrand̲j̲”, en P. Bearman, Th. Bianquis, C. E. Bosworth, E. van Donzel y W. P. Heinrichs (eds.), Encyclopaedia of Islam, Second Edition, 2012. doi: https://doi.org/10.1163/1573-3912_islam_SIM_5922.

45

Burnett, “The Three Divisions”, pp. 43, 50-52Burnett, Charles, “The Three Divisions of Arabic Magic”, en Liana Saif, Francesca Leoni, Matthew Melvin-Koushki y Farouk Yahya (eds.), Islamicate Occult Sciences in Theory and Practice, Leiden, Brill, 2020, Handbook of Oriental Studies. Section 1 The Near and Middle East, 140, pp. 43-56..

46

Kujawska y Svanberg, “From medicinal plant to noxious weed”, p. 4Kujawska, Monika y Svanberg, Ingvar, “From medicinal plant to noxious weed: Bryonia alba L. (Cucurbitaceae) in northern and eastern Europe”, Journal of Ethnobiology and Ethnomedicine,15, 22 (2019), pp. 1-12. doi: https://doi.org/10.1186/s13002-019-0303-6.

47

González Manjarrés, “La mandrágora de Amato Lusitano”, p. 462González Manjarrés, Miguel Ángel, “La mandrágora de Amato Lusitano: edición, traducción y anotación”, en António Manuel Lopes Andrade, Carlos De Miguel Mora y Joâo Manuel Nunes Torrâo (coords.), Humanismo e ciência. Antiguidade e Renascimento, Aveiro–Coimbra–Sâo Paulo, UA Editora–Universidade de Aveiro–Imprensa da Universidade de Coimbra–Annabluem, 2015, pp. 449-465.. Andrés de Laguna (1510 ó 1511-1559) (Dioscórides, Acerca de la materia medicinal, p. 424Dioscórides, Acerca de la materia medicinal, y de los venenos mortíferos / traduzido de lengua griega, en la vulgar castellana, & illustrado con claras y substantiales annotationes, y con las figuras de innumeras plantas exquisitas y raras, por el doctor Andrés de Laguna..., Mathias Gast (ed.), Salamanca, 1566. https://digibug.ugr.es/handle/10481/10478) ofrece un comentario sobre la falsificación de las raíces de mandrágora muy semejante al de su coetáneo Lusitano.

48

Wild, “Al-Djawbarī, ʿAbd al-Raḥīm”.Wild, Stefan, “Al-Djawbarī, ʿAbd al-Raḥīm”, en P.J. Bearman, Th. Bianquis, C.E. Bosworth, E. van Donzel y W.P. Heinrichs (eds.), The Encyclopaedia of Islam, New Edition, Leiden, Brill, 2004, vol. XII (Supplement), p. 250.

49

al-Ǧawbarī, Kitāb al-Muḫtār, pp. 254-255al-Ǧawbarī, Kitāb al-Muḫtār fī kašf al-asrār / The Book of Charlatans, Manuela Dengler (ed.), Humphrey Davies (trad. inglesa), Maurice A. Pomerantz (prefacio), New York, New York University Press, 2020..

50

Sobre el complejo de creencias mágicas en torno a la ceremonia de desarraigo de la mandrágora en la tradición árabo-islámica, véase Lozano Cámara, “Apuntes”Lozano Cámara, Indalecio, “Apuntes para una historia provisional e incompleta de la mandrágora en la tradición mágica árabo-islámica (siglos X-XVII)”, en Steven M. Oberhelman (ed.), Manuscripts, Plants, and Remedies of the Ancient and Postclassical Mediterranean Worlds: Cross- and Interdisciplinary Studies, Medical Traditions Series Berlin, Walter De Gruyter (en proceso de publicación)..

51

Literalmente ‘los de los caminos’, que debe entenderse como ‘los médicos de los caminos’, o en una traducción más correcta desde el punto de vista idiomático y funcional, como ‘los curanderos ambulantes’.

52

Randolph, “The Mandragora of the Ancients”, p. 489Randolph, Charles Brewster, “The Mandragora of the Ancients in Folk-Lore and Medicine”, Proceedings of the American Academy of Arts and Sciences, 40, 12 (1905), pp. 487-537..

53

Véase Lozano Cámara, “Apuntes”Lozano Cámara, Indalecio, “Apuntes para una historia provisional e incompleta de la mandrágora en la tradición mágica árabo-islámica (siglos X-XVII)”, en Steven M. Oberhelman (ed.), Manuscripts, Plants, and Remedies of the Ancient and Postclassical Mediterranean Worlds: Cross- and Interdisciplinary Studies, Medical Traditions Series Berlin, Walter De Gruyter (en proceso de publicación)..

54

No encuentro en ningún diccionario el término hādūr, traducido aquí como ‘disparates’. No obstante, creo que podría tratarse de una forma dialectal derivada de la raíz clásica hḏr, que tiene el significado general de ‘parlotear, desvariar, decir disparates’. Véase, por ejemplo, Cortés, Diccionario, p. 1199, s.v. haḏaraCortés, Julio, Diccionario de árabe culto moderno. Árabe-Español, Madrid, Editorial Gredos, 2008.. Véase también Corriente, “Reflejos iberorromances”, p. 81Corriente, Federico, “Reflejos iberorromances del andalusí {ḥṭr}”, Al-Andalus Magreb, 1 (1993), pp. 77-87..

55

al-Ǧawbarī, Kitāb al-Muḫtār, pp. 254-255al-Ǧawbarī, Kitāb al-Muḫtār fī kašf al-asrār / The Book of Charlatans, Manuela Dengler (ed.), Humphrey Davies (trad. inglesa), Maurice A. Pomerantz (prefacio), New York, New York University Press, 2020..

56

Kujawska y Svanberg, “From medicinal plant to noxious weed”, p. 4Kujawska, Monika y Svanberg, Ingvar, “From medicinal plant to noxious weed: Bryonia alba L. (Cucurbitaceae) in northern and eastern Europe”, Journal of Ethnobiology and Ethnomedicine,15, 22 (2019), pp. 1-12. doi: https://doi.org/10.1186/s13002-019-0303-6.

57

Véase, por ejemplo, Randolph, “The Mandragora of the Ancients”, pp. 496-497Randolph, Charles Brewster, “The Mandragora of the Ancients in Folk-Lore and Medicine”, Proceedings of the American Academy of Arts and Sciences, 40, 12 (1905), pp. 487-537.; Dafni et al., “In search of traces of the mandrake myth”, p. 16Dafni, Amots, Blanché, Cesar, Kathib, Salekh Aqil et al., “In search of traces of the mandrake myth: the historical, and ethnobotanical roots of its vernacular names”, Journal of Ethnobiology and Ethnomedicine, 17, 68 (2021), pp. 1-35. doi: https://doi.org/10.1186/s13002-021-00494-5; Monadi et al., “A Comprehensive Review on the Ethnopharmacology”, p. 2Monadi, Taha, Azadbakht, Mohammad, Ahmadi, Amirhossein y Chabra, Aroona, “A Comprehensive Review on the Ethnopharmacology, Phytochemistry, Pharmacology, and Toxicology of the Mandragora Genus; from Folk Medicine to Modern Medicine”, Current Pharmaceutical Design, 27, 34 (2021), pp. 3609-3637. doi: https://doi.org/10.2174/1381612827666210203143445; Bhutia y Kakoti, “Ethno-medicinal claims”, sección 4.0.Bhutia, Sonam y Kakoti, Bibhuti Bhusam, “Ethno-medicinal claims, Phytochemistry and Pharmacological Properties of Mandragora autumnalis Bertol.: A Review”, Research Journal of Life Sciences, Bioinformatics, Pharmaceutical and Chemical Sciences, 5, 6 (2019), pp. 64-72. http://www.rjlbpcs.com/article-pdf-downloads/2019/31/705.pdf; Waniakowa, “Mandragora and belladonna”, pp. 166-167Waniakowa, Jadwiga, “Mandragora and belladonna – The names of two magic plants”, Studia Linguistica, 124 (2007), pp. 161-173..

58

Sobre la Doctrina de las Signaturas y su relación con la mandrágora, véase Lozano Cámara, “Apuntes”.Lozano Cámara, Indalecio, “Apuntes para una historia provisional e incompleta de la mandrágora en la tradición mágica árabo-islámica (siglos X-XVII)”, en Steven M. Oberhelman (ed.), Manuscripts, Plants, and Remedies of the Ancient and Postclassical Mediterranean Worlds: Cross- and Interdisciplinary Studies, Medical Traditions Series Berlin, Walter De Gruyter (en proceso de publicación).

59

al-Ǧawbarī, Kitāb al-Muḫtār, pp. 256-257al-Ǧawbarī, Kitāb al-Muḫtār fī kašf al-asrār / The Book of Charlatans, Manuela Dengler (ed.), Humphrey Davies (trad. inglesa), Maurice A. Pomerantz (prefacio), New York, New York University Press, 2020..

60

La lista más exhaustiva de nombres y sobrenombres árabes y no árabes de la mandrágora publicada hasta el momento se encuentra en Dafni et al., “In search of traces of the mandrake myth”Dafni, Amots, Blanché, Cesar, Kathib, Salekh Aqil et al., “In search of traces of the mandrake myth: the historical, and ethnobotanical roots of its vernacular names”, Journal of Ethnobiology and Ethnomedicine, 17, 68 (2021), pp. 1-35. doi: https://doi.org/10.1186/s13002-021-00494-5.

61

Abū l-Ḫayr, ʿUmdat al-ṭabīb, I, p. 324, nº 2814Abū l-Ḫayr, Kitābu ʿUmdati ṭṭabīb fī maʿ rifati nnabāti likulli labīb (Libro base del médico para el conocimiento de la Botánica por todo experto), Joaquín Bustamante, Federico Corriente y Mohamed Tilmatine (ed. y trad. española), Madrid, CSIC, 2004-2010, 3 vols..

62

Esta es la propuesta de los traductores de Abū l-Ḫayr, ʿUmdat al-ṭabīb, II, p. 454, nº 2814Abū l-Ḫayr, Kitābu ʿUmdati ṭṭabīb fī maʿ rifati nnabāti likulli labīb (Libro base del médico para el conocimiento de la Botánica por todo experto), Joaquín Bustamante, Federico Corriente y Mohamed Tilmatine (ed. y trad. española), Madrid, CSIC, 2004-2010, 3 vols..

63

Los pasajes de la obra de al-Tamīmī en que este habla de la mandrágora me son conocidos a través de la versión conservada en al-Ǧāmiʿ li-mufradāt al-adwiya wa-l-aġḏiyaIbn al-Bayṭār, Kitāb al-Ǧāmiʿ li-mufradāt al-adwiya wa-l-aġḏiya, Bayrūt, Dār al-Kutub al-ʿIlmiyya, 1992, 2 vols. [Compendio de medicamentos simples y alimentos] del botánico y farmacólogo andalusí Ibn al-Bayṭār (m. 646/1248), que en una de las varias entradas que dedica en su obra (II, pp.14-16Ibn al-Bayṭār, Kitāb al-Ǧāmiʿ li-mufradāt al-adwiya wa-l-aġḏiya, Bayrūt, Dār al-Kutub al-ʿIlmiyya, 1992, 2 vols.) a la mandrágora (sirāǧ al-quṭrub) reproduce varios fragmentos de al-Muršid.

64

Sezgin, Geschichte, pp. 31-44Sezgin, Fuat, Geschichte des Arabischen Schrifttums. Band IV: Alchimie – Chemie –Botanik – Agrikultur, Leiden, E. J. Brill, 1971.. Sobre Hermes y su relación con la mandrágora, véase Lozano Cámara, “Apuntes”Lozano Cámara, Indalecio, “Apuntes para una historia provisional e incompleta de la mandrágora en la tradición mágica árabo-islámica (siglos X-XVII)”, en Steven M. Oberhelman (ed.), Manuscripts, Plants, and Remedies of the Ancient and Postclassical Mediterranean Worlds: Cross- and Interdisciplinary Studies, Medical Traditions Series Berlin, Walter De Gruyter (en proceso de publicación)..

65

Sobre la identificación de esta planta, véase Abū l-Ḫayr, ‘Umdat al-ṭabīb, vol. III, t. 1, p. 340, s.v. bānAbū l-Ḫayr, Kitābu ʿUmdati ṭṭabīb fī maʿ rifati nnabāti likulli labīb (Libro base del médico para el conocimiento de la Botánica por todo experto), Joaquín Bustamante, Federico Corriente y Mohamed Tilmatine (ed. y trad. española), Madrid, CSIC, 2004-2010, 3 vols..

66

Se trata de un perfume cuya base es el azafrán. Véase Aubaile-Sallenave, “Safran de joie”, p. 45Aubaile-Sallenave, Françoise, “Safran de joie, safran interdit. Une étude sociale et religieuse de la plante chez les Musulmans”, en María Dolores Ferre Cano, José Ramón Ayaso y María José Cano (eds.), La ciencia en la España medieval: Musulmanes, judíos y cristianos, Granada, Universidad de Granada, 1992..

67

Ibn al-Bayṭār, al-Ǧāmi‘, II, p. 15Ibn al-Bayṭār, Kitāb al-Ǧāmiʿ li-mufradāt al-adwiya wa-l-aġḏiya, Bayrūt, Dār al-Kutub al-ʿIlmiyya, 1992, 2 vols.

68

Dafni et al., “In search of traces of the mandrake myth”, p. 16.Dafni, Amots, Blanché, Cesar, Kathib, Salekh Aqil et al., “In search of traces of the mandrake myth: the historical, and ethnobotanical roots of its vernacular names”, Journal of Ethnobiology and Ethnomedicine, 17, 68 (2021), pp. 1-35. doi: https://doi.org/10.1186/s13002-021-00494-5

69

Ibn al-Bayṭār, al-Ǧāmiʿ, II, p. 15Ibn al-Bayṭār, Kitāb al-Ǧāmiʿ li-mufradāt al-adwiya wa-l-aġḏiya, Bayrūt, Dār al-Kutub al-ʿIlmiyya, 1992, 2 vols..

70

Ibn al-Bayṭār, al-Ǧāmiʾ, II, p. 16Ibn al-Bayṭār, Kitāb al-Ǧāmiʿ li-mufradāt al-adwiya wa-l-aġḏiya, Bayrūt, Dār al-Kutub al-ʿIlmiyya, 1992, 2 vols..

71

Kahl (Sābūr ibn Sahl, Dispensatorium Parvum, p. 228Sābūr ibn Sahl, Dispensatorium Parvum (al-Aqrābādhīn al-ṣagīr), Oliver Kahl (ed.), Leiden–New York–Köln, E. J. Brill, 1994.) le asigna al miṯqāl un peso de 4,46 g; Álvarez de Morales (Ibn Wāfid, El libro de la almohada, p. 475Ibn Wāfid, «El libro de la almohada» de Ibn Wafid de Toledo (Recetario médico árabe del siglo XI), Camilo Álvarez de Morales (trad. española), Toledo, Instituto Provincial de Investigaciones y Estudios Toledanos, 1980.) menciona un peso medio de 4,42 g.

72

Maslama al-Qurṭubī, Ġāyat al-hakīm, p. 346al-Qurṭubī, Maslama, Ġāyat al-ḥakīm wa-aaqq al-natiǧatayni bi-l-taqdīm. The Picatrix. The Goal of the Wise (in Sorcery), Helmut Ritter (ed.), B. G. Teubner, Leipzig, 1933 [reimpresión: Steven Ashe (ed.), Milton Keynes, Glastonbury Books, 2007].; Maslama al-Qurṭubī, Picatrix, p. 379al-Qurṭubī, Maslama, Picatrix. El fin del sabio y el mejor de los dos medios para avanzar, Marcelino Villegas (trad. española), Madrid, Editora Nacional, 1982..

73

Maslama al-Qurṭubī, Ġāyat al-hakīm, pp. 347-348al-Qurṭubī, Maslama, Ġāyat al-ḥakīm wa-aaqq al-natiǧatayni bi-l-taqdīm. The Picatrix. The Goal of the Wise (in Sorcery), Helmut Ritter (ed.), B. G. Teubner, Leipzig, 1933 [reimpresión: Steven Ashe (ed.), Milton Keynes, Glastonbury Books, 2007].; Maslama al-Qurṭubī, Picatrix, p. 381al-Qurṭubī, Maslama, Picatrix. El fin del sabio y el mejor de los dos medios para avanzar, Marcelino Villegas (trad. española), Madrid, Editora Nacional, 1982..

74

al-Anṭākī, Taḏkira, I, p. 341al-Anṭākī, Taḏkirat ulī l-albāb wa-l-ǧāmiʿ li-l-ʿaǧab al-ʿuǧāb, Bayrūt, al-Maktaba al-Ṯaqāfiyya, s.a., 2 t. en 1 vol.. Sobre dichas «atribuciones astronómicas», véase Lozano Cámara, “Apuntes”Lozano Cámara, Indalecio, “Apuntes para una historia provisional e incompleta de la mandrágora en la tradición mágica árabo-islámica (siglos X-XVII)”, en Steven M. Oberhelman (ed.), Manuscripts, Plants, and Remedies of the Ancient and Postclassical Mediterranean Worlds: Cross- and Interdisciplinary Studies, Medical Traditions Series Berlin, Walter De Gruyter (en proceso de publicación)..

75

Ibn al-Bayṭār, al-Ǧāmiʿ, II, p.15Ibn al-Bayṭār, Kitāb al-Ǧāmiʿ li-mufradāt al-adwiya wa-l-aġḏiya, Bayrūt, Dār al-Kutub al-ʿIlmiyya, 1992, 2 vols..

76

Maslama al-Qurṭubī, Ġāyat al-ḥakīm, p. 343al-Qurṭubī, Maslama, Ġāyat al-ḥakīm wa-aaqq al-natiǧatayni bi-l-taqdīm. The Picatrix. The Goal of the Wise (in Sorcery), Helmut Ritter (ed.), B. G. Teubner, Leipzig, 1933 [reimpresión: Steven Ashe (ed.), Milton Keynes, Glastonbury Books, 2007].; Maslama al-Qurṭubī, Picatrix, p. 377al-Qurṭubī, Maslama, Picatrix. El fin del sabio y el mejor de los dos medios para avanzar, Marcelino Villegas (trad. española), Madrid, Editora Nacional, 1982..

77

Maslama al-Qurṭubī, Ġāyat al-ḥakīm, pp. 202-204al-Qurṭubī, Maslama, Ġāyat al-ḥakīm wa-aaqq al-natiǧatayni bi-l-taqdīm. The Picatrix. The Goal of the Wise (in Sorcery), Helmut Ritter (ed.), B. G. Teubner, Leipzig, 1933 [reimpresión: Steven Ashe (ed.), Milton Keynes, Glastonbury Books, 2007].; Maslama al-Qurṭubī, Picatrix, pp. 233-236al-Qurṭubī, Maslama, Picatrix. El fin del sabio y el mejor de los dos medios para avanzar, Marcelino Villegas (trad. española), Madrid, Editora Nacional, 1982.. La traducción francesa de la receta de este sahumerio se encuentra en Coulon, “Fumigations et rituels magiques”, p. 219Coulon, Jean‑Charles, “Fumigations et rituels magiques. Le rôle des encens et fumigations dans la magie árabe médiévale”, Bulletin d’études orientales, 64 (2016/1), pp. 179-248..

78

Maslama al-Qurṭubī, Ġāyat al-ḥakīm, pp. 243-244al-Qurṭubī, Maslama, Ġāyat al-ḥakīm wa-aaqq al-natiǧatayni bi-l-taqdīm. The Picatrix. The Goal of the Wise (in Sorcery), Helmut Ritter (ed.), B. G. Teubner, Leipzig, 1933 [reimpresión: Steven Ashe (ed.), Milton Keynes, Glastonbury Books, 2007].; Maslama al-Qurṭubī, Picatrix, pp. 274-275al-Qurṭubī, Maslama, Picatrix. El fin del sabio y el mejor de los dos medios para avanzar, Marcelino Villegas (trad. española), Madrid, Editora Nacional, 1982..

79

Maslama al-Qurṭubī, Ġāyat al-ḥakīm, p. 244al-Qurṭubī, Maslama, Ġāyat al-ḥakīm wa-aaqq al-natiǧatayni bi-l-taqdīm. The Picatrix. The Goal of the Wise (in Sorcery), Helmut Ritter (ed.), B. G. Teubner, Leipzig, 1933 [reimpresión: Steven Ashe (ed.), Milton Keynes, Glastonbury Books, 2007].; Maslama al-Qurṭubī, Picatrix, pp. 274-275al-Qurṭubī, Maslama, Picatrix. El fin del sabio y el mejor de los dos medios para avanzar, Marcelino Villegas (trad. española), Madrid, Editora Nacional, 1982..

80

al-Ǧawbarī, Kitāb al-Muḫtār, pp. 374-375al-Ǧawbarī, Kitāb al-Muḫtār fī kašf al-asrār / The Book of Charlatans, Manuela Dengler (ed.), Humphrey Davies (trad. inglesa), Maurice A. Pomerantz (prefacio), New York, New York University Press, 2020..

81

Cf. infra nota 82.

82

al-Ǧawbarī Kitāb al-Muḫtār, pp. 433-434, nota 27al-Ǧawbarī, Kitāb al-Muḫtār fī kašf al-asrār / The Book of Charlatans, Manuela Dengler (ed.), Humphrey Davies (trad. inglesa), Maurice A. Pomerantz (prefacio), New York, New York University Press, 2020..

83

Maslama al-Qurṭubī, Ġāyat al-ḥakīm, p. 246al-Qurṭubī, Maslama, Ġāyat al-ḥakīm wa-aaqq al-natiǧatayni bi-l-taqdīm. The Picatrix. The Goal of the Wise (in Sorcery), Helmut Ritter (ed.), B. G. Teubner, Leipzig, 1933 [reimpresión: Steven Ashe (ed.), Milton Keynes, Glastonbury Books, 2007].; Maslama al-Qurṭubī, Picatrix, p. 278al-Qurṭubī, Maslama, Picatrix. El fin del sabio y el mejor de los dos medios para avanzar, Marcelino Villegas (trad. española), Madrid, Editora Nacional, 1982..

84

Véase Lozano Cámara, “Apuntes”.Lozano Cámara, Indalecio, “Apuntes para una historia provisional e incompleta de la mandrágora en la tradición mágica árabo-islámica (siglos X-XVII)”, en Steven M. Oberhelman (ed.), Manuscripts, Plants, and Remedies of the Ancient and Postclassical Mediterranean Worlds: Cross- and Interdisciplinary Studies, Medical Traditions Series Berlin, Walter De Gruyter (en proceso de publicación).

85

Waniakowa, “Mandragora and belladonna”, p. 164Waniakowa, Jadwiga, “Mandragora and belladonna – The names of two magic plants”, Studia Linguistica, 124 (2007), pp. 161-173.; Kujawska y Svanberg, “From medicinal plant to noxious weed”, p. 4Kujawska, Monika y Svanberg, Ingvar, “From medicinal plant to noxious weed: Bryonia alba L. (Cucurbitaceae) in northern and eastern Europe”, Journal of Ethnobiology and Ethnomedicine,15, 22 (2019), pp. 1-12. doi: https://doi.org/10.1186/s13002-019-0303-6.

86

Véase, por ejemplo, al-Rāzī, al-Ḥāwī, XXI, parte II, pp. 643-647al-Rāzī, Kitabuʾl Hāwī fiʾt-tibb (An Encyclopaedia of Medicine), vol. XXI, parte II: Simple Drugs, M. ʿAbduʾl Muʿīd Khan (supervisor), Hyderabad, The Da’iratu’l Ma’arifi’l-Osmania, Osmania University, 1388/1968., e Ibn al-Bayṭār, al-Ǧāmiʿ, II, pp. 510-512Ibn al-Bayṭār, Kitāb al-Ǧāmiʿ li-mufradāt al-adwiya wa-l-aġḏiya, Bayrūt, Dār al-Kutub al-ʿIlmiyya, 1992, 2 vols..

87

Dafni et al., “In search of traces of the mandrake myth”, pp. 14, 18.Dafni, Amots, Blanché, Cesar, Kathib, Salekh Aqil et al., “In search of traces of the mandrake myth: the historical, and ethnobotanical roots of its vernacular names”, Journal of Ethnobiology and Ethnomedicine, 17, 68 (2021), pp. 1-35. doi: https://doi.org/10.1186/s13002-021-00494-5

88

Dafni et al., “In search of traces of the mandrake myth”, pp. 14, 18.Dafni, Amots, Blanché, Cesar, Kathib, Salekh Aqil et al., “In search of traces of the mandrake myth: the historical, and ethnobotanical roots of its vernacular names”, Journal of Ethnobiology and Ethnomedicine, 17, 68 (2021), pp. 1-35. doi: https://doi.org/10.1186/s13002-021-00494-5

89

al-Zabīdī, Tāǧ al-ʿarūs, II, p. 123al-Zabīdī, ǧ al-ʿarūs, al-Qāhira, al-Maṭbaʿa al-Ḫayriyya, 1306 H., 10 vols..

90

Véase, por ejemplo, Ibn Waḥšiyya, al-Filāḥa al-nabaṭiyya: I, p. 357Ibn Waḥšiyya, al-Filāḥa al-nabaṭiyya, Toufic Fahd (ed.), Damas, Institut Français de Damas, 1993-1998, 3 t., donde dice que la mandrágora posee ‘propiedades prodigiosas’ (ʿaǧāʾib min al-ḫawāṣṣ).

91

Ullmann, “Khāṣṣa”, p. 1097Ullmann, Manfred, “Khāṣṣa”, en E. Van Donzel, B. Lewis y Ch. Pellat (eds.) Encyclopaedia of Islam, Leiden, E. J. Brill, 1997, vol. IV, pp. 1097-1098..

92

Álvarez Millán, “El Kitāb al-Khawāṣṣ”, pp. 155-158Álvarez Millán, Cristina, “El Kitāb al-Khawāṣṣ de Abū l-ʿAlāʾZuhr: Materiales para su estudio”, Asclepio, 46, 2 (1994), pp. 151-173.; Fernández Medina, La magia morisca, pp. 184-190Fernández Medina, Esther, La magia morisca entre el Cristianismo y el Islam, Granada, Editorial de la Universidad de Granada, 2014. https://digibug.ugr.es/handle/10481/3518..

93

Los términos ǧinna, ḫabal y waswās, traducidos aquí respectivamente como ‘genios’, ‘demonios’ y ‘diablos’, podrían ser también interpretados como ‘locura’, ‘trastorno mental’ y ‘paranoia’, respectivamente. La primera de estas dos interpretaciones -no excluyentes entre sí- está recogida, por ejemplo, en Kazimirski, Dictionnaire, I, p. 333, s.v. ǧinna, I, p. 536, s.v. ḫabal, II, p. 1539, s.v. waswāsKazimirski, A. de Biberstein, Dictionnaire arabe-français, Paris, Maisonneuve et Cie, 1860, 2 t. [reimpresión: Beyrouth, Librairie du Liban, s. a].; Ibn al-Bayṭār, Traité des simples, II, p. 246, s.v. sirāǧ al-quṭrubIbn al-Bayṭār, Traité des simples, par Ibn el-Beïthar, Lucien Leclerc (trad. francesa), Paris, 1877-1883, 3 t. [reimpresión: Paris, Institut du Monde Arabe, s.a.].. La segunda de estas interpretaciones puede encontrarse, por ejemplo, en Cortés, Diccionario, p. 188, s.v. ǧinna, p. 288, s.v. ḫabal, p. 1253, s.v. waswāsCortés, Julio, Diccionario de árabe culto moderno. Árabe-Español, Madrid, Editorial Gredos, 2008.; Corriente, Diccionario, p. 127, s.v. ǧinna, p. 198, s.v. ḫabal, p. 834, s.v. waswāsCorriente, Federico, Diccionario árabe-español, Madrid, Instituto Hispano-Árabe de Cultura, 1977..

94

En la sección 8 del capítulo 1 de Kitāb al-Muḫtār (pp. 22, 24)al-Ǧawbarī, Kitāb al-Muḫtār fī kašf al-asrār / The Book of Charlatans, Manuela Dengler (ed.), Humphrey Davies (trad. inglesa), Maurice A. Pomerantz (prefacio), New York, New York University Press, 2020., titulado Revelación de los secretos de los falsos profetas (fī kašf asrār allaḏīna yaddaʿūna al-nubuwwa), se habla de la Revelación de los secretos sobre la curación de la lepra (fī kašf asrār izālat al-ǧuḏām). Al-Ǧawbarī menciona aquí un cocimiento que incluye hojas de mandrágora entre otros ingredientes. Según él, esos «falsos profetas» se aplicaban ese cocimiento para hacer creer a la gente que estaban enfermos de lepra, simulando más tarde una curación milagrosa.

95

Entre las diferentes posibilidades de vocalización y traducción de este término opto por tuwala o tiwala, y lo interpreto -no sin dudas- en este contexto como ‘confusión mental’, siguiendo a Cortés, Diccionario, p. 138, s.v. tiwalaCortés, Julio, Diccionario de árabe culto moderno. Árabe-Español, Madrid, Editorial Gredos, 2008..

96

Ibn al-Bayṭār, al-Ǧāmi‘, II, p. 14Ibn al-Bayṭār, Kitāb al-Ǧāmiʿ li-mufradāt al-adwiya wa-l-aġḏiya, Bayrūt, Dār al-Kutub al-ʿIlmiyya, 1992, 2 vols..

97

Ibn al-Bayṭār, al-Ǧāmi‘, II, p. 15Ibn al-Bayṭār, Kitāb al-Ǧāmiʿ li-mufradāt al-adwiya wa-l-aġḏiya, Bayrūt, Dār al-Kutub al-ʿIlmiyya, 1992, 2 vols..

98

Ibn al-Bayṭār, al-Ǧāmi‘, II, p. 15Ibn al-Bayṭār, Kitāb al-Ǧāmiʿ li-mufradāt al-adwiya wa-l-aġḏiya, Bayrūt, Dār al-Kutub al-ʿIlmiyya, 1992, 2 vols..

99

Para la identificación de al-fāwuniyā como ‘peonía’ (Paeonia officinalis L), véase Abū l-Ḫayr, ‘Umdat al-ṭabīb, vol. III, t. 1, p. 398, s.v. fāwuniyāAbū l-Ḫayr, Kitābu ʿUmdati ṭṭabīb fī maʿ rifati nnabāti likulli labīb (Libro base del médico para el conocimiento de la Botánica por todo experto), Joaquín Bustamante, Federico Corriente y Mohamed Tilmatine (ed. y trad. española), Madrid, CSIC, 2004-2010, 3 vols.. El mismo Abū l-Ḫayr, ‘Umdat al-ṭabīb, vol. II, p. 595Abū l-Ḫayr, Kitābu ʿUmdati ṭṭabīb fī maʿ rifati nnabāti likulli labīb (Libro base del médico para el conocimiento de la Botánica por todo experto), Joaquín Bustamante, Federico Corriente y Mohamed Tilmatine (ed. y trad. española), Madrid, CSIC, 2004-2010, 3 vols., habla de esta presunta propiedad de la peonía para curar la epilepsia. Al-Anṭākī, Taḏkira, I, p. 246, s.v. fawāniyāal-Anṭākī, Taḏkirat ulī l-albāb wa-l-ǧāmiʿ li-l-ʿaǧab al-ʿuǧāb, Bayrūt, al-Maktaba al-Ṯaqāfiyya, s.a., 2 t. en 1 vol., también la menciona y añade que cura otras dolencias como la locura.

100

Ibn al-Bayṭār, al-Ǧāmiʿ, II, p. 16Ibn al-Bayṭār, Kitāb al-Ǧāmiʿ li-mufradāt al-adwiya wa-l-aġḏiya, Bayrūt, Dār al-Kutub al-ʿIlmiyya, 1992, 2 vols..

101

Lev, “Drugs held and sold by pharmacists”, p. 287Lev, Efraim, “Drugs held and sold by pharmacists of the Jewish community of medieval (11th -14th centuries) Cairo according to lists of materia medica found at the Taylor-Schechter Genizah collection, Cambridge”, Journal of Ethnopharmacology, 110, 2 (2007), pp. 275-293.. Curiosamente, en otro artículo publicado unos meses antes que el anterior, Lev y Amar, “Reconstruction of the inventory”, p. 436Lev, Efraim y Amar, Zohar, “Reconstruction of the inventory of materia medica used by members of the Jewish community of medieval Cairo according to prescriptions found in the Taylor–Schechter Genizah collection, Cambridge, Journal of Ethnopharmacology, 108, 3 (2006), pp. 428-444.doi: https://doi.org/10.1016/j.jep.2006.06.005, dicen que la Taylor-Schechter Genizah Collection, Cambridge -la misma colección de documentos que les sirve de fuente para ambos artículos- no menciona ningún uso terapéutico de la mandrágora.

102

Ibn al-Bayṭār, al-Ǧāmiʿ, II, p. 512Ibn al-Bayṭār, Kitāb al-Ǧāmiʿ li-mufradāt al-adwiya wa-l-aġḏiya, Bayrūt, Dār al-Kutub al-ʿIlmiyya, 1992, 2 vols..

103

al-Bīrūnī, Al-Bīrūnī’s Book, I, p. 332al-Bīrūnī, Al-Bīrūnī´s Book on Pharmacy and Materia Medica, Hakim Muhammad Said y Rana Ehsan Elahie (ed., trad. inglesa y comentarios), Karachi, Hamdard National Foundation, Pakistan, 1973, 2 vols..

104

Dafni et al., “In search of traces of the mandrake myth”, pp. 14, 18.Dafni, Amots, Blanché, Cesar, Kathib, Salekh Aqil et al., “In search of traces of the mandrake myth: the historical, and ethnobotanical roots of its vernacular names”, Journal of Ethnobiology and Ethnomedicine, 17, 68 (2021), pp. 1-35. doi: https://doi.org/10.1186/s13002-021-00494-5

105

Monadi et al., “A Comprehensive Review”, p. 20Monadi, Taha, Azadbakht, Mohammad, Ahmadi, Amirhossein y Chabra, Aroona, “A Comprehensive Review on the Ethnopharmacology, Phytochemistry, Pharmacology, and Toxicology of the Mandragora Genus; from Folk Medicine to Modern Medicine”, Current Pharmaceutical Design, 27, 34 (2021), pp. 3609-3637. doi: https://doi.org/10.2174/1381612827666210203143445.

106

Kahl (Sābūr ibn Sahl, Dispensatorium Parvum, p. 226Sābūr ibn Sahl, Dispensatorium Parvum (al-Aqrābādhīn al-ṣagīr), Oliver Kahl (ed.), Leiden–New York–Köln, E. J. Brill, 1994.) asigna al dracma un peso de 3,125 g; Álvarez de Morales (Ibn Wāfid, El libro de la almohada, p. 475Ibn Wāfid, «El libro de la almohada» de Ibn Wafid de Toledo (Recetario médico árabe del siglo XI), Camilo Álvarez de Morales (trad. española), Toledo, Instituto Provincial de Investigaciones y Estudios Toledanos, 1980.) señala un peso medio de 2,90 g.

107

al-Ǧawbarī, Kitāb al-Muḫtār, pp. 322-323al-Ǧawbarī, Kitāb al-Muḫtār fī kašf al-asrār / The Book of Charlatans, Manuela Dengler (ed.), Humphrey Davies (trad. inglesa), Maurice A. Pomerantz (prefacio), New York, New York University Press, 2020..

108

El traductor de Kitāb al-Muḫtār, p. 319al-Ǧawbarī, Kitāb al-Muḫtār fī kašf al-asrār / The Book of Charlatans, Manuela Dengler (ed.), Humphrey Davies (trad. inglesa), Maurice A. Pomerantz (prefacio), New York, New York University Press, 2020., traduce la expresión allaḏīna yumaššuna bi-l-ʿalafāt como ‘Who Work Knockout Drugs and Stupefacients’, interpretación que conviene puntualizar. Teniendo en cuenta el contenido concreto de la sección de Kitāb al-Muḫtāral-Ǧawbarī, Kitāb al-Muḫtār fī kašf al-asrār / The Book of Charlatans, Manuela Dengler (ed.), Humphrey Davies (trad. inglesa), Maurice A. Pomerantz (prefacio), New York, New York University Press, 2020. en que se menciona esa expresión (pp. 319-323al-Ǧawbarī, Kitāb al-Muḫtār fī kašf al-asrār / The Book of Charlatans, Manuela Dengler (ed.), Humphrey Davies (trad. inglesa), Maurice A. Pomerantz (prefacio), New York, New York University Press, 2020.), creo más correcto interpretar el término ʿalafāt como ‘somníferos’ siguiendo a Dozy, Supplément, II, p. 160, s.v. ʿalafātDozy, Reinhart, Supplément aux dictionnaires arabes, Beyrouth, Leyde, E. J. Brill, 1881, 2 t. [reimpresión: Beyrouth, Librairie du Liban, 1974].. No obstante, el propio al-Ǧawbarī (p. 322al-Ǧawbarī, Kitāb al-Muḫtār fī kašf al-asrār / The Book of Charlatans, Manuela Dengler (ed.), Humphrey Davies (trad. inglesa), Maurice A. Pomerantz (prefacio), New York, New York University Press, 2020.) indica explícitamente que «ellos tienen narcóticos que no inducen el sueño, sino que producen estupefacción a la persona, que se queda inerte, no responde a lo que se le pregunta y no se da cuenta de lo que hacen con ella» (لهم علفات غير منوّمة وهي تبهت الإنسان فيبقى شاخصاً ولا يردّ جواباً ولا يعلم ما يعمل به), lo cual indica sin lugar a dudas que dicho término designa también compuestos estupefacientes. De otro lado, la forma verbal yumaššuna bi significa literalmente ‘poner en marcha’, ‘hacer andar’, ‘poner en movimiento’, acepciones estas que parecen indicar que al-Ǧawbarī está hablando de charlatanes que no solo preparaban los somníferos, sino que también se los administraban a otras personas con fines delictivos, como él mismo describe.

109

Abū l-Ḫayr, ʿUmdat al-ṭabīb, I, p. 331, nº 2966Abū l-Ḫayr, Kitābu ʿUmdati ṭṭabīb fī maʿ rifati nnabāti likulli labīb (Libro base del médico para el conocimiento de la Botánica por todo experto), Joaquín Bustamante, Federico Corriente y Mohamed Tilmatine (ed. y trad. española), Madrid, CSIC, 2004-2010, 3 vols..

110

Mion, “From Circe’s Root to ‘Spongia Soporifera’”, p. 128Mion, Marta, “From ‘Circe’s Root’ to ‘Spongia Soporifera’: The Role of the Mandrake as True Anesthetic of Ancient Times”, Journal of Anesthesia History, 3 (2017), pp. 128-133.; Dafni et al., “In search of traces of the mandrake myth”, p. 14Dafni, Amots, Blanché, Cesar, Kathib, Salekh Aqil et al., “In search of traces of the mandrake myth: the historical, and ethnobotanical roots of its vernacular names”, Journal of Ethnobiology and Ethnomedicine, 17, 68 (2021), pp. 1-35. doi: https://doi.org/10.1186/s13002-021-00494-5; Waniakowa, “Mandragora and belladonna”, p. 162Waniakowa, Jadwiga, “Mandragora and belladonna – The names of two magic plants”, Studia Linguistica, 124 (2007), pp. 161-173..

111

Véase, por ejemplo, Dioscórides, Plantas y remedios medicinales, II (Libros III-V), pp.170-171Dioscórides, Plantas y remedios medicinales (De Materia Medica), Manuela García Valdés (trad. española), Madrid, Gredos, 2002, 2 t., Biblioteca Básica Gredos, 122, 123..

112

Véase, por ejemplo, al-Rāzī, al-Ḥāwī, XXI, parte II, pp. 643-647al-Rāzī, Kitabuʾl Hāwī fiʾt-tibb (An Encyclopaedia of Medicine), vol. XXI, parte II: Simple Drugs, M. ʿAbduʾl Muʿīd Khan (supervisor), Hyderabad, The Da’iratu’l Ma’arifi’l-Osmania, Osmania University, 1388/1968., donde menciona varias veces estas propiedades.

113

Se trata de un electuario perfumado o píldoras a base de azafrán. Véase Sābūr ibn Sahl, Dispensatorium Parvum, s.v. sukk, p. 233Sābūr ibn Sahl, Dispensatorium Parvum (al-Aqrābādhīn al-ṣagīr), Oliver Kahl (ed.), Leiden–New York–Köln, E. J. Brill, 1994.; Dozy, Supplément, I, p. 666, s.v. sukkDozy, Reinhart, Supplément aux dictionnaires arabes, Beyrouth, Leyde, E. J. Brill, 1881, 2 t. [reimpresión: Beyrouth, Librairie du Liban, 1974].; Kazimirski, Dictionnaire, I, pp. 1111-1112, s.v. sukkKazimirski, A. de Biberstein, Dictionnaire arabe-français, Paris, Maisonneuve et Cie, 1860, 2 t. [reimpresión: Beyrouth, Librairie du Liban, s. a]..

114

De acuerdo con Corrriente, Diccionario, p. 662, s.v. kuzbaraCorriente, Federico, Diccionario árabe-español, Madrid, Instituto Hispano-Árabe de Cultura, 1977., esta kuzbara ḫaḍrāʾ podría ser identificada con el perifollo (Anthriscus cerefolium [L.] Hoffm.).

115

El traductor de Picatrixal-Qurṭubī, Maslama, Picatrix. El fin del sabio y el mejor de los dos medios para avanzar, Marcelino Villegas (trad. española), Madrid, Editora Nacional, 1982. traduce la raíz <ʿfn> como ‘enmohecer’, y el término ālat al-taʿfīn como ‘enmohecedor’.

116

Kahl (Sābūr ibn Sahl, Dispensatorium Parvum, p. 226Sābūr ibn Sahl, Dispensatorium Parvum (al-Aqrābādhīn al-ṣagīr), Oliver Kahl (ed.), Leiden–New York–Köln, E. J. Brill, 1994.) le asigna un peso de 0,52-0,74 g; Álvarez de Morales (Ibn Wāfid, El libro de la almohada, p. 475Ibn Wāfid, «El libro de la almohada» de Ibn Wafid de Toledo (Recetario médico árabe del siglo XI), Camilo Álvarez de Morales (trad. española), Toledo, Instituto Provincial de Investigaciones y Estudios Toledanos, 1980.) señala un peso medio de 0,57 g.

117

Maslama al-Qurṭubī, Ġāyat al-ḥakīm p. 275al-Qurṭubī, Maslama, Ġāyat al-ḥakīm wa-aaqq al-natiǧatayni bi-l-taqdīm. The Picatrix. The Goal of the Wise (in Sorcery), Helmut Ritter (ed.), B. G. Teubner, Leipzig, 1933 [reimpresión: Steven Ashe (ed.), Milton Keynes, Glastonbury Books, 2007].; Maslama al-Qurṭubī, Picatrix, p. 304al-Qurṭubī, Maslama, Picatrix. El fin del sabio y el mejor de los dos medios para avanzar, Marcelino Villegas (trad. española), Madrid, Editora Nacional, 1982..

118

El traductor de Picatrix, p. 305al-Qurṭubī, Maslama, Picatrix. El fin del sabio y el mejor de los dos medios para avanzar, Marcelino Villegas (trad. española), Madrid, Editora Nacional, 1982., interpreta aquí y en otras ocasiones ŷawz māṯal como ‘datura de estramonio’. Por su parte, los traductores de la ʿUmdat al-ṭabīb, vol. III, t. 1, pp. 95-96, s.v. Datura metel L., p. 422, s.v. ǧawz māṯalAbū l-Ḫayr, Kitābu ʿUmdati ṭṭabīb fī maʿ rifati nnabāti likulli labīb (Libro base del médico para el conocimiento de la Botánica por todo experto), Joaquín Bustamante, Federico Corriente y Mohamed Tilmatine (ed. y trad. española), Madrid, CSIC, 2004-2010, 3 vols., e Issa, Dictionnaire, p. 68, s.v.Issa, Ahmed, Dictionnaire des noms des plantes en latin, français, anglais et árabe, 2ª ed., Bayrūt, Dār al-Rāʾid al-ʿArabī, 1981. D. Metel L., dicen que se trata de la Datura metel L.

119

No encuentro sentido a la expresión wa-yuḥayyal bihi en este contexto, lo cual me lleva a pensar que tal vez se trate de una corrupción textual por wa-yuḥall bihi, que sí resultaría coherente con el mismo.

120

Maslama al-Qurṭubī, Ġāyat al-ḥakīm, p. 275al-Qurṭubī, Maslama, Ġāyat al-ḥakīm wa-aaqq al-natiǧatayni bi-l-taqdīm. The Picatrix. The Goal of the Wise (in Sorcery), Helmut Ritter (ed.), B. G. Teubner, Leipzig, 1933 [reimpresión: Steven Ashe (ed.), Milton Keynes, Glastonbury Books, 2007].; Maslama al-Qurṭubī, Picatrix, p. 305al-Qurṭubī, Maslama, Picatrix. El fin del sabio y el mejor de los dos medios para avanzar, Marcelino Villegas (trad. española), Madrid, Editora Nacional, 1982..

121

El término árabe šaǧarat Maryam, traducido aquí como ‘matricaria’ (Tanacetum parthenium (L.) Sch.Bip.), puede designar también otras especies vegetales. Véase Abū l-Ḫayr, ʿUmdat al-ṭabīb, vol. III, t. 2, p. 730, s.v. šaǧarat MaryamAbū l-Ḫayr, Kitābu ʿUmdati ṭṭabīb fī maʿ rifati nnabāti likulli labīb (Libro base del médico para el conocimiento de la Botánica por todo experto), Joaquín Bustamante, Federico Corriente y Mohamed Tilmatine (ed. y trad. española), Madrid, CSIC, 2004-2010, 3 vols..

122

Maslama al-Qurṭubī, Ġāyat al-ḥakīm, p. 275al-Qurṭubī, Maslama, Ġāyat al-ḥakīm wa-aaqq al-natiǧatayni bi-l-taqdīm. The Picatrix. The Goal of the Wise (in Sorcery), Helmut Ritter (ed.), B. G. Teubner, Leipzig, 1933 [reimpresión: Steven Ashe (ed.), Milton Keynes, Glastonbury Books, 2007].; Maslama al-Qurṭubī, Picatrix, p. 305al-Qurṭubī, Maslama, Picatrix. El fin del sabio y el mejor de los dos medios para avanzar, Marcelino Villegas (trad. española), Madrid, Editora Nacional, 1982..

123

El término saykarān, traducido aquí como ‘cicuta’, puede designar también diversas especies de beleño. Véase Issa, Dictionnaire, p. 48, nº 13, p. 96, nº 5Issa, Ahmed, Dictionnaire des noms des plantes en latin, français, anglais et árabe, 2ª ed., Bayrūt, Dār al-Rāʾid al-ʿArabī, 1981., y Abū l-Ḫayr, ʿUmdat al-ṭabīb, vol. III, t. 2, p. 702, s.v. saykarān y saykurānAbū l-Ḫayr, Kitābu ʿUmdati ṭṭabīb fī maʿ rifati nnabāti likulli labīb (Libro base del médico para el conocimiento de la Botánica por todo experto), Joaquín Bustamante, Federico Corriente y Mohamed Tilmatine (ed. y trad. española), Madrid, CSIC, 2004-2010, 3 vols..

124

Los diccionarios bilingües y monolingües clásicos que he consultado solo registran el término jamriyya con el sentido habitual de ‘poema báquico’, que no tiene cabida en este contexto. Su traducción exacta me plantea dudas, pues no resulta claro si se trata del «mosto», tal y como interpreto aquí siguiendo al traductor de Picatrix, o si se trata de una bebida alcohólica a base de higo.

125

Maslama al-Qurṭubī, Ġāyat al-ḥakīm, p. 275-276al-Qurṭubī, Maslama, Ġāyat al-ḥakīm wa-aaqq al-natiǧatayni bi-l-taqdīm. The Picatrix. The Goal of the Wise (in Sorcery), Helmut Ritter (ed.), B. G. Teubner, Leipzig, 1933 [reimpresión: Steven Ashe (ed.), Milton Keynes, Glastonbury Books, 2007].; Maslama al-Qurṭubī, Picatrix, p. 305al-Qurṭubī, Maslama, Picatrix. El fin del sabio y el mejor de los dos medios para avanzar, Marcelino Villegas (trad. española), Madrid, Editora Nacional, 1982..

126

No encuentro el nombre de esta planta -cuya lectura correcta me plantea dudas- en ninguno de los diccionarios, glosarios y fuentes árabes que he consultado. Tal vez se trate de una variante del término bāḏarūǧ, que según los traductores de Abū l-Ḫayr, ʿUmdat al-ṭabīb, vol. III, t. 1, pp. 337-338Abū l-Ḫayr, Kitābu ʿUmdati ṭṭabīb fī maʿ rifati nnabāti likulli labīb (Libro base del médico para el conocimiento de la Botánica por todo experto), Joaquín Bustamante, Federico Corriente y Mohamed Tilmatine (ed. y trad. española), Madrid, CSIC, 2004-2010, 3 vols., designa el Amaranthus blitum L., el Ocimun basilicum L. y el Origanum dictamnus L., y que encuentro mencionado, por ejemplo, en la receta de otro somnífero citado por al-Ǧawbarī, Kitāb al-Muḫtār, p. 322al-Ǧawbarī, Kitāb al-Muḫtār fī kašf al-asrār / The Book of Charlatans, Manuela Dengler (ed.), Humphrey Davies (trad. inglesa), Maurice A. Pomerantz (prefacio), New York, New York University Press, 2020..

127

Ḏayl, p. 67Ḏayl Taḏkirat ulī l-albāb wa-l-ǧāmiʿ li-l-ʿaǧab al-ʿuǧāb, Bayrūt, al-Maktaba al-Ṯaqāfiyya, s.a..

128

No dispongo de ningún dato acerca de este supuesto templo.

129

Maslama al-Qurṭubī, Ġāyat al-ḥakīm, p. 396al-Qurṭubī, Maslama, Ġāyat al-ḥakīm wa-aaqq al-natiǧatayni bi-l-taqdīm. The Picatrix. The Goal of the Wise (in Sorcery), Helmut Ritter (ed.), B. G. Teubner, Leipzig, 1933 [reimpresión: Steven Ashe (ed.), Milton Keynes, Glastonbury Books, 2007].; Maslama al-Qurṭubī, Picatrix, p. 418al-Qurṭubī, Maslama, Picatrix. El fin del sabio y el mejor de los dos medios para avanzar, Marcelino Villegas (trad. española), Madrid, Editora Nacional, 1982..

130

La interpretación inequívoca de este término resulta difícil. Steingass, A comprehensive Persian-English, p. 988Steingass, Francis J., A comprehensive Persian–English Dictionary, London [etc.], Routledge & Kegan Paul, 1892., lo traduce como ‘goma de perejil silvestre’ (Gum of the wild parsley). Ibn al-Bayṭār, al-Ǧāmiʿ, II, p. 282, s.v. qamāšīrIbn al-Bayṭār, Kitāb al-Ǧāmiʿ li-mufradāt al-adwiya wa-l-aġḏiya, Bayrūt, Dār al-Kutub al-ʿIlmiyya, 1992, 2 vols., cita a al-Kindī en su Kitāb al-Sumūm [El libro de los venenos], quien dice que se trata de una especie de hongo (kamʾa), coincidiendo en ello con Abū l-Ḫayr, ʿUmda, I, p. 468, nº 4039Abū l-Ḫayr, Kitābu ʿUmdati ṭṭabīb fī maʿ rifati nnabāti likulli labīb (Libro base del médico para el conocimiento de la Botánica por todo experto), Joaquín Bustamante, Federico Corriente y Mohamed Tilmatine (ed. y trad. española), Madrid, CSIC, 2004-2010, 3 vols., cuyos traductores (II, p. 623, nº 4039Abū l-Ḫayr, Kitābu ʿUmdati ṭṭabīb fī maʿ rifati nnabāti likulli labīb (Libro base del médico para el conocimiento de la Botánica por todo experto), Joaquín Bustamante, Federico Corriente y Mohamed Tilmatine (ed. y trad. española), Madrid, CSIC, 2004-2010, 3 vols.) no lo identifican. Además, Ibn al-Bayṭār, al-Ǧāmiʿ, II, p. 341, s.v. kamāšīrIbn al-Bayṭār, Kitāb al-Ǧāmiʿ li-mufradāt al-adwiya wa-l-aġḏiya, Bayrūt, Dār al-Kutub al-ʿIlmiyya, 1992, 2 vols., lo hace sinónimo de kamāšīr, y dice -citando a Māsarǧawayh-- que es una goma parecida al opopónaco (gomorresina del pánace, Opopanax chironium W.D.J. Koch). De otro lado, Leclerc, en su traducción de Ibn al-Bayṭār, Traité des simples, 3, p. 189, nº 1962, s.v. kamāšīrIbn al-Bayṭār, Traité des simples, par Ibn el-Beïthar, Lucien Leclerc (trad. francesa), Paris, 1877-1883, 3 t. [reimpresión: Paris, Institut du Monde Arabe, s.a.]., cita un intento dudoso de identificación como Bubon macedonicum L., sinónimo de Athamanta macedonica (L.) Spreng. Issa, Dictionnaire, p. 26, nº 22, s.v. kamāšīr, qamāšīrIssa, Ahmed, Dictionnaire des noms des plantes en latin, français, anglais et árabe, 2ª ed., Bayrūt, Dār al-Rāʾid al-ʿArabī, 1981., también lo identifica como Athamanta macedonica (L.) Spreng.

131

Maslama al-Qurṭubī, Ġāyat al-ḥakīm, p. 407al-Qurṭubī, Maslama, Ġāyat al-ḥakīm wa-aaqq al-natiǧatayni bi-l-taqdīm. The Picatrix. The Goal of the Wise (in Sorcery), Helmut Ritter (ed.), B. G. Teubner, Leipzig, 1933 [reimpresión: Steven Ashe (ed.), Milton Keynes, Glastonbury Books, 2007].; Maslama al-Qurṭubī, Picatrix, pp. 427-428al-Qurṭubī, Maslama, Picatrix. El fin del sabio y el mejor de los dos medios para avanzar, Marcelino Villegas (trad. española), Madrid, Editora Nacional, 1982..

132

Sobre la presencia de alcaloides tropánicos -a los que se deben dichas propiedades narcóticas y somníferas- en las diferentes partes de Mandragora autumnalis Bertol. y Mandragora Turcomanica Mizg., y más concretamente en sus semillas, puede verse, por ejemplo, Monadi et al., “A Comprehensive Review on the Ethnopharmacology”, pp. 5, 8Monadi, Taha, Azadbakht, Mohammad, Ahmadi, Amirhossein y Chabra, Aroona, “A Comprehensive Review on the Ethnopharmacology, Phytochemistry, Pharmacology, and Toxicology of the Mandragora Genus; from Folk Medicine to Modern Medicine”, Current Pharmaceutical Design, 27, 34 (2021), pp. 3609-3637. doi: https://doi.org/10.2174/1381612827666210203143445.

133

Véase, por ejemplo, al-Rāzī, al-Ḥāwī, XXI, parte II, pp. 645-646al-Rāzī, Kitabuʾl Hāwī fiʾt-tibb (An Encyclopaedia of Medicine), vol. XXI, parte II: Simple Drugs, M. ʿAbduʾl Muʿīd Khan (supervisor), Hyderabad, The Da’iratu’l Ma’arifi’l-Osmania, Osmania University, 1388/1968..

134

En la identificación de las tres especies de beleño sigo a los traductores de Abū l-Ḫayr, ʿUmdat al-ṭabīb, vol. III, t. 1, p. 318Abū l-Ḫayr, Kitābu ʿUmdati ṭṭabīb fī maʿ rifati nnabāti likulli labīb (Libro base del médico para el conocimiento de la Botánica por todo experto), Joaquín Bustamante, Federico Corriente y Mohamed Tilmatine (ed. y trad. española), Madrid, CSIC, 2004-2010, 3 vols..

135

Doutté, Magie & religion, p. 72.Doutté, Edmond, Magie & religion dans l’Afrique du Nord, Alger, Typographie Adolphe Jourdan, 1908 [reimpresión: Paris, J. Maisonneuve–P. Geuthner S.A., 1984].

Agradecimientos

 

Deseo expresar mi más sincero agradecimiento a las personas anónimas que con tanta sabiduría y generosidad han llevado a cabo la revisión del presente artículo. Vaya para ellas mi más profundo reconocimiento, pues con su imprescindible labor han contribuido a mejorar sustancialmente la calidad de esta investigación.

Declaración de conflicto de intereses

 

El autor declara no tener conflictos de intereses financieros, profesionales o personales que pudieran haber influido de manera inapropiada en este trabajo

Declaración de contribución de autoría (taxonomía CRediT)

 

Indalecio Lozano-Cámara: conceptualización, investigación, redacción - borrador original y redacción - revisión y edición.

Fuentes

 

Abū l-Ḫayr, Kitābu ʿUmdati ṭṭabīb fī maʿ rifati nnabāti likulli labīb (Libro base del médico para el conocimiento de la Botánica por todo experto), Joaquín Bustamante, Federico Corriente y Mohamed Tilmatine (ed. y trad. española), Madrid, CSIC, 2004-2010, 3 vols.

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